lunes, 31 de agosto de 2015

No trates de ser humilde




Hace unos cuantos siglos atrás, particularmente cuando el Imperio Romano dominaba el mundo conocido, la humildad no era una virtud sino que era vista como una señal de debilidad. Por el contrario, el orgullo era considerado como una señal de fortaleza y de poder.

Pero, en gran parte, la ética judeo-cristiana influenció el mundo occidental de tal manera que causó que actitudes como el servicio, los actos sacrificiales de amor desinteresado y la humildad fueran vistas como características socialmente deseables en una persona.

Por eso, ahora, en el siglo XXI, todos amamos a las personas humildes. Y por lo general todos aborrecemos a los arrogantes y prepotentes. Y en vista que la humildad es un rasgo que todos admiramos en otros, deseamos tenerla para que los demás nos puedan catalogar como humildes y ser tenidos en alta estima.

Sin embargo, eso sólo demuestra que, en muchos casos, la motivación interna de una humildad externa es recibir adulación. Estamos tan obsesionados con nosotros mismos que haríamos lo que fuera, incluso aparentar ser humildes, con el fin que nuestro ego sea acariciado.

 Es por esto que la falsa humildad es la más grande de las altanerías.

Pero, entonces, ¿qué es la verdadera humildad?  

Podemos comenzar por definir que NO es. Por ejemplo, en nuestro país Honduras, usualmente tildamos a una persona introvertida y callada como alguien humilde.

¿Alguna vez se han referido a alguien que es tímido diciendo, "Juan es bien callado; por eso es muy humilde”? Cuando en realidad, la timidez e introversión de Juan puede venir de una obsesión consigo mismo que le hace estar demasiado pendiente de sus acciones pues tiene un deseo enfermizo por agradar a todos los que le rodean.

Para otros, ser humilde es creerse menos que los demás. Y por eso, la humildad es confundida con baja autoestima. Pero, muchas personas con baja autoestima en realidad están demasiado sumergidas en su mundo ya que se enfocan demasiado en lo que no tienen. Su obsesión insalubre con sus carencias genera una falta de confianza en sí mismos.

Si esto es cierto, y creo que lo es, ¿qué es, entonces, la verdadera humildad? o ¿cómo se manifiesta?

C.S Lewis escribió un libro llamado "Mero Cristianismo" y en el hay un capítulo fascinante acerca del orgullo en donde describe al prototipo de una persona realmente humilde:

"No te imagines que si conoces a un hombre humilde él será lo que la mayoría de personas llaman "humilde" hoy en día. Él no será el tipo de persona con auto-lástima y auto-compasión que constantemente te esté diciendo que él es un don nadie. Probablemente todo lo que tú pienses de él es que él parecía un tipo alegre e inteligente que tenía un interés genuino en lo que tú le estabas diciendo a él. Si él no te cayó bien será porque tú te sentiste un poco envidioso de alguien que parece disfrutar la vida con tanta sencillez. Esta persona no estará pensando, o siquiera tratando de ser humilde: porque no estará pensando en sí mismo en lo absoluto.

Si alguien quiere adquirir humildad, yo puedo, creo, darle el primer paso. El primer paso es admitir que uno es orgulloso. Y éste es un paso grande también. Al menos, nada puede hacerse antes de esto. Si piensas que no eres arrogante, significa que ciertamente eres muy arrogante."

Lo que CS Lewis dice es que si nos encontramos con alguien realmente humilde, no nos vendremos con la idea que nos topamos con alguien humilde. El no estaría haciéndonos saber que es un don nadie (porque una persona que siempre dice que es un don nadie es en realidad una persona absorbida en sí misma).

Lo que más recordaríamos de conocer a alguien verdaderamente humilde es lo mucho que él se interesó en nosotros.

Porque la esencia de la humildad no es pensar más de ti mismo. Y tampoco es pensar menos de ti mismo. Sino pensar menos en ti mismo.

Una persona genuinamente humilde no está “tratando” de ser humilde porque simplemente no está ansioso por pulir su imagen y presentar la mejor versión de sí mismo sino que está auténticamente interesado en lo que la otra persona tiene que decir.

