viernes, 31 de marzo de 2017

Tu pecado no es suficiente


Todos los pecados son ofensas delante de Dios. Pero, hay algunos que causan un impacto negativo mayor en las personas que nos rodean. Por ejemplo, no es lo mismo que un cristiano se pase un semáforo en rojo. A que un líder espiritual sea encontrado en una falta moral grave como el adulterio. Claro que uno causará mucho más escándalo que el otro. Por eso, si ha habido alguien que pecó de una forma tan públicamente escandalosa, ese fue el apóstol Pedro. La negación de Pedro hacia Jesús, según lo relatado por los biógrafos del Mesías, fue algo nefasto. Por muchas razones.

En primer lugar, Pedro fue muy cercano a Jesús. Durante el desarrollo de su ministerio, Cristo se convirtió en un líder popular. Las masas se aglomeraban para escuchar lo que él tenía que decir ya que la gente encontraba que enseñaba con una autoridad que parecía faltarle al resto de los rabinos contemporáneos. Así también, Jesús realizaba muchos milagros. Sanando enfermos y haciendo grandes prodigios. Por esto, las multitudes siempre estaban detrás de él en cualquier lugar que estuviera.

No obstante, aunque era muy seguido por muchos, Jesús eligió a doce hombres para compartir su vida y ministerio de una forma más íntima que con el resto. Si te tomas el tiempo de leer los evangelios, te darás cuenta que estos hombres no tenían nada espléndido. No eran la crema de la nata, ni mucho menos. Eran simples hombres comunes y corrientes que tenían trabajos sencillos.

Curiosamente, uno de los axiomas de liderazgo más populares es que si quieres llegar lejos debes rodearte de gente capaz con un buen pedigree. Tal parece que Jesús fracasó de acuerdo a la sabiduría convencional de los bestsellers modernos de liderazgo. Porque estos simples hombres eran nada más y nada menos que eso: simples hombres. Y dentro de estos doce discípulos, Jesús tenía un círculo más cercano aún, compuesto por tres de sus seguidores: Juan, Jacobo y Pedro. 

Es decir, Pedro era parte del grupo más íntimo con el que Jesús compartió. Y a pesar de esto, Pedro negó a Jesús.

En segundo lugar, Pedro fue de los discípulos que experimentó de primera mano muchas de las obras milagrosas del Maestro. Por ejemplo, cierta vez que Jesús se le apareció a un grupo de pescadores por la noche mientras caminaba por las aguas, Jesús invitó a Pedro a que hiciera lo mismo. Y por un breve momento de fe seguido de incredulidad, Pedro, al igual que Jesús, milagrosamente caminó por las aguas sin hundirse. 

Pedro también estuvo ahí cuando los panes y los peces fueron multiplicados delante de los ojos de la multitud. A sí mismo, Pedro estuvo en primera fila cuando Jesús sanaba a los paralíticos y daba vista a los ciegos. En definitiva, Pedro jamás podría argumentar que fue orillado a las periferias del ministerio por Cristo. Siempre tuvo acceso directo al Maestro. Y pesar de esto, Pedro negó públicamente al Salvador.

Y por si esto fuera poco, Pedro negó a Jesús en el momento en que su Maestro más necesitaba de los suyos. Antes que Jesús fuera apresado, él se retiró a orar en el monte Getsemaní. El escritor bíblico relata que la aflicción era tan grande en el corazón de Jesús que su sudor era tan denso como gotas de sangre. 

Estas fueron, muy probablemente, las horas más difíciles que Jesús tuvo que atravesar. Y cuando más Él necesitó de aquellos por los que estaba a punto de dar su vida, Pedro le dio la espalda. En el momento más vulnerable, el apóstol negó a Jesús.

Pedro fracasó de forma pública y escandalosa delante de muchos. Y puede que tú sientas que ese es tu caso también.

A lo mejor has amanecido demasiadas veces en la cama equivocada junto a la persona incorrecta.

Tal vez estás atravesando la difícil etapa de un embarazo pre-matrimonial.

Es posible, incluso, que has consumido más droga de la que tu sistema tolera y tus recuerdos están llenos de remordimientos a causa de eso.

O probablemente tu hogar se está desintegrando delante de tus propios ojos...y de los ojos de los demás.

Puede que todo eso sea cierto y sea una verdad difícil de confrontar.

