lunes, 5 de junio de 2017

3 lecciones del liderazgo de Zinedine Zidane



No se puede negar que, después de lograr la faena histórica de ganar dos copas de Europa al hilo, cosa que ningún otro equipo ha hecho, actualmente, el Real Madrid es el mejor equipo del mundo. Ganar la Liga y Champions en una misma temporada es un golpe contundente más de la grandeza del club.

No dejo de escribir esto con cierto dolor: soy aficionado blaugrana. Pero, más allá de eso, un admirador del buen fútbol en todo lugar. Por eso: honor a quien honor merece.

Por otro lado, no solo me considero un aficionado del buen fútbol sino también soy un estudiante del liderazgo. Siempre trato de encontrar la manera en cómo los grandes líderes y las organizaciones exitosas obtienen grandes resultados en su área de desempeño. Y aprendo de ello.

En este caso particular, el Real Madrid no es sólo un gran club compuesto por grandes jugadores, sino liderado por un gran director técnico: el legendario ex-jugador galo Zinedine Zidane.

Por eso quiero compartir tres lecciones de liderazgo de la gestión de Zidane al frente del equipo merengue:

1. Preparación desde abajo.
“Aquellos que no tomaron en serio los pequeños comienzos, ahora se alegrarán viendo a Zorobabel terminar las obras.” –Zacarías 4:10

El Real Madrid siempre se ha caracterizado por hacer fichajes "bomba" y contrataciones llamativas que acaparan la atención de los medios. Este parece ser el modus operandi de Don Florentino Pérez. Sin embargo, la llegada de Zidane como técnico fue la excepción. El francés no llegó de un sólo a sentarse al banquillo del primer equipo. Su llegada tampoco fue con bombos y platillos, sino en medio de una debacle, después que los blancos se comieron cuatro goles en casa contra el Barcelona.

Zidane, el técnico, comenzó desde abajo. Dirigiendo los equipos de ligas inferiores. Y trabajando como asistente por un par de temporadas. El equipo ha cosechado estos logros porque Zidane se ha preparado por años atrás dentro de la misma institución para este momento.

Los grandes líderes no son personas que mágicamente obtienen éxito de la noche a la mañana. Sino que trabajan incansablemente noche, tras noche, tras noche. Hasta que una mañana, la gente a su alrededor se da cuenta de lo que alcanzaron.  

2. Trabajo duro
El alma del diligente será prosperada. –Prov. 13:4

Cualquiera objetaría que un club como el Madrid no tiene que trabajar duro sino que descansa en el talento de figuras como Cristiano Ronaldo, Luka Modric y Toni Kroos. Pero, eso no es así. 

En una conferencia de prensa inmediatamente después de la victoria en Cardiff, un periodista le preguntó a Zidane qué era lo que más destacaba cuando él miraba en retrospectiva a todo lo que ha alcanzado con el club. Sin dudarlo, Zidane contestó: "el trabajo duro."

Zinedine Zidane no sólo trabaja árduamente sino que ha sabido transmitir ese espíritu de disciplina a sus jugadores.

Por ejemplo, aunque Cristiano Ronaldo no sería nominado al premio como el jugador más humilde, uno de sus compañeros confiesa que el portugués es el primero en llegar a los entrenamientos y el último en irse. Es una superestrella, pero no se comporta así al momento de trabajar.

Los grandes resultados no se logran sin la disciplina consistente. El talento importa, pero todos conocemos personas extremedamente talentosas que nunca hicieron algo significativo con sus vidas. Un proverbio japonés dice: "El trabajo duro, tarde o temprano, alcanzará la inteligencia y la sobrepasará."

En el fútbol como en la vida, el talento por sí solo vale poco. Pero, la combinación de destreza y disciplina hace que las cosas ocurran.

3. Humildad
Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será exaltado. –Mateo 23:12

En otra de sus declaraciones después de conquistar la duodécima, Zidane afirmó sentirse afortunado por trabajar junto a una plantilla talentosa. "Pues nada hubiese sido posible sin ellos."

Esto puede ser tomado como la respuesta estándar de los técnicos ganadores, pero creo que el francés estaba hablando con sinceridad. 

El temperamento modesto y mesurado de Zidane contrasta con el controversial y memorable José Mourinho, quien salió de la institución blanca señalando a los jugadores e incluso revelando intimidades del vestuario madridista.

Los grandes líderes otorgan crédito a su equipo de trabajo cuando triunfan. Y asumen la responsabilidad cuando fracasan.

Que lamentable y patético es ver líderes egocéntricos, en todas las arenas de la vida, que pisotean a su gente para obtener el crédito de los resultados delante de sus superiores. Pero, rápidamente culpan a todos a su alrededor cuando las cosas salen mal.

Pocos vaticinaban un futuro exitoso para Zinedine Zidane cuando comenzó su carrera en el banquillo de primera división. Incluso los diarios madridistas más recalcitrantes cuestionaban su gestión. Pero, ahora con mucha disciplina, preparación y humildad ha callado muchas bocas. Incluyendo la mía.

¡Enhorabuena para Zizou! Como jugador, él era una muestra que el fútbol es un arte. Ahora, como técnico, es una muestra que el liderazgo también lo es.


¡Enhorabuena para todo el Madridismo!

lunes, 8 de mayo de 2017

Cuida tu aceite



En cierta ocasion un hombre recibio el trabajo de mantener encendido un faro que servia para guiar a los barcos a punto de atracar en el muelle. El dueño del faro fue claro con el nuevo administrador diciendole que su tarea sería esencialmente una: usar el aceite para mantener encendido el faro. "Esto" le dijo "es bastante importante. Porque de lo contrario la vida de los tripulantes de esos barcos corre mucho peligro."

El nuevo administrador entendio la tarea. Sencila y clara. Y se comrpometió a cumplirla.

Un par de semanas después de su primer día de trabajo, uno de los vecinos que vivía cerca llegó tocando la puerta a pedir un favor. "Mi esposa se quedó sin aceite para usar para estufa, señor. ¿Podría ser usted tan amble de regalarme un poco del que tiene?" El nuevo administrador no lo pensó dos veces y fue a traerle un poco. "De todos modos", pensó, "soy nuevo en este vecindario y hacer un par de amistades no caería mal."