Eres humilde cuando dejas de conectar todas las cosas contigo mismo. Es ponerle un fin a pensamientos tales como, “Dios mío, estoy en medio de un montón de personas, ¿cómo me veo? ¿Será que si visto así hará que me vea mejor?”

La verdadera humildad significa que tú dejas de asociar cada cosa, cada conversación, cada experiencia contigo mismo.

Eres humilde cuando dejas que otra persona cuente su historia completa sin que lo interrumpas diciendo “Eso no es nada...Vieras a mí.”

Eres humilde cuando dejas de exigir crédito por las victorias y tomas responsabilidades por las derrotas. Napoleón Bonaparte dijo, “Las derrotas son huérfanas pero las victorias tienen muchos padres.”

Te has fijado que hay personas que cuando alguien les dice, “Fíjate que a Pedro lo ascendieron en su trabajo” ellos contestan, “Ah sí…yo fui quien lo recomendó con el jefe…”

Una persona humilde es sencillamente una persona que se olvida de sí misma.

Porque la cura para el ego-centrismo es el Cristo-centrismo. Jesús es el centro del universo, no tú. 

Eres más pecador de lo que estás dispuesto a admitir; pero, eres más amado en Cristo de lo que te puedes imaginar. Así que, deja de tratar de sonar interesante y empieza a estar interesado por los demás.

Escrito por Luís Luna Jr.

lunes, 24 de agosto de 2015

Te casarás con la persona incorrecta


¿Les ha pasado que llega un tiempo en el año en el que parece que todo mundo se está casando y comprometiendo? En donde tu Facebook feed se llena de fotos de bodas, compromisos, arreglos florales, pasteles de fondant y demás. Bueno, pues eso está pasando alrededor mío. Como nota aclaratoria, es una gran alegría para mi cuando mis amigos se casan. 

El matrimonio sin lugar a dudas es un destello de la gracia de Dios aquí en la tierra. Y que dos personas se prometan amor eterno delante de Dios, familia y amigos es una imagen espectacular de Cristo y la Iglesia que humedece mis ojos muchísimo más que el final de "Bajo la misma estrella."

Habiendo dicho esto, escribo este post no como un sabio esposo con décadas de experiencia matrimonial. Sino como un joven soltero de 24 años, en una relación de noviazgo, que todavía tiene mucho que aprender, mucho camino por recorrer y mucho en que ser corregido. 

Sin embargo, he notado, al menos en mi generación algunas nociones acerca del matrimonio que pienso que son dañinas. Por ejemplo, varios años atrás, la gente no hablaba tanto acerca de la famosa "compatibilidad" o de encontrar "mi alma gemela." 

Pero, ahora, parece que la mayoría de jóvenes solteros estamos buscando alguien que nos acepte tal y como somos, que cumpla todos nuestros deseos y nos haga sentir realizados como personas. Esto trae como consecuencia expectativas que no son para nada realistas.

Por ejemplo, ¿cuantas veces no hemos escuchado que alguien ha desechado a una persona como "potencial esposo (a)" por cuestiones tan caprichosas y patéticas?

"Ella es un buen partido...pero, si tan sólo bajara un par de libras."
"Ella es muy guapa...pero, el arroz le queda masoso."
"Pues, todo iba excelente hasta que me dí cuenta que se pone pantalones de tela con calcetines blancos."
"Él parece como un buen muchacho...pero, aborrece a Stephanie Meyer y la saga de Twilight" (Lo cual personalmente encuentro muy razonable)

Es decir, en nuestra cultura en general, y en esta generación en particular, las personas esperan demasiado de su posible "media naranja." Es inusual que alguien vea al matrimonio como dos personas defectuosas desesperadamente necesitadas de la gracia de Dios que se unen para crear un lugar de estabilidad, amor y consuelo. 

Por el contrario, lo que se busca es a alguien que nos acepte tal y como somos, que resalte nuestras habilidades y que cumplas nuestros deseos emocionales y fantasías sexuales.

