He escuchado muchos consejos y
principios sobre liderazgo. La mayoría de ellos son muy buenos. Con el tiempo
algunos prevalecen. Otros, no tanto. Entre aquellos que más he escuchado está
el famoso: "Piensa fuera de la caja.” Esto puede ser traducido en las
siguientes frases inspiracionales: "No te limites"; "No seas
conformista"; "Piensa en grande."
En resumidas cuentas
"pensar fuera de la caja" significa abordar un problema considerando
alternativas externas o diferentes.
A lo mejor eres un emprendedor
y pensar fuera de la caja, para ti, significa expandir tu visión a diferentes
ciudades a lo largo y ancho del país.
Tal vez eres un líder de
jóvenes y pensar fuera de la caja equivale a hacer uso de la materia prima
extranjera que puede ayudar a tu ministerio de jóvenes.
Es probable que estés teniendo
problemas con tu familia y pensar fuera de la caja es ver a un diferente
consejero o terapeuta.
Para la mayoría, pensar fuera
de la caja representa que eres una persona de visión. Es una señal de valentía.
Es evidencia de un espíritu innovador y atrevido. Es un testimonio que estás
dispuesto a mirar a los ojos al status quo y desafiarlo.
Pero, a veces, pensar fuera de
la caja puede paralizarte en lugar de impulsarte. Ya que puedes estar demasiado
enfocado en la solución que está "allá afuera" que pierdes de vista
los recursos que ya están "aquí adentro."
Por eso, deja de pensar fuera
de la caja. Y comienza a pensar “dentro de la caja.”
Para algunos esto puede sonar
mediocre. Demasiado corriente. Porque están tan programados a ver la solución
allá afuera que este tipo de lenguaje puede olerles a conformismo. Incluso, hay
libros enteros diciendo que evadas este manera de pensar.
Pero, pensar dentro de la caja
envuelve desarrollar la costumbre de inventariar las soluciones que pueden
estar dentro en lugar de las ayudas que pueden estar fuera. Pensar dentro de la
caja es trabajar con lo que tienes en lugar de analizar los recursos que
quisieras tener. La práctica de pensar dentro de la caja no es un conformismo
maquillado de psicología positiva. Sino que está firmemente arraigada en la
convicción del carácter soberano de Dios.
La soberanía de Dios es tan
grande que Él te ha dado todo lo que necesitas para hacer lo que Él quiere que
hagas en este preciso momento. En
ocasiones, lo que puede parecer un límite que te impide en realidad es una
pista que te guía.
Detente. Y lee esas dos
últimas líneas. Despacio.
Toma a Moisés por ejemplo.
Dios lo llama a liberar al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto (Éxodo
4). Nada mal para un fugitivo de la ley que ahora es pastor de ovejas. Y que
también tiene problemas para hablar. Cuando Moisés expresa su desacuerdo, Dios
le hace una pregunta punzante: "¿Qué tienes en tu mano?" Este
episodio es fascinante porque lo que Moisés tiene en su mano es una maravillosa
e innovadora...vara de madera. Sí, una vara. ¿Acaso Dios estaba bromeando?
¿Cómo era posible que Moisés podía causar una revolución libertadora con un
pedazo de madera? Digo, sería comprensible si lo que tuviera sería una especie
de cetro. O al menos, una espada. Pero, ¿una vara?
Sí, una vara. Porque con esto,
Dios le está diciendo a Moisés: la solución no está allá afuera. Sino, cerca de
ti. En tu mano. La solución no está fuera de la caja. Sino dentro de la caja:
tu vara.
Los relatos del Éxodo muestran
más adelante que la vara de Moisés fue un símbolo de libertad e intervención
divina (Éxodo 14:21).
En ocasiones, Dios hace más con los
recursos dentro de la caja que con las opciones fuera de la caja.
Puedes pensar fuera de la caja
y paralizarte. O hacer uso de la vara que está en tu mano, dentro de la caja, y
accionar.
Cuando te preguntes: ¿Qué es
lo que Dios quiere que haga en este problema?
Dios, irónicamente te
contestará con otra pregunta: ¿Qué tienes en tu mano? ¿Qué hay dentro de la
caja?
Antes de ver las opciones que
están fuera, ¿ya te fijaste en los recursos que hay dentro?
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-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia.
Hijo eternamente amado por Abba.
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