Pero, también, la buena noticia del evangelio es que tu pecado, por muy estrepitoso y público que sea, al igual que el de Pedro, no puede separarte del amor de Dios en Cristo.

En la biografía de Jesús escrita por Juan Marcos, en el capítulo 16, Dios permite que un muchacho se encuentre providencialmente con un par de mujeres que llevaban especies aromáticas para ungir el cadáver de Jesús. Y el mensaje que este joven les da es el siguiente (v.7): "díganle a los discípulos y a Pedro, que él (Jesús) va delante de vosotros a Galilea, ahí le veréis, tal y como él lo había prometido."  Ahora, bien, notemos que lo que este muchacho NO dice es: "Díganle a los discípulos, EXCEPTO al traicionero de Pedro." 

Él pudo haber dicho esto. De todos modos, había vasta evidencia para desechar a una sabandija cobarde como lo fue este hombre. Pero, el comunicado no fue así. De haber usado la palabra "excepto" el mensaje hubiese denotado exclusión. Pero, la palabra que usó el mensajero fue una llena de compasión sacrificial. Él dijo: "Díganle a los discípulos Y a Pedro." Esto denota inclusión, misericordia y gracia escandalosa hacia alguien que públicamente negó a Su Salvador.

Si alguna vez hubo alguien en la historia de la Iglesia cristiana con argumentos de sobra para ser excomulgado después de tocar fondo de una forma tan horrible, ese fue Pedro, el apóstol. Pero, las cosas no resultaron así. Porque tu pecado, tal como el de Pedro, es insuficiente para separarte del amor de Dios. Pues, el sacrificio de Cristo fue suficiente para reconciliarte con Dios.

Este amor no es barato. Todo lo contrario. Tiene un costo muy alto. Tu pecado fue tan grande que el hijo de Dios tuvo que morir por ti. Tu estado es peor de lo que crees. Pero, Su gracia es tan vasta que el hijo de Dios estuvo dispuesto a morir por ti.   Eres más amado de lo que imaginas. De hecho, las cicatrices de Jesús son fuentes inagotables de agua viva, que saben a gracia sacrificial y a misericordia fresca. 

Esto no quiere decir que tienes una licencia para seguir pecando. De todos modos, fue tu pecado lo que causó esas cicatrices. Sino, que ahora puedes correr libremente hacia el Trono. En donde siempre serás recibido por el Rey del Universo. El que murió por los cobardes que le han negado, como Pedro. Y como yo.

-Luís Luna Jr.

Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.

miércoles, 29 de marzo de 2017

Tu pecado no es invisible


Un sociólogo hondureño solía hacer la observación que nosotros le damos pleitesía a la corrupción en nuestro país. Muchos tienden a admirar secretamente a aquellos que hacen cosas malas, sin que nadie los vea, y logran salirse con la suya. Por ejemplo, es común escuchar siempre a más de algún señor alabar a un pícaro diciendo cosas como: "Fulano sí que le entiende al trámite." Como si esconder las fechorías es una virtud digna de admiración. No obstante, aunque gran parte de la población en nuestro país piense que uno puede libremente hacer el mal y escaparse de los mecanismos de justicia, hay una verdad inmutable: nadie logra que su pecado escape de la mirada de Dios.

El evangelio según Marcos (cap. 14) relata un episodio muy particular, acerca de un personaje interesante: Pedro, el apóstol. Pedro es el tipo de persona que habla más de lo que debe y que siempre actúa de forma impulsiva. Es de los hombres que siempre tienen 20 centavos de opinión para tirar acerca de todos los temas en la conversación. Una noche antes de ser apresado, Jesús comparte un tiempo con sus discípulos, los doce hombres que habían estado con él durante el transcurso de su ministerio. Y en esa reunión, Jesús advierte que ellos le dejarán y lo van a negar. Ante esto, Pedro, con el ego herido, pues había sido parte de una organización revolucionaria conocida como "los zelotes", y por naturaleza muy beligerante, se pone de pie y dice que eso no será así, al menos en el caso de él. Jesús conociendo mejor la situación le dice que en realidad, esa misma noche, antes que el gallo cante, Pedro negará a Su maestro. Dicho de otra manera, Jesús mira el pecado y el fracaso de Pedro aún antes que él lo cometa.