Lo que esto significa para varios muchachos cristianos es que buscan una joven que tenga la belleza de la reina Ester, la valentía de Débora, las habilidades culinarias de su progenitora y todo esto con el cuerpo de __________ (inserte nombre de modelo favorita aquí)

Y por otro lado, gran cantidad de muchachas jovenes claman al Señor para que su príncipe azul sea sabio como Salomón, fuerte como David, ore como Jesús, hable como Antonio Banderas y se vea sin camisa como WIlliam Levy. 

Sin embargo, el profesor de Ética de la Universidad Duke, el Dr. Stanley Hauerwas dice lo siguiente: 
Algo destructivo para el matrimonio es la ética de autorrealización que asume que el matrimonio y la familia son instituciones que existen principalmente para la realización personal, necesarias para que seamos felices y "plenos." La idea es que hay alguien allá afuera que es la persona ideal con la que debemos de casarnos y que sólo si buscamos con mucho esfuerzo encontraremos la persona correcta. Esta creencia moral pasa por alto un aspecto crucial del matrimonio. Falla en apreciar el hecho que siempre nos casamos con la persona equivocada. 
Nunca conocemos a quien elegimos para casarnos; nos engañamos a nosotros mismos creyendo que sí. O si nos casamos con la persona correcta, sólo dale un tiempo y él o ella cambiarán. Pues, el matrimonio, siendo la enorme cosa que es, significa que no somos la misma persona después que nos hemos casado. El reto principal del matrimonio es aprender a como amar y cuidar al extraño individuo con el que te encuentras casado."

El Dr. Hauerwas destruye la noción de "almas gemelas" principalmente porque el proceso del matrimonio cambia a las personas. 

El Pastor Matt Chandler dice, "el matrimonio es el carril izquierdo de la santificación."

Pero, esto no es todo. Es necesario recordar que cada pareja que toma la decisión de vivir bajo el pacto matrimonial se encuentra espiritualmente quebrantada por el pecado. Así que un pecador que busca que sus fortalezadas sean resaltadas y sus debilidades camufleajdas por otra pecadora que busca exactamente lo mismo es la fórmula mágica para crear conflictos y desilusiones. 

Por eso, la doctrina bíblica del pecado explica porque el matrimonio puede ser tan doloroso y difícil. 

El Dr. Tim Keller, dice lo siguiente en su libro "The Meaning of Marriage" ("El Significado del Matrimonio"):
La razón de porque el matrimonio es tan doloroso y a la vez maravilloso es porque es un reflejo del evangelio, que es doloroso y maravilloso a la vez. El Evangelio es el mensaje que somos más pecadores y defectuosos de lo que nos atrevemos a creer y a la misma vez somos más amados y aceptados en Jesucristo de lo que nos podemos imaginar. Este es el único tipo de relación que verdaderamente nos transformará. 
El amor sin verdad es sentimentalismo; nos apoya y nos afirma pero nos mantiene negando nuestros defectos. La verdad sin amor es aspereza; nos da información pero en una manera que realmente no la podemos escuchar. Sin embargo, el amor salvífico de Dios en Cristo está marcado tanto por una veracidad radical acerca de quienes somos como por un igual y radical compromiso incondicional hacia nosotros. El compromiso misericordioso nos fortalece para ver la verdad acerca de nosotros mismos y arrepentirnos. La convicción y el arrepentimiento nos mueve a abrazar y descansar en la misericordia y gracia de Dios.
Los tiempos duros en el matrimonio nos levan a experimentar más del amor transformador de Dios. Pero, un buen matrimonio será también un lugar en donde experimentaremos este amor transformador en un nivel humano."

¿Esto quiere decir que solamente dejes de orar por tu futura pareja y le digas sí al primero que te aparezca? ¡Claro que no! El punto es que examines tu corazón para ver si estás buscando en otra persona lo que solamente puedes hallar en Jesús.

¿Por qué no en lugar de buscar a la persona correcta tratas de ser la persona correcta? Te hago una pregunta: ¿Eres tú la persona que la persona que estás buscando está buscando? 