Un par de días después, otro de sus vecinos llegó también a tocar la puerta y a pedirle un favor similar. "Ayer me cortaron la energía eléctrica, buen hombre. Estamos usando lámparas, pero nos quedamos sin aceite. ¿Será que usted nos puede regalar un poco para mantenerlas encendidas durante la noche?" El adminsitrador se lamentó ante la situación que estaba pasando su vecino. E inmediatamente corrió a la bodega a traer aceite para dárselo. El vecino regresó le agradeció efusivamente y regresó a su casa.

Unos días después, la voz se había corrido ya en todo el vecindario que el nuevo adminsitrador del faro resultó sre un hombre bondadoso. Esto llegó a oídos de él. Y se complació mucho. Esa misa tarde, llegó un  vecino también tocando la puerta del faro. "Escuché que usted tiene un gran corazón, señor" le dijo al adminsitrador.

"Resulta que he estado desempleado por 6 meses. Pero, por fortuna, he conseguido un trabajo. Comienzo mañana. Soy mecánico, y durante este tiempo no he usado mis herramientas. Estan muy sucias. Necesito llevarlas limpias mañana. ¿Podría regalarme aceite, señor, para que así yo pueda limpiarlas?"

El admninistrador se alegró de tener tan buena reputación a su alrededor. Con alegría, corrió hacia la bodega y le regaló varios galones de aceite a este hombre para que iniciara su primer dia de trabajo con el pie derecho.

Sin embargo, esa misma noche, el motor que mantenia encendido el faro se quedó sin aceite. Cuando el administrador se dio cuenta, corrió hacia la bodega a sacar un poco. Y para su sorpresa: no había quedado nada. El faro se mantuvo apagado.

Esa madrugada, un barco de carga que contenia 100 tripulantes naufragó al chocar contra los peñascos que están cerca de las aguas menos profundas. A causa de un faro que no se mantuvo encendido, esa noche, todos los tripulantes murieron.

A la mañana siguiente, mientras los noticiaros llegaban para reportar la enorme catastrfore, el dueño del faro corrió a buscar al administrador para preguntarle que diantres había pasado. El administrador del faro le dijo el problema fue que se había quedado sin aceite. Exaltado, el dueño le preguntó a qué se debía esto, pues le había dejado suficiente aceite para mantener trabajando el motor.

Él administrador, con gran pesar, respondió: "Es que...muchos vecinos me vinieron a pedir aceite para sus cosas...y yo no les pude decir que no." El dueño fijó su mirada en los ojos del administrador arrepentido y le dijo: "Muchacho, yo te di el aceite para una tan sola cosa: mantener el motor del faro encendido."

De forma similar, Dios le da aceite a Sus hijos para que cumplan con las asignaciones específicas a las que Él les ha encomendado. Pero, muchos lo desgastan, o mal gastan, en cosas que no son prioridad.

Gastando tiempo con gente infeliz que vive sumergida en el inframundo del chisme.

Pasando horas de más en redes sociales.

Queriendo cambiar la mentalidad de personas tercas con las que, simplemente, nunca se queda bien. Y por eso, cuando llega el momento en que tienes que estar con el motor encendido, simplemente ya no hay aceite, porque lo has gastado diciendo sí a cosas buenas, que te han alejado de lo que Dios realmente quiere que hagas.

La moraleja de la historia no es aprender a ser tacaño e inaccesible. Sino, discernir con sabiduría que cosas necesitan tu atención, energía y recursos. Y que cosas simplemente son drenajes de aceite.


-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.







lunes, 24 de abril de 2017

El verdadero dilema sobre el aborto



Imagina que un día decides enseñarle a tu hijo a cazar. Así que empacas tu rifle, sombreros, tienda de campaña y demás, los subes al carro y salen de viaje. Tú y él. Nadie más. Piensas que será un buen tiempo entre padre e hijo para crear vínculos fuertes a través de un fin de semana de cacería. ¡Como no! Como no, de todos modos pocas cosas son tan satisfactorias como padre e hijo construyendo recuerdos juntos.

Sin embargo, después de unas cuantas horas te topas con la realidad que tus instintos de padre son mejores que tus habilidades, o la falta de ellas, como cazador. La aventura, aunque divertida, no trajo ninguna presa. Al no cazar nada, se resignan y duermen un rato. Ya es madrugada.

De pronto, un ruido te despierta. Abres tus ojos. Y te fijas que tu hijo no está al lado tuyo. Salió, tal parece. Nervioso y pensando lo peor, dejas la tienda de campaña para ir a buscarlo. Observas las huellas de sus pisadas alrededor del lugar en donde cenaron. Cuando, de repente, escuchas su voz diciéndote: "Papá..."

El lugar está oscuro. Tú no miras mucho. Por eso, te detienes a identificar bien de donde proviene el sonido de su voz. Justo cuando te das cuenta que está detrás de ti, él te dice: "No voltees a ver, sólo dime si puedo matar esto que encontré."

Pausa. ¿Cuál sería tu respuesta? ¿Qué le dirías a tu hijo? ¿Le darías permiso de matar eso (lo que sea que eso sea)?

La respuesta es clara: no hay ninguna respuesta. No, al menos hasta que sepas bien a que exactamente se refiere tu hijo cuando te dice: "me encontré esto." No puedes otorgarle o negarle a tu hijo el permiso de matar "esto" si primero no sabes que diantres es "esto."

Por ejemplo, si tu hijo tiene enfrente a un pequeño escorpión, que de picar al niño, lo podría enfermar, entonces le dirías: "Sí, claro. Mátalo, antes que te pique a ti."

Pero, si por el contrario te fijas que tu hijo está apuntándole a otro niño, casi de su misma edad, pero que se encuentra perdido y que no sabe hablar tu idioma, entonces correrías a quitarle el rifle. Porque es la vida de un ser humano la que está en juego.
Y nadie debe, intencionalmente, quitarle la vida a un ser humano.

En esto, ni más ni menos, se centra el debate sobre el tema del aborto. No gira, o no debe girar, al menos, en torno a si las mujeres tienen autonomía sobre su propio cuerpo. La mayoría estamos de acuerdo en que las mujeres deben tener derechos sobre sus propios cuerpos. 

El asunto está en que primero se debe clarificar si existe otra persona, u otra vida, involucrada en ese proceso de hacer lo que quieran con sus cuerpos.

La controversia tampoco gira entorno a cuál es el camino moral en lo que respecta a embarazos ectópicos. Aunque con justa razón deben ser considerados este tipo de casos especiales.