Más adelante, Lucas, el médico historiador, registra que una criada señala a Pedro diciendo que él era uno de los que andaban con el nazareno, pues su forma de hablar lo delataba. Pedro niega contundentemente tener alguna relación con Jesús. Y en uno de los versos más oscuros y tristes en los evangelios, Lucas 22:60 dice que Jesús se volteó y miró a Pedro mientras él lo estaba negando. Jesús no sólo miró a Pedro antes de que él pecara. Sino que también lo miró mientras él estaba pecando.

Porque los pecados de Pedro, así como los nuestros, no se escapan de la mirada de Dios. Parece que Dios conoce a Pedro mejor de lo que Pedro se conocía a sí mismo. Al igual, que Dios te conoce a ti mejor de lo que tú te conoces a ti.

Unos días atrás, los diarios hondureños publicaron las conversaciones telefónicas llevadas a cabo entre el hijo de un expresidente de la república y uno de sus socios comerciales. Ambos se encuentran en este momento tras las rejas, en una cárcel federal de los Estados Unidos por el delito de estar involucrados en asociaciones ilícitas.  Dudo mucho que ambos estuvieran pensando en ese momento que un día todo el país estaría al tanto de las cosas que ellos hablaban por teléfono. El asunto es que para Dios no existe una categoría de “pecados privados.” Todos los pecados son públicos ante Dios. Tus pecados, eventualmente, te alcanzarán. Por mucho que lo ocultes de las personas a tu alrededor, aún de los más suspicaces y perceptivas, no se escapará de la mirada de Dios.

El Señor mira los mensajes de texto que tú le envías a una mujer que no es tu esposa.
Dios observa el historial de navegación en tu celular.
El Señor escucha los falsos testimonios que tú levantas en contra de alguien.

En definitiva, tu pecado jamás está fuera del radar de Dios.


Es cierto, Dios nos mira. Pero, lo hace a través de los lentes de Jesús: con gracia y verdad. Y esto es una buena noticia. Jesús nos ve con verdad, sin ignorar lo que hemos hecho. Y tampoco pretende que la solución es esconder nuestros pecados debajo de la alfombra. Él llama al pecado como lo que es: una rebelión cósmica ante el Rey del Universo. Pero, Jesús también nos mira con gracia. Sabiendo que la naturaleza auto destructiva del pecado es, en muchas ocasiones, el castigo en sí mismo.

La verdad del evangelio no rasca nuestros corazones de forma superficial. Sino que cava profundamente hasta las capas de incredulidad más gruesas en nuestro espíritu. Porque es ahí donde Jesús nos espera con brazos abiertos para darnos agua viva y decirnos: "Arrepiéntete y cree en el evangelio." Tu pecado “privado”, tarde o temprano, te alcanzará. Y puede que se haga público. Pero, también lo hará Su gracia, exhibida públicamente en una cruz. 

-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.


domingo, 12 de marzo de 2017

¿Cómo votar?


Hoy es el día de las elecciones primarias en nuestro país Honduras. Ciertamente ha sido una temporada electorera un tanto difícil de navegar, como casi la mayoría suele ser. Tal vez algunos están deseando que termine ya porque no soportan ver su vecindario plagado de afiches y rótulos colgando de los postes. O a lo mejor algunos ya están hartos de que cada vez que encienden el televisor hay un nuevo spot publicitario que atenta contra la inteligencia del ciudadano promedio. U otros simplemente quieren volverse a sentar en familia sin miedo a iniciar una discusión política acalorada.

Cualquiera que sea la situación, la realidad es que nuestro país tiene que pasar por esto cada cierto tiempo. Al menos, si no para otra cosa, para mantener vivo el sentido ilusorio que estamos viviendo en una "verdadera" democracia moderna. Y siempre que estamos en temporada de elecciones podemos caer en uno de dos peligros, según Rodolfo Pastor: la utopía y la apatía. Por un lado, está el pensamiento fantasioso que un sólo candidato transformará el país y la ciudad entera en un proceso de 4 años. Eso es utopía. Y por otro lado, existe el peligro de desinvolucrarse apáticamente del proceso electoral como reacción de protesta a los abusos cometidos contra el pueblo en el pasado. Ni la utopía ni la apatía contribuyen al bien común del país.