Un día platicaba con un amigo y le mencioné una muchacha que yo pensaba que era buen partido para él como futura esposa. Mi amigo había tenido un pasado como un Don Juan y todavía luchaba con algunas cosas. 

Ante esto, él me respondió, "Luís...ella es excelente para mí. Y de hecho me gustaría que hubiese algo entre nosotros. Pero, creo que yo no soy el tipo de persona que ella está buscando." ¡Ouch!

Así que, ¿eres tú la persona "correcta", que la persona "correcta" que estás buscando, está buscando?


Escrito por Luís Luna Jr.

lunes, 10 de agosto de 2015

Y Para la Iglesia, ¿Cuál es la Ruta?: Reflexiones sobre el escenario socio-político hondureño



Cierta vez alguien me dijo, "En Honduras para no tener problemas con la gente es mejor no hablar de política, religión y fútbol." Bueno, en vista que soy predicador, tengo algún tipo de plática sobre religión casi todos los días. 

De fútbol, creo que lo que está a la vista no necesita anteojos. No hay nada que debatir. El F.C. Barcelona es el mejor equipo del mundo y Lionel Messi el mejor jugador en la historia. 2 tripletes y 4 balones de oro. Fin de la discusión.

Pero, luego está el tema al que muchos prefieren no abordar, mayormente en las Iglesias: la política. Y con esto suceden dos errores comunes que se encuentran diametralmente opuestos uno del otro. 

Por un lado, están los cristianos que no quieren decir nada al respecto. Que cuando alguien les pregunta sobre la situación política actual del país, contestan de manera espiritual: "No soy de este mundo. Esos asuntos no me interesan ni competen." Lo cual genera una confusión en el oyente. Una respuesta así nos hace que los cristianos parezcamos una subcultura alienada a la realidad y desinteresada por un cambio social al país. 

Para estas personas, lo único importante son "las cosas espirituales."  Usualmente, te contestarán: la labor del creyente es meramente orar. Eso suena bastante bien. Bastante recatado. Con mucha compostura. Pocos objetarían ante esto. Pero, me pregunto qué pensaría alguien cuya casa se está quemando y pida ayuda a los bomberos y el oficial, un buen cristiano, le contesta: "Entiendo su caso. Permítame orar para que el incendio se apague." 

A este error podemos llamarle, "ascetismo político." Este era la forma de pensar de los sacerdotes que querían alejarse de la contaminación del mundo y huían a los desiertos para iniciar monasterios.

Por otro lado, están las personas que han hecho una triste y extraña mezcla entre política y religión que ha dado como resultado un híbrido atrofiado. Aquellos que piensan que la única vía de transformación en el país es a través de legislaciones, votaciones y campañas electorales. 

Son el tipo de cristianos que celebran la victoria de su líder político como si fuera la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Y los que se deprimen de forma descomunal ante la derrota en las urnas del Mesías elegido por su partido. 

En las décadas de los 60 hasta los 80 las enseñanzas del padre Gustavo Gutiérrez, Jon Sobrino y otros, cuyo compendio vino a ser conocido como la “Teología de Liberación” proveyeron un fundamento teológico para el avance de agendas políticas de corte marxista y populista en muchos países del cono sur de América Latina. 

Muchos clérigos tomaron las armas y se levantaron como líderes guerrilleros para el derrocamiento político del régimen opresor. Las formas de cambio eran la política y las armas. A esto se le puede llamar: "Mesianismo político."

Esto ocurre en todas partes del mundo. ¿Por qué? Porque no se puede separar el "homo sapiens" del "animal politicum." Cada persona interpreta la realidad política tomando como punto de partida la familia en la que creció y la influencia del pensamiento de sus padres, entre otros factores claro está. ¿Acaso no hay familias enteras que son conocidas por ser "cachurecos empedernidos" o "liberales de mancha brava"?

En nuestra Honduras, esta reacción se puede ver con mucha claridad ante los casos de corrupción que se han descubierto en el asqueroso desfalco billonario del Instituto Hondureño de Seguridad Social. 