No. La verdadera pregunta sobre la cual la temática de la despenalización o no del aborto debe girar es esta: ¿Qué exactamente es el feto? ¿Es nada más una amalgama de células? ¿Una bola de tejidos con órganos en formación, sin ningún derecho ni libertad? ¿Es el feto un sub-humano?

¿O acaso el feto es una persona humana? ¿Es un individuo con derechos y libertades, al igual que los de la mamá? Más importante aún, ¿es el feto una persona poseedora de un alma?

Si tu respuesta es la primera: el feto no es una persona. Entonces, cabe hacerse la pregunta: ¿por qué el feto no es una persona? Y de paso, ¿qué exactamente, entonces, es lo que constituye a una persona?

Algunos responderán diciendo que alguien es "una persona" por su facultad de razonar. Es decir, para ser denominado "persona" entonces se debe tener un funcionamiento neurológico apropiado. Como el feto no puede razonar, por lo tanto, el feto no es una persona.

Entiendo, pero ¿qué hay entonces de aquellos individuos con problemas mentales tan severos que no tienen un funcionamiento neurológico apropiado? ¿Qué hay del niño con un cromosoma menos cuyos procesos cognitivos son afectados a tal punto que no tienen "una capacidad de raciocinio" como la de la persona promedio? 

¿Merecen ellos la misma suerte que un feto abortado, entonces?

Otros responderán diciendo que lo que hace a alguien en "una persona" es su capacidad de contribuir al bien común.

En ese caso, ¿qué hay de aquellas personas en nuestra sociedad, que por una u otra razón, no "contribuyen al bien común"? ¿Qué pasa con el empleado que sufrió un accidente laboral quedando cuadripléjico y necesita ser atendido por su familia, tal vez por el resto de su vida? 

¿Qué pasa con la persona que tuvo un derrame cerebral que atrofió sus habilidades motoras a tal grado que no puede desempeñarse integralmente en un trabajo normal?

Siguiendo esa línea de pensamiento, ¿entonces las personas en discapacidad también merecen el destino de un feto abortado, también?

Tal vez otros contestarán que una persona se vuelve persona cuando está fuera del vientre, simple y llanamente dicho. Siendo así, ¿qué proceso especial ocurre para que el feto pase de ser un simple conjunto de tejidos y se convierta en una persona humana con dignidad y derechos en el mismo instante que sale del conducto vaginal? 

¿Entonces la característica determinante que establece si alguien es persona o no es el lugar en donde se encuentra? ¿Por qué el feto no es persona dentro del vientre pero si fuera de el, entonces?

Estas son preguntas serias que las personas a favor de la despenalización del aborto en Honduras deben contestar.

Porque, si por otro lado, lo que la mujer embarazada lleva dentro de sí es una persona humana, con dignidad y derechos; si aquello que se está gestando en el vientre es un individuo que merece igualdad de oportunidades y posee un alma, entonces el acto del aborto es un crimen de lesa humanidad en contra del segmento más desprotegido en nuestra país: el embrión.

Y si un embrión, entonces, es una persona y tiene vida, en tal caso, el aborto, sin más ni más, es el acto intencional de quitarle la vida a una persona en contra de su voluntad.

Ya hay un nombre para eso: asesinato. En conclusión, despenalizar el aborto equivale a despenalizar el asesinato.


-Luís Luna Jr.

jueves, 20 de abril de 2017

El poder de la manada


Lucas, el médico, relata un episodio en el que Jesús ora por la fe de Pedro. Específicamente para que Dios la fortaleciera. Jesús, en su atributo de omnisciencia, sabe que Pedro lo negara, y tal vez en parte por esto decide orar por su seguidor. Pero, hay algo interesante aquí: Jesús no ora por el resto de sus discípulos.

¿Por qué hace esto el Maestro? Él también pudo haber orado para que Dios fortaleciera la fe de los demás. Pero, sólo ora por Pedro. Lucas, después, nos dice en el mismo pasaje, que Jesús ha orado por Pedro, para que "una vez que él haya vuelto, fortalezca a los demás."

Jesús entonces oró por los demás. No para que Dios los fortaleciera directamente Él, sino para que fueran fortalecidos indirectamente por Dios a través de Pedro.

En repetidas ocasiones, en nuestro caminar con Jesús, Él nos fortalecerá directamente a través de los medios ordinarios de gracia como la meditación de la Palabra, la oración y el ayuno. Pero, también, en la mayoría de los casos, me atrevería a decir, en el día a día, Dios nos fortalece nuestra fe a través de otros. Con las palabras y actos de gracia de parte de  ellos hacia nosotros.

Esta es la razón, probablemente, por la que el Nuevo Testamento se encuentra plagado de referencias que hablan sobre "los unos a los otros." Porque la semejanza a Cristo no ocurre en el aislamiento, sino en la comunidad con otros. Jesús fortalece a algunos, para que después nosotros seamos fortalecidos a través de ellos. Y así también nosotros podemos fortalecer a otros. Los fortalecidos se convierte en fortalecedores. Para que luego nosotros también nos volvamos en fortalecedores.

En una de las mejores películas que ví el año pasado, "El libro de la selva", Mowgli, el niño criado por los lobos, repite el mantra que debía guiarlo por el resto de su vida: "La fortaleza del lobo está en la manada."

De igual forma, se podría decir que la fortaleza del cristiano está en su comunidad de fe. 

-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.

lunes, 17 de abril de 2017

Cuando Jesús aparece


El Domingo de Resurrección es especial para los cristianos. Hay muchas razones para esto. En primer lugar, la resurrección marca el inicio de la instalación de un nuevo y diferente Reino. Jesús irrumpe el viejo orden del mundo. Paulatinamente desplazado por su nuevo gobierno. También, en la Resurrección, Dios Padre vindica a Su Hijo. Ray Ortlund dice: "En el viernes santo, Jesús exclama: Consumado Es. En Domingo de Resurrección, el Padre afirma: "Amen a eso."

Por esto y mucho más, podríamos argumentar que este día es el más importante para el cristianismo. Ya que nuestra fe está centrada en el acto de la Resurrección. Y sus implicaciones para nosotros. Debemos, entonces, estar agradecidos por la oportunidad de celebrarlo con libertad.