Entonces, surge la pregunta: ¿Qué debemos tener en cuenta antes de ejercer el voto? Aquí hay algunas consideraciones:

1. Elige propuestas, no anuncios.
Nos encontramos en una época en donde las personas no eligen propuestas. Sino anuncios publicitarios. Dicho de otra manera, al ejercer el voto, mucha gente elige el candidato con la canción más pegajosa y con los chocoyos más bonitos. Esto es nefasto.
Es necesario informarse de las propuestas que un candidato ofrece. Debemos elegir propuestas, en lugar de spots publicitarios. Claro, parte del problema radica que en el otro lado, por parte de los candidatos no ha habido mucho de eso: propuestas. Así como tampoco hemos tenido debate público sobre cómo las diferentes iniciativas impactarán al pueblo.  A pesar de eso, ejercer el voto no comienza cuando recibes las papeletas, sino cuando decides investigar lo que cada candidato propone.

2. Vota por convicción no por tradición
Es normal que las familias hondureñas tengan afiliaciones políticas tradicionales que se traspasen de generación en generación. Pero, en la actualidad debemos evitar caer en el error de votar por color político en lugar de votar por candidato. No siempre el partido o la corriente política de nuestra afiliación tendrán al candidato más capaz. Por eso, votar en plancha equivale a votar con ceguera. Nuestra decisión en las urnas debe estar basada en lo que capaz e íntegro que el candidato es para ejercer su función. Y no porque simplemente no queremos calentarnos la cabeza de andar pensando por quien votar, ya que nuestra familia “siempre ha votado así.”

3. Respeta a quien difiera de ti.

Es cierto que muchos podemos tener diferentes formas de ver la realidad social de nuestro país. Y por consiguiente, muchos tenemos diferentes opiniones en cuanto a política. A veces, dentro del mismo trabajo, dentro de la misma aula o dentro de la misma familia. Y eso está bien. Lo que no está bien es romper los límites de la tolerancia y el respeto hacia las personas que piensan diferente a ti. Un individuo es mucho más que el todo de su ideología política. Un ser humano es un portador de la imagen de Dios que ha sido plasmada en él o ella. Por consiguiente, el respeto y la tolerancia en el proceso electoral deben estar al frente. Somos hondureños primero y liberales, nacionalistas, libres, pactistas, etc. después. Las personas son más importantes que la política.

-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.

viernes, 10 de marzo de 2017

¿Que buscar en un candidato político? (pt. 2)


Con tantos candidatos postulándose para tantos puestos y con tantos diferentes spots publicitarios, es necesario, hoy más que nunca, detenernos a reflexionar sobre que es lo que en realidad debemos buscar en un candidato. Más allá de las canciones pegajosas, más allá de las sonrisas, más allá de las fotos chineando a niños y abrazando a ancianas, ¿qué es lo que en realidad debe tener alguien rumbo a un cargo oficial gubernamental éste domingo 12 de marzo?


Debemos votar por candidatos competentes.

El carácter integro es una característica esencial y no negociable de un futuro funcionario público. Pero, también se requiere que el candidato sea una persona competente. Debe ser honrado y de carácter integro. Y también debe saber cómo lograr cambios positivos para el bien común del país. Debe tener integridad de carácter y habilidad administrativa. 

En la actualidad se han vuelto populares las candidaturas de ex-deportistas y artistas. No hay nada de malo en ello. Están en todo el derecho de usar su plataforma pública ya establecida. Sin embargo, es importante recordar que los candidatos más apropiados son aquellos con experiencia competente que sea acorde con el cargo al que se están postulando. Aunque esto no necesariamente significa que deban tener experiencia política. De hecho, cada vez más la población hondureña parece tener un escepticismo pronunciado hacia aquellos que han hecho de la política una carrera.

Sino que, en resumidas cuentas, un buen candidato debe ser mostrar que ha sido efectivo  gestionando proyectos o que ha tenido administraciones exitosas bajo su cargo. Los mejores candidatos son aquellos que han liderado algo en la vida. Y lo han hecho crecer. Sea en el sector privado, social o educativo. Pablo aconseja en la carta a los Romanos que aquellos que lideran deben hacerlo "con diligencia" (Rom. 12:8). Las caras lindas no hacen que las cosas sucedan. Pero, el trabajo duro e inteligente sí. Vota por personas competentes que tengan un historial de gestionar y movilizar proyectos en beneficio de una comunidad, organización o compañía.