En una esquina, el movimiento de las antorchas, compuesto por el grueso de la oposición al gobierno oficialista, dirigido por un grupo de jóvenes de la sociedad civil que se autoproclaman indignados ante la supuesta corrupción en la administración del Presidente Hernández y cuyo objetivo primordial se da a conocer por medio de la proclama, "¿Cuál es la ruta? Sacar a ese hijo..." 

La propuesta concreta del movimiento es la instalación de Corte Internacional Contra la Impunidad en Honduras, la CICIH. Esta iniciativa nace de una desconfianza en la fragmentada institucionalidad del país y tomando como motivación los resultados que se han dado en el vecino país de Guatemala con la instalación de la CICIG.

Y por otro lado, están las personas que genuinamente consideran a la administración Hernández Alvarado como la mejor en la historia del país y cuando se les pregunta sobre la crisis política la respuesta es, "¿Cuál crisis? El Presidente ha estado haciendo un excelente trabajo." Estos ciudadanos creen vehementemente en la  fuerte institucionalidad de la nación, usando como evidencia el número de criminales extraditados y de jueces que han sido encarcelados. 

Consideran la iniciativa de la oposición como una violación a la soberanía judicial hondureña. La propuesta concreta de este sector es el Sistema Integral Hondureño de Combate la Impunidad y La Corrupción, la SIHCIC.

Los primeros les gritan a los segundos, "Son unos vendidos. Vende patrias." Los segundos les gritan a los primeros, "Son unos revoltosos. Busquen que hacer." Y la gente pregunta en las calles, "¿Cuál es la ruta? ¿Cuál es la ruta?" Y mientras tanto, la Iglesia no provee una ruta. Claro, sin duda alguna no es una respuesta sencilla. Seguramente habrá cristianos que aman a Dios con todo su corazón que pueden interpretar de manera diferente las Escrituras pertinentes a esta situación. 

Pero, esto no es excusa para no sumergirse a la Escritura. Cada seguidor de Jesús tiene la obligación de rehusarse a ser discipulado por los medios de comunicación y enraizar su cosmovisión política en el Texto Sagrado. Cualquiera que sea su opinión al respecto.

Si tu respuesta es, "Mi trabajo consiste en orar, interceder, clamar, etc.” Pues, bien. Entonces, tendrás que luchar, como Jacob con el ángel,  con esta evidencia escritural sobre el rol de los redimidos ante la injusticia social:

  • “Aprended a hacer el bien, buscad la justicia, reprended al opresor, defended al huérfano, abogad por la viuda.” - Isaías 1:17
  • “Así habló Jehová de los ejércitos: Juzgad conforme a la verdad; haced misericordia y piedad cada cual con su hermano; 10 no oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre, ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano.” – Zacarías 7:9-10
  • “Abre tu boca, juzga con justicia y defiende la causa del pobre y del menesteroso.”– Proverbios 31:9
  • “Así ha dicho Jehová: Actuad conforme al derecho y la justicia, librad al oprimido de mano del opresor y no robéis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar.” – Jeremías 22:3
  • “Por tanto, puesto que humilláis al pobre y recibís de él carga de trigo, no habitaréis las casas de piedra labrada que edificasteis ni beberéis del vino de las hermosas viñas que plantasteis. Yo sé de vuestras muchas rebeliones y de vuestros grandes pecados; sé que afligís al justo, recibís cohecho y en los tribunales hacéis perder su causa a los pobres.” – Amos 5:11-13
  • “No cometerás injusticia en los juicios, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande: con justicia juzgarás a tu prójimo.” – Levítico 19:15   


Y si tu respuesta es, "Mi obligación es salir a las calles y luchar para que el presidente renuncie." Pues, bien. Entonces, tendrás que luchar con los siguientes textos que describen el papel de obediencia de los hijos de Dios ante la autoridad civil:

  • “Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. 2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.” – Romanos 13:1-2
  • “Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra.”- Tito 3:1
  • “Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien.” – 1 Pedro 2:13-14
  • “Y Jesús les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.” –Mateo 22:20


Amado Pastor, Rodrigo Wong Arévalo y David Romero Ellner no son los llamados a discipular y forjar la cosmovisión de su congregación. Pero, con la ayuda del Espíritu de Dios y la Palabra de Dios, usted sí.  Recordemos que toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a  fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.” – 2 Tim. 3:16.