Sin embargo, pocos se preguntan o sienten curiosidad por inquirir en las cosas que Jesús hizo o la gente con la que él se encontró después de haber resucitado. Entre el día de Resurrección y su ascensión pasaron aproximadamente seis semanas. ¿Qué hizo Jesús en este tiempo? Una de las cosas, al menos, que se puede observar es que hay un golfo de separación entre los relatos pomposos y espectaluares del nacimiento de Cristo y las historias sobre las apariciones del Jesús resucitado. El Nuevo Testamento registra alrededor de diez apariciones del Mesías. Según algunos comentaristas, la mitad de estas apariciones fueron en casi un día, durante unas breves horas de tiempo.

Imagina, por un momento, que tú eres Jesús. Has resucitado. ¿Que harías? ¿Qué sería lo primero en lo que te enfocarías después de haber regresado de la muerte? ¿De qué forma comunicarías tu mensaje que estás "de regreso"? Es probable que te fueras a un lugar muy transitado y deslumbraras a todos con un milagro llamativo. O tal vez entrarías caminando arrogantemente a la casa de Anás y Caifás para decirles que has venido por ellos. A vengarte. Harías algo en un lugar en donde todo mundo te viera. Para que sepan que venciste a la muerte. Y ahora vives.

Pero, Jesús no hace eso.

El Cristo resucitado tuvo apariciones extrañas. Contraproducentes, incluso. ¿Por qué? Bueno, Jesús se apareció a personas normales en situaciones ordinarias.

Se apareció en una cena privada con discípulos temerosos, a dos hombres desencajados que iban por el camino a Emaús, a una mujer que se encontraba en un jardín y a un grupo de pescadores frustrados en un lago.

De hecho, pareciera que a simple observación, Jesús prefería aparecésele a pequeños grupos de personas en lugares pocos visibles. Y luego se iba. El Cristo resucitado, el primero de los frutos de la nueva humanidad, se le aparece a personas ordinarias en circunstancias corrientes.

Creo que esto significa algo para ti.

Así como Jesús se apareció a muchos mientras realizaban labores ordinarias, el Cristo resucitado aparece en tu vida cuando menos lo esperas. Y donde menos te imaginas. Porque donde sea que Él llega, todo cambia.

Puede ser que muy de mañana estás preparando la merienda para tu hijo, en medio de lágrimas porque sientes que tu matrimonio cuelga de un hilo. Pero, ahí, de pronto el Cristo resucitado aparece para tomarte de la mano, acompañarte en tu dolor y ayudarte a seguir amando sacrificialmente.

A lo mejor, pasa que te quieres levantar para asear tu sala, pero rápido te topas con la realidad que tus energías no son las mismas después de atravesar muchas quimioterapias. En medio de la confusión que conlleva ajustarse a un nuevo estilo de vida, mucho más lento, el Cristo resucitado aparece dandote esperanza que un día tendrás un cuerpo glorificado. ¡No más cáncer!

O simplemente no quieres escribir el siguiente sermón. Porque estás en una temporada ministerial árida. La gente es malagradecida. Los corazones son duros. Los mensajes pasan por alto. Las oraciones no tienen efecto. Pero, de pronto el Cristo resucitado se te aparece para subirte a Sus grandes hombros. Y te recuerda que Él es el Buen Pastor. Y tú nada más un simple pastorcillo que también necesita ser guiado y pastoreado por Él.

Por lo general, Jesús se aparece en circunstancias que menos te lo esperas. En las más ordinarias y normales. Jesús está ahí. Pues, en lo natural y común de la vida es donde presenciamos lo sobrenatural y trascendental de Dios. Porque cuando el Cristo resucitado se aparece, todo cambia.

-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.

domingo, 16 de abril de 2017

La Resurrección de Cristo: Evidencia y Significado


Hoy se celebra en el calendario lo que se conoce como "Domingo de Resurrección." Pero, muchos incluso aquellos que provienen de un trasfondo cristiano ven este día como algo meramente simbólico. De la misma forma que sucede con todo lo demás en la vida, lo que es concreto se vuelve simbólico, para después convertirse en nada más que una leyenda. Muchos que profesan a Cristo creen que Él está vivo porque "vive en sus corazones." 

Aunque entiendo el sentir detrás de una afirmación como esta, es algo muy erróneo de creer. Pensar así contribuye a que tengamos ideas con matices más platónicos que cristianos sobre la resurrección. En lugar de sostener una firme, sólida e inquebrantable convicción que Cristo en realidad resucitó de entre los muertos. Física y corporalmente.

Comprender bien la resurrección de Cristo significa, primero, situar este acontecimiento en la categoría de pensamiento adecuada. Esto quiere decir, por ejemplo, que la resurrección no es un asunto filosófico. Aunque tenga muchas implicaciones acerca de la metafísica (el ser), la ética (el hacer) y la epistemología (el saber).

De la misma forma, que la resurrección tampoco es un asunto exclusivamente teológico. Quiero ser claro aquí. Es cierto que la resurrección tiene explicaciones teológicas. Muchas. Y no puede ser entendida apropiadamente en un vacío exento de una interpretación acertada de lo que Dios ha revelado. En la Escritura y en Su hijo. Pero, no es algo que sólo se circunscribe, en última instancia, al campo de la teología.

Sino, que para entender mejor la resurrección debemos saber que es un asunto, primordialmente, histórico. Claro, hay una relación estrecha entre la historia y la teología. Los actos históricos son la materia prima de la interpretación teológica. Aquello que ocurre es lo que genera teología. Y la teología explica aquello que ocurrió. 

"Cristo resucitó" es un hecho histórico. "Cristo resucitó para justificación de nuestros pecados" es una explicación teológica al hecho histórico. Por eso, sólo se necesita dar un breve repaso a los escritos contemporáneos del judaísmo del tiempo de Jesús para darse cuenta que una afirmación como la de "Cristo está vivo porque Él vive en mi corazón" sería un concepto muy lejano para alguien viviendo en la Palestina del siglo I.

Incluso, el mismo apóstol Pablo asevera contundentemente que las personas deberían sentir lástima por los cristianos si Jesús en realidad no resucitó. Porque si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe. Y también vana es nuestra predicación. Entonces aquel que con seguridad afirman que la única evidencia por la que Jesús vive es porque "Él vive en sus corazón" está consecuentemente socavando la misma fe que con ahínco ha decidido profesar.