Un buen candidato también debe ser competente en hacer alianzas. Incluso al otro lado del pasillo. Los políticos sectarios motivan su base electoral de correligionarios. Pero, no son buenos estadistas. Cuando alguien es elegido para un cargo público vía la elección popular debe aprender a hacer alianzas estratégicas con personas de una ideología opuesta. Con el propósito de beneficiar al país. 

Abraham Lincoln era conocido por asignar personas en su gabinete que abiertamente retaron y cuestionaron su candidatura durante el proceso de campaña. Cuando le preguntaban por qué lo hacía, él contestaba que los intereses del país eran más importantes que su ego. Y elegía a estas personas no porque estaban de su lado, sino porque eran los mejores en su oficio. Y por ende, la mejor elección para el país.

En otras palabras, el beneficio general del país debe estar por encima del avance particular de la agenda del partido. Esto implica renunciar al hábito tan común de satanizar al partido opositor, culpándole de todos los males que flagelan al país. Y beatificar al partido propio, dándole el crédito de todo lo bueno que ocurre dentro de la nación. Los mejores funcionarios públicos son los estadistas que saben que su deber es servir a todos los hondureños. Y no los sectarios que se interesan primero en ayudar a sus correligionarios.


Este es el segundo artículo de la serie: "¿Qué buscar en un candidato político?" Lee el primero aquí.

-Luís Luna Jr. 
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.

martes, 7 de marzo de 2017

¿Qué bucar en un candidato político? (pt. 1)




Este es el primer artículo de la serie: ¿Qué buscar en un candidato político?

Con tanta gente lanzándose para tantos puestos en estas elecciones primarias, es importante detenerse un momento a pensar. Más allá de las canciones pegajosas (y odiosas), de las sonrisas hermosas y de los chocoyos infalibles...
¿Qué debemos buscar los hondureños en los candidatos postulándose para un cargo público al momento de votar este domingo 26 de noviembre?

Debemos buscar candidatos íntegros.

El sociólogo Matías Fúnez (QDDG) solía decir que los hondureños le rendimos pleitesía a la corrupción, sin siquiera darnos cuenta. Porque cuando escuchamos de alguien corrupto que hizo de las suyas sin ser atrapado, casi de inmediato decimos: "Fulano de tal sí que le entiende al trámite." ¡Cómo si eso fuera algo digno de admirar! ¡Cómo si la picardía fuera una virtud por la cual alabar a alguien! Hoy más que nunca necesitamos funcionarios públicos que NO LE ENTIENDAN AL TRÁMITE.

No sé si esta historia es cierta. Al menos no he podido verificarla en fuentes de primera mano. Pero, mi sabia maestra de sociología siempre la relataba. Ella decía que José Trinidad Cabañas, uno de los próceres de nuestra patria, era un hombre muy honrado. Tanto así que después de servir como presidente, regresó a vivir a su humilde casa de campo. Por ley, el estado estaba obligado a darle una pensión vitalicia asignada a todos los ex-presidentes. Sin embargo, cuando él recibió la pensión, se rehusó a aceptarla. Argumentando que el país debía invertir ese dinero en salud y educación, en lugar de gastarlo en él.

José Trinidad Cabañas, se podría decir, no le entendía al trámite. Porque era un hombre de carácter íntegro. La integridad significa que una persona sea de una sola pieza. Que lo que dice sea coherente con lo que hace. Que no “le entienda al trámite.” La integridad de un candidato siempre será más importante que la habilidad de un candidato. El talento sólo puede llevar a una persona hasta donde su carácter se lo permite. Más que políticos sagaces y habilidosos, necesitamos funcionarios públicos con integridad. 

Honduras necesita de políticos íntegros cuyo interés sea el bien común y no hacer del país un patrimonio personal. Honduras debe ser la república de todos, no de algunos. Toma en cuenta la integridad de alguien antes de darle tu voto. 

Y pocas cosas hablan más del carácter y la integridad de un hombre que su familia. Un elemento que debe tomarse en consideración al momento de elegir a un funcionario público es la estela que ha dejado en la guianza de su hogar. No me refiero a que sus familias deben ser perfectas. No hay familias que no tengan disfuncionalidad. Tampoco estoy hablando que sus hijos tienen que ser santos. Pues, llega un punto en donde los hijos adultos toman decisiones contrarias a la crianza en casa. Eso pasa hasta en "los mejores hogares."