Por tanto, ante la pregunta: “¿Cuál es la ruta?” La ruta, al menos para la Iglesia, es aprender a pensar bíblicamente y que los actos sean consecuentes con la cosmovisión cristiana proveniente de la Escritura.

Escrito por Luís Luna Jr.

viernes, 7 de agosto de 2015

Una Oración para escuchar la risa de Dios en un mundo que te vuelve enojado


Pronto los perversos desaparecerán; por más que los busques, no los encontrarás. Los humildes poseerán la tierra y vivirán en paz y prosperidad. Los malvados conspiran contra los justos; les gruñen de manera desafiante. Pero el Señor simplemente se ríe, porque ve que el día de su juicio se acerca. –Salmo 37:10-13 (NTV)

Padre Celestial, anticipo mucho el día en el que te escuche reír--una risa que llenará las cortes de los cielos y las cámaras de la eternidad; porque ese será el Día en el que cada expresión de oscuridad y muerte, del mal y locura, mezquindad y maldad serán totalmente erradicadas. Es difícil imaginarse un mundo vacío de cada semblante de pecado y quebranto y lleno hasta rebosar de tu bondad, verdad y belleza; pero Tú has prometido ese Día y Jesús ha asegurado ese Día.

Aunque no tan rápido como nosotros quisiéramos, pero con mayor certeza de lo que nosotros nos imaginamos, el Día en donde todo será hecho nuevo viene pronto. Y así como lo resalta esta Escritura, no serán los poderosos y los arrogantes los que "poseerán la tierra y vivirán en paz", sino "los humildes." Por tanto, te adoro, Padre, por la mansedumbre y humildad de Jesús, que como un cordero (El Cordero) fue llevado a la cruz--tomando nuestro pecado (mi pecado), derrotando el mal, y asegurando la transformación de todas las cosas.

Es en unión con Jesús que, nosotros también, heredaremos la tierra--por muy alucinante y a la vez, sobrio, que sea ese pensamiento; y es en unión con Jesús que nosotros también nos convertiremos en mansos y humildes para ser así útiles en el servicio en tu Reino.

Padre, perdona mi cinismo incrédulo, mis deseos de venganza y mis preocupaciones amedrentadas. La venganza te pertenece a ti, no a mí. La maldad en mi merece tu juicio tanto como requiere tu gracia. Hazme un hombre manso que se entristezca ante el mal, pero que viva con esperanza--tu hijo y siervo, viviendo tu historia para tu gloria.


Así que cuando los planes malévolos y los gruñidos de los impíos parezcan estar en incremento y la justicia en déficit, por favor, Padre, permítenos escuchar Tu risa. Que tu gozo sea nuestra fuerza, tus promesas nuestra confianza, y tu tiempo sea nuestro calendario. Decimos amen en el tierno y triunfante nombre de Jesús.

Traducido por Luís Luna Jr.
Adaptado del blog  "Heavenward" del Dr. Scotty Smith, pastor de Christ Community Church en Nashville, TN. Puedes encontrar el post original aquí

martes, 4 de agosto de 2015

Jesús, el Verdadero y Supremo Sansón

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En el camino a Emaús, Jesús explicó a sus discípulos como todo en el Antiguo Testamento, desde el libro de Moisés hasta los profetas, se trataba de él. A la mayoría de personas les cuesta leer el Antiguo Testamento de esa manera. Así que cuando llegan a un libro como Jueces se preguntan, "¿Qué tiene que ver Jesús en todo este desorden?"

Pero, las pistas están ahí sí sabemos cómo leerlas. Muchas de las historias del Antiguo Testamento proveen la sombra de la cual Jesús es la realidad. Ellas son el bosquejo, Él es la substancia. Lo que ellas comienzan, Jesús termina.

Recientemente, fui sorprendido mientras leía la historia del nacimiento de Sansón. Cuando un ángel viene a prometer sobre el nacimiento milagroso de Sansón, él dice que "Sansón comenzará a salvar a Israel de la mano de los Filisteos" (Jueces 13:5). 