El cristianismo está fundamentado principalmente en el acto histórico de la resurrección del hijo de Dios. Sin esto, nuestra fe sólo sería una forma ética de vivir con un par de recursos existenciales que ayudan a las personas a lidiar con el sufrimiento en el mundo.

La resurrección de Cristo es un elemento central en la buena noticia del Reino.

Lo que en verdad importa no es cuantos años tiene la tierra. Sino que Cristo resucitó. Lo esencial no es si los evangelios tuvieron o no el documento Q como fuente común. Sino que Cristo se levantó de entre los muertos. Es importante, entonces, que nos preguntemos: ¿En realidad fue la resurrección física y corporal de Jesús un acontecimiento que ocurrió dentro de la historia de la humanidad?

El historiador académico Gary Habermas comparte tres razones como explicaciones que así lo fue.

1. Los primeros testigos
Los relatos de los evangelios que registran la resurrección de Cristo afirman algo en común: los primeros testigos fueron mujeres. ¡Mujeres! Esto es un detalle importante. Pues, en esta época el testimonio de una mujer no se tomaba en cuenta. En ningún lugar. Mucho menos en una corte. Si la resurrección era un invento, estaba muy mal planeado desde el inicio. 

Según el apologista William Craig, el testimonio de las mujeres acerca de la resurrección de Jesús arruinaría la credulidad del mensaje para la audiencia original. Los discípulos tenían que haberse asegurado de registrar que los primeros testigos fueron hombres. No mujeres. A menos, claro, que en realidad Cristo haya resucitado. Y los biógrafos evangelistas nada más estaban registrando los hechos.


2. El lugar donde inició la predicación del evangelio
Lucas, el historiador, quien también era médico de profesión, relata que uno de los primeros lugares en donde se comenzó a predicar el evangelio fue en Jerusalén. ¿Qué tiene de importancia esto? Bueno, si tu mensaje es un cuento de hadas y puras patrañas, entonces lo más lógico es proclamarlo en un lugar lejos de los acontecimientos en los que tu mensaje se basa. 

Si todo es mentira, entonces lo normal sería comenzarlo a predicar en un lugar lejano en donde sería más fácil engañar a las personas. Pero, no. Los discípulos comenzaron a hablar del Cristo resucitado en aquellos lugares en donde Él había andado. Y específicamente en la ciudad en donde había sido brutalmente asesinado y muchos lo habían visto morir.

La explicación más viable de hacer algo tan sin sentido como proclamar acerca de una persona resucitada en el mismo lugar en donde fue asesinado es que, en verdad, esto ocurrió.

3. El origen de la iglesia.
Muchos críticos y escépticos afirman que la resurrección es nada más que un invento de los primeros cristianos para legitimar su fe. La iglesia, dicen, dio origen a la creencia de la resurrección de Jesús. Pero, esto es a la inversa. No fue la iglesia que originó, por así decirlo, la "idea" de la resurrección. 

Más bien, fue la resurrección como acto histórico que dio origen a la iglesia. Y que también sirvió como catalizador para la multiplicación tan rápida del cristianismo en el mundo entonces conocido.

Algunos observan que han habido relatos paganos similares a la resurrección de Jesús. En donde "hijos" de deidades paganos también regresan del más allá. Y esto influenció significativamente a los primeros cristianos de tal manera que adaptaron estos relatos paganos a la explicación de la historia sobre la resurrección. Pero, esto muestra un desconocimiento del judaísmo como religión. 

¿Por qué? Porque es necesario recordar que los primeros cristianos provenían de un trasfondo judío. Por tradición, los judíos son monoteístas. Es muy poco creíble pensar que una religión tan devota y celosa en mantenerse al margen de contaminaciones paganas sería fácilmente influenciada por estos relatos mitológicos de otros dioses. Tal cosa hubiese sido vista como una gran aberración hacia Yawheh.

Por otro lado, es importante observar que los primeros cristianos sufrieron persecución. Del peor tipo. Directa e indirectamente. Aun así, la sangre de los mártires fue la semilla de la expansión de la iglesia. Los primeros cristianos estuvieron dispuestos a dar su vida. No podían callar. Y la razón por la que no podían callar no era por lo que habían sido enseñados o instruidos. Sino por lo que habían visto y oído (Hechos 4:20).

Ahora, es necesario que nos preguntemos: ¿qué es lo que significa la resurrección? No sólo como un acontecimiento histórico en una línea de tiempo. Sino, ¿cuáles son algunas de las implicaciones teológicas de ella, por así decirlo?

El mensaje del Cristo resucitado significa, entre otras cosas, que la oscuridad no triunfó. Porque la muerte no lo pudo contener. En la resurrección, Dios estaba vindicando a Su hijo. Al mismo tiempo que estaba justificando a aquellos que habían de arrepentirse y creer en Su hijo. La resurrección es el mensaje que Dios venció a los principados y a las potestades de las tinieblas.

El milagro de la resurrección es lo que hace que el evangelio sea mucho más que un conjunto de buenos consejos. Sino, un mensaje de buenas noticias. La palabra evangelio proviene del vocablo griego "euangelion." En la antigua Grecia era usado de varias formas. Pero, una de ellas, la más común, quizá, era cuando era pronunciada por un mensajero que venía del campo de batalla. 

Cuando los ejércitos iban a la guerra, siempre llevaban a un muchacho en forma, atlético, que sirviera como mensajero para reportar el desarrollo del conflicto a las personas que quedaban en el pueblo. Los habitantes podían darse cuenta, viendo aún desde lejos, si las noticias que el mensajero traía eran buenas o malas. 

Ya sea por su forma de correr o por el semblante de su cara. Si el ejército iba perdiendo, el venía corriendo lentamente, por lo general, con un rostro desencajado. Eso daba la pauta para que los habitantes, atemorizados, se prepararan y tomaran las precauciones necesarias.

Pero, cuando las noticias eran buenas, entonces el mensajero corría rápidamente hacia la plaza de la ciudad o a los lugares más concurridos. Buscaba el lugar más alto en donde ubicarse, sacaba una espada y la alzaba al mismo tiempo que gritaba: "¡EUANGELION! ¡EUANGELION! ¡NUESTRO REY HA VENCIDO!"

Ese es exactamente el mensaje de la resurrección: ¡Buenas noticias: El Rey Jesús ha vencido a los ejércitos del mal! Y ahora nuestro Rey ofrece misericordia y perdón a aquellos rebeldes que se arrepienten y ponen su fe en Él.