Sin embargo, resulta un poco difícil creer que un alguien en su quinto matrimonio sea capaz de ser efectivo en la administración de un cargo público. Eso no significa tirar piedras injustamente. Sino reflexionar en que la forma en cómo un candidato ha gobernado su hogar dice mucho de su integridad…o de la falta de la misma. Es una falsedad creer que la vida privada y la vida pública son dos cosas distintas. La vida privada de alguien siempre rebalsará en su plataforma pública.

Muchos están en desacuerdo, por ejemplo, con las políticas implementadas y las órdenes ejecutivas emitidas por el ex-presidente norteamericano Barack Obama. Pero pocos se atreverían a refutar el hecho que durante los ocho años de su mandato, su hogar, tan examinado por el ojo público, estuvo limpio de escándalos morales en el seno de su familia. La manera en cómo un candidato ha cuidado de su familia es un indicador más importante que la cantidad de bebés que besa o las ancianas que abraza en los mitínes políticos.

Por consiguiente, este domingo 26 de noviembre debemos votar por candidatos que sean íntegros, que no le entiendan al trámite y que hayan manejado su hogar con sabiduría.

-Luís Luna Jr.

Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.

viernes, 3 de marzo de 2017

Predicación expositiva: El antídoto para la adoración anémica


Los cristianos evangélicos han estado especialmente atentos a la adoración en años recientes, iniciando un renacimiento en pensamiento y conversación acerca de lo que la adoración en realidad significa y cómo debe llevarse a cabo. Aún cuando este renovado interés ha resultado en lo que algunos han llamado "guerras de adoración" en algunas iglesias, parece que lo que A.W. Tozer llamó "la joya perdida" de la adoración evangélica está siendo recuperada.

Sin embargo, aunque la mayoría de evangélicos estarían de acuerdo que la adoración es central para la vida de la iglesia, no habría consenso para una pregunta que no puede ser evadida: ¿Qué debe ser central en la adoración cristiana? Históricamente, las iglesias más litúrgicas han argumentado que los sacramentos forman el corazón de la adoración cristiana. Estas iglesias argumentan que los elementos de la Santa Cena y el agua del bautismo presentan el evangelio de una manera más poderosa. Entre los evangélicos, algunos claman que el evangelismo es el centro de la adoración, planeando cada faceta del culto-canciones, oraciones, el sermón-con la invitación evangelística en mente.

Aunque la mayoría de evangélicos mencionan la predicación de la Palabra como una parte necesaria y común de la adoración, el modelo prevaleciente de adoración en las iglesias evangélicas está continuamente siendo definido por la música, junto con formas innovadoras de presentaciones de video y dramas. Cuando la predicación de la Palabra se retira, un gran número de innovaciones de entretenimiento tomarán su lugar.

Las normas tradicionales de la adoración ahora están subordinadas a una demanda de relevancia y creatividad. Una cultura de medios dirigida por las imágenes ha reemplazada la cultura centrada en las palabras que dio a luz a las iglesias de la Reforma. En algún sentido, la cultura dirigida por las imágenes del evangelicalismo moderno es una recepción total de las mismas prácticas rechazadas por los Reformadores en su búsqueda por una adoración bíblica.

La música llena el espacio de la mayoría de la adoración evangélica y mucha de esta música viene en la forma de coros contemporáneos marcados por poco contenido teológico precioso. Más allá de la popularidad de los coros como forma musical, muchas iglesias evangélicas parecen intensamente enfocadas en replicar presentaciones musicales de mucha calidad de estudio.

En términos de estilo musical, las iglesias más tradicionales presentan coros grandes-en algunos casos con orquestas-y puede que a veces canten los himnos establecidos de la fe.  Las contribuciones corales son a veces masivas en escala y profesionales en calidad. En cualquier evento, la música llena el espacio y dirige la energía del servicio de adoración. Una planeación intensa, inversión financiera y prioridad en la preparación están enfocadas en las dimensiones musicales de la adoración. Un staff profesional y un ejército de voluntarios gastan gran parte de la semana en ensayos y sesiones de práctica.

Todo esto no es perdido en la congregación. Algunos cristianos deciden optar por iglesias que ofrecen el estilo de adoración y experiencia que encajan con su expectativa. En la mayoría de comunidades, las iglesias son conocidas por sus estilos de adoración y programas musicales. Aquellos que no están satisfechos con lo que encuentran en una iglesia rápidamente pueden moverse a otra, algunas veces usando el lenguaje de auto-expresión para explicar que la nueva iglesia "llena nuestras necesidades" o nos "permite adorar."