Comenzará. Esa es una manera extraña de decirlo. ¿Quién lo habría de terminar? Sansón, después de todo, era el último juez en el libro. El autor intencionalmente nos está mostrando algo: para el final de esta historia, tienes que leer más allá del libro. Y para aquellos que sabemos el final de la gran historia, debe ser obvio: Jesús completa la salvación que Sansón nada más comenzó.

Esto puede ser visto aún en la historia del nacimiento de Sansón. Hay algunos paralelismos fascinantes: ambos nacimientos fueron prometidos milagrosamente; ambos fueron respuestas al cautiverio de Israel; ambas historias describen el nacimiento y luego la adultez, saltándose la parte de la niñez. Se puede considerar la historia de nacimiento de Sansón como una anticipación del verdadero y supremo Juez que habría de venir.

Los paralelismos entre el nacimiento de Jesús y de Sansón son impactantes, pero también hay una diferencia abismal. El nacimiento de Sansón traería gozo y honor a una mujer que, debido a que era estéril, vivía en medio de la vergüenza. Pero, el nacimiento de Jesús fue todo lo opuesto: trajo vergüenza a María y José, porque parecía que ellos habían concebido un hijo antes del matrimonio. 

La diferencia es crucial, porque nos muestra como el verdadero Salvador nos salvaría--no a través de poder y honor, sino a través de vergüenza y desgracia.

Desde el principio, la historia de Sansón apunta a más allá de Sansón. Apunta a Jesús, el verdadero y supremo Sansón, que triunfaría en cada lugar que Sansón había fallado. Al igual que Sansón, la fuerza de Jesús residía no en su contextura, sino en el poder del Espíritu. Pero, a diferencia de Sansón, Jesús nunca comprometería la ley de Dios. Él obedecería cada faceta de la ley.

A diferencia de Sansón, que fue controlado por sus impulsos, Jesús sería controlado por la voluntad de Dios. Después de ayunar por 40 días en el desierto, Él pudo resistir las tentaciones de Satanás diciendo, "No vivo por pan; vivo por la Palabra de Dios."

A diferencia de Sansón, que se volvió arrogante y egoísta, Jesús--quien sí tenía derecho a un trono--tomaría el rol de un siervo y se sometería a sí mismo a la humillación de la cruz.

Quedamos deslumbrados ante la fuerza de Sansón. Pero, yo quedo sorprendido ante la presencia de Jesús el Nazareno.

Vea, admirar a Sansón por su fuerza nos puede impresionar, pero nunca nos hará cambiar. Porque lo que más necesitamos no es un fuerte modelo y referente a seguir; lo que más necesitamos es un Salvador quebrantado, alguien que nos diera su fuerza y nos salve de nosotros mismos.

La ironía de Sansón radica en que él era fuerte exteriormente, pero terriblemente débil interiormente. En esa forma, él es como muchos de nosotros. Necesitamos alguien que empodere nuestros espíritus, no que simplemente inspire nuestras imaginaciones. Y cuando tú vez y crees lo que Jesús hizo por ti--que Aquel que era fuerte se hizo débil por ti; Aquel que era justo se hizo pecado por ti; que La Vida misma sufrió la muerte por ti...entonces, y sólo entonces, recibirás la fuerza moral para vivir de la manera que Sansón no pudo.


El objetivo de leer la Escritura--ya sea Jueces, Juan o Jonás--es la adoración. No se trata de aprender nuevos datos. No se trata de indagar pasos de acción. Se trata de adoración. Llega un tiempo cuando pones la pluma a un lado, tus ojos miran arriba y dejas de decir, "¡Ay Dios! Mira todo lo que yo he hecho por ti..." y tú dices, "¡Oh, Dios mío! Mira todo lo que Tú has hecho por mí."

Traducido por Luís Luna Jr. 
Este fue un extracto del Sermón "Cuando los débiles se convierten fuertes" del Pastor J.D. Greear, de Summit Church en Raleigh-Durham, Carolina del Norte. Puedes escuchar el sermón en inglés aquí