La resurrección de Cristo deja de ser un simple acontecimiento dentro de la historia de la humanidad. Sino que es el nacimiento y el punto de partida de la nueva humanidad. La resurrección del Hijo de Dios comienza el ordenamiento de una comunidad alternativa a la sociedad en la que estamos. 

Un Reino inconmovible que es de otro mundo y que no es intimidado por los señores de este siglo. Y que avanza para instaurar el gobierno del orden, paz y armonía de Dios en cada pulgada de la tierra. Como en el Edén. Consumado es. La cabeza de la serpiente ha sido aplastada.

-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.


martes, 4 de abril de 2017

Tu pasado no te excluye de servir a Dios


Muchas personas piensan que sus pecados pasados son lo suficientemente grandes como para impedirles que sirvan a Dios. Pero, esto no es cierto. Y lo podemos evidenciar a través de la vida del apóstol Pedro, quien después de pecar de una forma tan escandalosa y pública, Dios lo siguió usando. Tanto así que el historiador Lucas registra que Pedro predicó uno de los sermones más efectivos en el comienzo de la iglesia primitiva.

En el día de pentecostés Pedro se pone de pie ante una multitud que no tenía idea alguna de lo que estaba pasando al ver personas bautizadas en el Espíritu Santo. Con mucho denuedo, Pedro prosigue a proclamar el mensaje del evangelio. Cualquiera diría que esto es un acto sorprendente. Considerando que un tiempo atrás, este mismo hombre había negado públicamente a Jesús. Y ahora se encontraba predicando con gran valentía, sin temor alguno a perder su vida, incluso.

Pensemos lo que pudo haber pasado por la mente de Pedro antes de pararse a predicar. Es posible que batalló entre si hacerlo o no. De todos modos, era muy probable que entre la audiencia reunida ahí se encontraba la criada que señaló a Pedro diciendo que él era uno de los seguidores del galileo, la noche que él negó a Jesús. ¿Qué tal si ahí estaban también las personas que insistieron esa fatídica vez reiterándole que él había andado con Jesús ya que su misma manera de hablar lo delataba? 

Era posible que el temor a que le sacaran a relucir su pecado pasado paralizara a Pedro. No obstante, él estaba confiado que su predicación no estaba fundamentada en su propia justicia, sino en la justicia de Cristo. De no haber sido así, entonces uno de los sermones más efectivos en la historia no se hubiera predicado.

Verás, Dios tiene la irresistible facultad de tomar tu fracaso y volverlo en un milagro. Eso fue exactamente lo que pasó con Pedro, el apóstol. Y es exactamente lo mismo que Dios quiere hacer contigo.

Los humanos no somos inmutables. Eso quiere decir que el estado en el que nos encontramos no necesariamente será el estado en el que permaneceremos. Si estamos en Cristo, debemos  parecernos más a Él paulatinamente. Ninguno de nosotros somos un producto terminado y empaquetado. Por el contrario, somos obras en proceso. Jarrones de gracia que estamos siendo moldeados por las manos amorosas del Alfarero. 

Es por eso, entre otras cosas, que amo la Biblia. Porque en ningún momento esconde los errores y tropiezos de sus personajes. Sino que los muestra con toda claridad para que nuestro ánimo en el Señor sea edificado.

Y esto desarrollo lo vemos en la vida de Pedro. El Dr. Steven Cole muestra cómo Pedro creció en tres diferentes maneras.

En primer lugar, al comienzo de su ministerio con Jesús, Pedro era una persona extremadamente arrogante. Podemos observar esto cuando Jesús predice que sus discípulos huirían negándolo. Pedro es el primero en decir que esto no sería así en el caso de él, ya que de ser necesario, estaba dispuesto incluso a dar su vida. Pero, jamás haría algo como dejar abandonado a Jesús. 

Esta arrogancia no debe confundirse con valentía. Pues, momentos después notamos que las cosas no fueron así. Sino que más bien, Pedro seguía a Jesús desde lejos y lo negó cuando las personas señalaron que él andaba con Cristo. Pero, años después, cuando Pedro escribió una de sus cartas, ahora con alguna experiencia sobre sus hombros, él aconseja con prudencia: "Vístanse de humildad y sírvanse unos a otros.” 1 Pedro 5:5.

El fracaso tiene una pedagogía fructífera: nos enseña a ser humildes. Así como se lo enseñó a Pedro. Por eso, siempre que te encuentres con personas que caminan por la vida llevándose a los demás con el pecho, estás viendo a alguien que va en el carril izquierdo dirigiéndose hacia un fracaso inevitable que terminará, en el mejor de los casos, con una severa dosis de humildad.

En segundo lugar, cuando Jesús pidió a tres de sus seguidores más cercanos que le acompañarán a orar, Pedro también estaba ahí. Pero, no pudo velar junto al Maestro en oración. Ni siquiera una hora. Al parecer, orar no era una de las prioridades en el ministerio de Pedro. Sin embargo, años después, Pedro en una de sus cartas, escribe que: "debemos velar y orar” (1 Pedro 4:7).

El fracaso tiene el potencial de enseñarnos a depender más de Dios a través de la oración. Siempre que confiamos en nuestro repertorio de talentos, conexiones y recursos por encima de todo lo demás, Dios tiene el irresistible hábito de permitir que nuestros castillos de arena sean llevados por la marea alta de la vida. 

Para que así caigamos a la realidad que todo procede de Dios y debemos depender de Él. La vida cristiana no se trata de hacer algo por Jesús sino de hacer todo con Jesús. El fracaso nos enseña a depender más de Dios por medio de la oración. 

En tercer lugar, la noche que los soldados llegaron a traer Jesús para llevarlo preso, Pedro no soportó el hecho que su Maestro fuera tratado como un criminal. Habiendo sido miembro de la organización revolucionaria de los zelotes, cuya misión principal era liberar a Israel de las cadenas del imperialismo romano, Pedro se levanta con una espada y le corta la oreja a uno de los soldados. 

Sin embargo, un tiempo después, Pedro escribe en una de sus cartas que es necesario "padecer con paciencia en los sufrimientos pues sólo así tendremos una gloria segura." (1 Pedro 2:20).

El fracaso le enseñó a Pedro a ser paciente en la escuela del sufrimiento. De la misma manera que las lecciones aprendidas en la universidad del fracaso nos ayudan a confiar en Dios pacientemente en medio de las pruebas.