Una preocupación por la adoración bíblica verdadera estaba en el corazón de la Reforma misma. Pero, aún Martín Lutero, quien escribió himnos y requirió que sus predicadores fueran entrenados en canto, no aceptaría que esta preocupación moderna con la música sea legítima o saludable. ¿Por qué? Porque los reformadores estaban convencidos que el corazón de la verdadera adoración bíblica era la predicación de la Palabra de Dios.

Gracias sean dadas a Dios, que el evangelismo se lleva a cabo en la adoración cristiana. Confrontados por la presentación del evangelio y la predicación de la palabra, los pecadores son atraídos a la fe en Jesucristo y la oferta de salvación es presentada a todos. De la misma manera, La Cena del Señor y el bautismo son honradas como ordenanzas por el mandamiento mismo del Señor y cada uno encuentra su lugar en la verdadera adoración.

Más aún, la música es uno de los regalos más preciosos de Dios a su pueblo y es un lenguaje por medio del cual podemos adorar a Dios en espíritu y en verdad. Los  himnos de la fe transmiten confesiones y contenido teológico robusto y muchos coros modernos recuperan un sentido doxológico perdido en muchas iglesias evangélicas. Pero, la música no es el acto central de la adoración cristiana, y tampoco lo es el evangelismo y los sacramentos. El corazón de la adoración cristiana es la predicación auténtica de la Palabra de Dios.

La predicación expositiva es central, irreducible y no negociable hacia la misión bíblica de brindar adoración auténtica que agrada a Dios. La declaración simple de John Stott enuncia el asunto con denuedo: "La predicación es indispensable para el cristianismo." Más específicamente, la predicación es indispensable a la adoración cristiana y no sólo indispensable, sino que central.

La centralidad de la predicación es el tema de ambos testamentos de la Escritura. En Nehemías 8 encontramos que el pueblo le pedía a Esdras, el escriba, que sacara el libro de la ley para la asamblea. Esdras y sus colegas se paraban en una plataforma y leían el libro. Cuando el abría el libro para leerlo, la asamblea se ponía de pie en honor a la Palabra de Dios y respondía: "Amen, amen."

Interesantemente, el texto explica que Esdras y los que le ayudaban "leían del libro de la ley de Dios, explicando todo lo que decía de manera que la gente entendiera lo que leían" (Neh. 8:8). Este texto sorprendente presenta un paisaje de la predicación expositiva. Una vez que el texto era leído, era explicado detalladamente a la congregación. Esdras no coordinaba un evento ni orquestaba un espectáculo-él simplemente y cuidadosamente proclamaba la palabra de Dios.

Este texto es un juicio sobrio hacia una gran parte del cristianismo contemporáneo. De acuerdo al texto, una demanda de predicación bíblica hizo erupción en el corazón del pueblo. Ellos se reunieron como congregación y llamaron al predicador. Esto refleja un hambre intensa y una sed por la predicación de la Palabra de Dios. ¿Adónde se encuentra este deseo evidente en los evangélicos modernos?

En demasiadas iglesias, la Biblia se encuentra silenciada. La lectura pública de la Escritura ha sido removida de muchos cultos y el sermón ha sido puesto a un lado, reducido a un breve devocional que es más bien un apéndice a la música. Muchos predicadores han aceptado esto como una concesión necesaria a la era del entretenimiento. Algunos esperan dar un breve mensaje de ánimo y exhortación antes de terminar el servicio.

Como Michael Green lo dijo tan punzantemente: "Esta es la era de los sermoncitos. Y los sermoncitos hacen cristianitos."

La anemia de la adoración evangélica-poniendo la música y la energía a un lado-es directamente atribuible a la ausencia de predicación  expositiva. Tal predicación confrontaría a la congregación con nada menos que la palabra de Dios viva y activa. Esa confrontación moldeará mientras el Espíritu Santo acompaña la palabra, abre los ojos y aplica la palabra a los corazones humanos.

-Este artículo fue escrito por Albert Mohler, presidente del Seminario Teológico Bautista del Sur en Louisville, Kentucky.

Traducido por Luís Luna Jr.