Con tantos candidatos postulándose para tantos puestos y
con tantos diferentes spots publicitarios, es necesario, hoy más que nunca, detenernos a reflexionar sobre que es lo que en realidad debemos buscar en un
candidato. Más allá de las
canciones pegajosas, más allá de las sonrisas, más allá de las fotos chineando
a niños y abrazando a ancianas, ¿qué es lo que en realidad debe tener alguien rumbo a un cargo oficial gubernamental éste domingo 12 de
marzo?
Debemos votar por
candidatos competentes.
El carácter integro es una característica esencial y no negociable de un futuro funcionario público. Pero, también se requiere que el candidato sea una persona
competente. Debe ser honrado y de carácter integro. Y también debe saber cómo
lograr cambios positivos para el bien común del país. Debe tener integridad de carácter y habilidad administrativa.
En la actualidad se han vuelto populares las candidaturas
de ex-deportistas y artistas. No hay nada de malo en ello. Están en todo el
derecho de usar su plataforma pública ya establecida. Sin embargo, es
importante recordar que los candidatos más apropiados son aquellos con
experiencia competente que sea acorde con el cargo al que se están postulando.
Aunque esto no necesariamente significa que deban tener experiencia política.
De hecho, cada vez más la población hondureña parece tener un escepticismo
pronunciado hacia aquellos que han hecho de la política una carrera.
Sino que, en resumidas cuentas, un buen candidato debe ser mostrar que ha sido efectivo gestionando proyectos o que ha tenido administraciones exitosas bajo su
cargo. Los mejores candidatos son aquellos que han liderado algo en la vida. Y
lo han hecho crecer. Sea en el sector privado, social o educativo. Pablo
aconseja en la carta a los Romanos que aquellos que lideran deben hacerlo
"con diligencia" (Rom. 12:8). Las caras lindas no hacen que las cosas
sucedan. Pero, el trabajo duro e inteligente sí. Vota por personas competentes
que tengan un historial de gestionar y movilizar proyectos en beneficio de una
comunidad, organización o compañía.
Un buen candidato también debe ser competente en hacer
alianzas. Incluso al otro lado del pasillo. Los políticos sectarios motivan su
base electoral de correligionarios. Pero, no son buenos estadistas. Cuando
alguien es elegido para un cargo público vía la elección popular debe aprender
a hacer alianzas estratégicas con personas de una ideología opuesta. Con el
propósito de beneficiar al país.
Abraham Lincoln era conocido por asignar personas en su gabinete que abiertamente retaron y cuestionaron su candidatura durante el proceso de campaña. Cuando le preguntaban por qué lo hacía, él contestaba que los intereses del país eran más importantes que su ego. Y elegía a estas personas no porque estaban de su lado, sino porque eran los mejores en su oficio. Y por ende, la mejor elección para el país.
Abraham Lincoln era conocido por asignar personas en su gabinete que abiertamente retaron y cuestionaron su candidatura durante el proceso de campaña. Cuando le preguntaban por qué lo hacía, él contestaba que los intereses del país eran más importantes que su ego. Y elegía a estas personas no porque estaban de su lado, sino porque eran los mejores en su oficio. Y por ende, la mejor elección para el país.
En otras palabras, el beneficio general del país debe estar
por encima del avance particular de la agenda del partido. Esto implica
renunciar al hábito tan común de satanizar al partido opositor, culpándole de
todos los males que flagelan al país. Y beatificar al partido propio, dándole
el crédito de todo lo bueno que ocurre dentro de la nación. Los mejores
funcionarios públicos son los estadistas que saben que su deber es servir a
todos los hondureños. Y no los sectarios que se interesan primero en ayudar a
sus correligionarios.
Este es el segundo artículo de la serie: "¿Qué buscar en un candidato político?" Lee el primero aquí.
-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.
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