Pedro no fue valiente cuando negó a Jesús. Todo lo contrario, fue un acto de cobardía. Pero, cuando él se paró a predicar el evangelio en el día de pentecostés, Dios había usado su fracaso pasado para hacerlo un mejor hombre y un mejor seguidor de Jesús. Tu pecado podrá ser grande, oscuro, escandaloso y muchas cosas más. Pero, eso no significa que Dios no te pueda usar. Dios está interesado en restaurarte, no en reemplazarte.

En cierta ocasión, un hombre salió de vacaciones con su esposa e hijos en el carro de la familia. Poco tiempo después, el carro se averió y quedó varado en medio de la nada. Sin saber mucho que hacer, el hombre se bajó, levantó el capó e intentó repararlo. De pronto, un carro lujoso se detuvo. Y se bajó un hombre millonario vestido de manera muy elegante. Se acercó al dueño del carro malo y le ofreció ayuda. 

Éste, incrédulo, pensó: “¿Qué sabe un millonario de arreglar carros?” Pero, como estaba en apuros y no había nadie cerca, lo dejó que le ayudara. Después de hacer unos arreglos en el motor, el millonario le dijo al hombre: “Cuando yo le diga, enciéndalo.” El dueño, aún incrédulo, como no tenía nada que perder le contestó: “Sí, como usted diga.” “Ahora, enciéndalo.” Y de pronto, como por arte de magia, el carro encendió.

Muy sorprendido, el dueño del carro le dijo al hombre rico: "¡¿Cómo hizo eso?! ¡Por favor déjeme pagarle!" El magnate le contestó: "No se preocupe, señor, así déjelo. Además, como usted podrá ver, no necesito su dinero. Que tenga un buen viaje."-"¡No, señor, no puedo dejar que usted se vaya así por así. Al menos dígame porqué usted se detuvo en medio de la nada para ayudarme” replicó el dueño.

 -"Bueno, ya que insiste, buen hombre. Me detuve porque usted maneja un carro Ford. Y mi nombre es Henry Ford, por tanto, no puedo permitir que algo que yo diseñé no esté funcionando a la manera para la cual yo lo construí. Por eso tuve que restaurar mi creación."

Dios, tu Creador está interesado en restaurarte, no en reemplazarte. Tu pasado no significa que estés excluido de servir a Dios en el presente. Y en el futuro.

-Luís Luna Jr.

Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.

viernes, 31 de marzo de 2017

Tu pecado no es suficiente


Todos los pecados son ofensas delante de Dios. Pero, hay algunos que causan un impacto negativo mayor en las personas que nos rodean. Por ejemplo, no es lo mismo que un cristiano se pase un semáforo en rojo. A que un líder espiritual sea encontrado en una falta moral grave como el adulterio. Claro que uno causará mucho más escándalo que el otro. Por eso, si ha habido alguien que pecó de una forma tan públicamente escandalosa, ese fue el apóstol Pedro. La negación de Pedro hacia Jesús, según lo relatado por los biógrafos del Mesías, fue algo nefasto. Por muchas razones.

En primer lugar, Pedro fue muy cercano a Jesús. Durante el desarrollo de su ministerio, Cristo se convirtió en un líder popular. Las masas se aglomeraban para escuchar lo que él tenía que decir ya que la gente encontraba que enseñaba con una autoridad que parecía faltarle al resto de los rabinos contemporáneos. Así también, Jesús realizaba muchos milagros. Sanando enfermos y haciendo grandes prodigios. Por esto, las multitudes siempre estaban detrás de él en cualquier lugar que estuviera.

No obstante, aunque era muy seguido por muchos, Jesús eligió a doce hombres para compartir su vida y ministerio de una forma más íntima que con el resto. Si te tomas el tiempo de leer los evangelios, te darás cuenta que estos hombres no tenían nada espléndido. No eran la crema de la nata, ni mucho menos. Eran simples hombres comunes y corrientes que tenían trabajos sencillos.

Curiosamente, uno de los axiomas de liderazgo más populares es que si quieres llegar lejos debes rodearte de gente capaz con un buen pedigree. Tal parece que Jesús fracasó de acuerdo a la sabiduría convencional de los bestsellers modernos de liderazgo. Porque estos simples hombres eran nada más y nada menos que eso: simples hombres. Y dentro de estos doce discípulos, Jesús tenía un círculo más cercano aún, compuesto por tres de sus seguidores: Juan, Jacobo y Pedro. 

Es decir, Pedro era parte del grupo más íntimo con el que Jesús compartió. Y a pesar de esto, Pedro negó a Jesús.

En segundo lugar, Pedro fue de los discípulos que experimentó de primera mano muchas de las obras milagrosas del Maestro. Por ejemplo, cierta vez que Jesús se le apareció a un grupo de pescadores por la noche mientras caminaba por las aguas, Jesús invitó a Pedro a que hiciera lo mismo. Y por un breve momento de fe seguido de incredulidad, Pedro, al igual que Jesús, milagrosamente caminó por las aguas sin hundirse. 

Pedro también estuvo ahí cuando los panes y los peces fueron multiplicados delante de los ojos de la multitud. A sí mismo, Pedro estuvo en primera fila cuando Jesús sanaba a los paralíticos y daba vista a los ciegos. En definitiva, Pedro jamás podría argumentar que fue orillado a las periferias del ministerio por Cristo. Siempre tuvo acceso directo al Maestro. Y pesar de esto, Pedro negó públicamente al Salvador.

Y por si esto fuera poco, Pedro negó a Jesús en el momento en que su Maestro más necesitaba de los suyos. Antes que Jesús fuera apresado, él se retiró a orar en el monte Getsemaní. El escritor bíblico relata que la aflicción era tan grande en el corazón de Jesús que su sudor era tan denso como gotas de sangre. 

Estas fueron, muy probablemente, las horas más difíciles que Jesús tuvo que atravesar. Y cuando más Él necesitó de aquellos por los que estaba a punto de dar su vida, Pedro le dio la espalda. En el momento más vulnerable, el apóstol negó a Jesús.

Pedro fracasó de forma pública y escandalosa delante de muchos. Y puede que tú sientas que ese es tu caso también.

A lo mejor has amanecido demasiadas veces en la cama equivocada junto a la persona incorrecta.

Tal vez estás atravesando la difícil etapa de un embarazo pre-matrimonial.

Es posible, incluso, que has consumido más droga de la que tu sistema tolera y tus recuerdos están llenos de remordimientos a causa de eso.

O probablemente tu hogar se está desintegrando delante de tus propios ojos...y de los ojos de los demás.

Puede que todo eso sea cierto y sea una verdad difícil de confrontar.

Pero, también, la buena noticia del evangelio es que tu pecado, por muy estrepitoso y público que sea, al igual que el de Pedro, no puede separarte del amor de Dios en Cristo.

En la biografía de Jesús escrita por Juan Marcos, en el capítulo 16, Dios permite que un muchacho se encuentre providencialmente con un par de mujeres que llevaban especies aromáticas para ungir el cadáver de Jesús. Y el mensaje que este joven les da es el siguiente (v.7): "díganle a los discípulos y a Pedro, que él (Jesús) va delante de vosotros a Galilea, ahí le veréis, tal y como él lo había prometido."  Ahora, bien, notemos que lo que este muchacho NO dice es: "Díganle a los discípulos, EXCEPTO al traicionero de Pedro." 

Él pudo haber dicho esto. De todos modos, había vasta evidencia para desechar a una sabandija cobarde como lo fue este hombre. Pero, el comunicado no fue así. De haber usado la palabra "excepto" el mensaje hubiese denotado exclusión. Pero, la palabra que usó el mensajero fue una llena de compasión sacrificial. Él dijo: "Díganle a los discípulos Y a Pedro." Esto denota inclusión, misericordia y gracia escandalosa hacia alguien que públicamente negó a Su Salvador.

Si alguna vez hubo alguien en la historia de la Iglesia cristiana con argumentos de sobra para ser excomulgado después de tocar fondo de una forma tan horrible, ese fue Pedro, el apóstol. Pero, las cosas no resultaron así. Porque tu pecado, tal como el de Pedro, es insuficiente para separarte del amor de Dios. Pues, el sacrificio de Cristo fue suficiente para reconciliarte con Dios.

Este amor no es barato. Todo lo contrario. Tiene un costo muy alto. Tu pecado fue tan grande que el hijo de Dios tuvo que morir por ti. Tu estado es peor de lo que crees. Pero, Su gracia es tan vasta que el hijo de Dios estuvo dispuesto a morir por ti.   Eres más amado de lo que imaginas. De hecho, las cicatrices de Jesús son fuentes inagotables de agua viva, que saben a gracia sacrificial y a misericordia fresca. 

Esto no quiere decir que tienes una licencia para seguir pecando. De todos modos, fue tu pecado lo que causó esas cicatrices. Sino, que ahora puedes correr libremente hacia el Trono. En donde siempre serás recibido por el Rey del Universo. El que murió por los cobardes que le han negado, como Pedro. Y como yo.

-Luís Luna Jr.

Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.

miércoles, 29 de marzo de 2017

Tu pecado no es invisible


Un sociólogo hondureño solía hacer la observación que nosotros le damos pleitesía a la corrupción en nuestro país. Muchos tienden a admirar secretamente a aquellos que hacen cosas malas, sin que nadie los vea, y logran salirse con la suya. Por ejemplo, es común escuchar siempre a más de algún señor alabar a un pícaro diciendo cosas como: "Fulano sí que le entiende al trámite." Como si esconder las fechorías es una virtud digna de admiración. No obstante, aunque gran parte de la población en nuestro país piense que uno puede libremente hacer el mal y escaparse de los mecanismos de justicia, hay una verdad inmutable: nadie logra que su pecado escape de la mirada de Dios.

El evangelio según Marcos (cap. 14) relata un episodio muy particular, acerca de un personaje interesante: Pedro, el apóstol. Pedro es el tipo de persona que habla más de lo que debe y que siempre actúa de forma impulsiva. Es de los hombres que siempre tienen 20 centavos de opinión para tirar acerca de todos los temas en la conversación. Una noche antes de ser apresado, Jesús comparte un tiempo con sus discípulos, los doce hombres que habían estado con él durante el transcurso de su ministerio. Y en esa reunión, Jesús advierte que ellos le dejarán y lo van a negar. Ante esto, Pedro, con el ego herido, pues había sido parte de una organización revolucionaria conocida como "los zelotes", y por naturaleza muy beligerante, se pone de pie y dice que eso no será así, al menos en el caso de él. Jesús conociendo mejor la situación le dice que en realidad, esa misma noche, antes que el gallo cante, Pedro negará a Su maestro. Dicho de otra manera, Jesús mira el pecado y el fracaso de Pedro aún antes que él lo cometa.

Más adelante, Lucas, el médico historiador, registra que una criada señala a Pedro diciendo que él era uno de los que andaban con el nazareno, pues su forma de hablar lo delataba. Pedro niega contundentemente tener alguna relación con Jesús. Y en uno de los versos más oscuros y tristes en los evangelios, Lucas 22:60 dice que Jesús se volteó y miró a Pedro mientras él lo estaba negando. Jesús no sólo miró a Pedro antes de que él pecara. Sino que también lo miró mientras él estaba pecando.

Porque los pecados de Pedro, así como los nuestros, no se escapan de la mirada de Dios. Parece que Dios conoce a Pedro mejor de lo que Pedro se conocía a sí mismo. Al igual, que Dios te conoce a ti mejor de lo que tú te conoces a ti.

Unos días atrás, los diarios hondureños publicaron las conversaciones telefónicas llevadas a cabo entre el hijo de un expresidente de la república y uno de sus socios comerciales. Ambos se encuentran en este momento tras las rejas, en una cárcel federal de los Estados Unidos por el delito de estar involucrados en asociaciones ilícitas.  Dudo mucho que ambos estuvieran pensando en ese momento que un día todo el país estaría al tanto de las cosas que ellos hablaban por teléfono. El asunto es que para Dios no existe una categoría de “pecados privados.” Todos los pecados son públicos ante Dios. Tus pecados, eventualmente, te alcanzarán. Por mucho que lo ocultes de las personas a tu alrededor, aún de los más suspicaces y perceptivas, no se escapará de la mirada de Dios.

El Señor mira los mensajes de texto que tú le envías a una mujer que no es tu esposa.
Dios observa el historial de navegación en tu celular.
El Señor escucha los falsos testimonios que tú levantas en contra de alguien.

En definitiva, tu pecado jamás está fuera del radar de Dios.


Es cierto, Dios nos mira. Pero, lo hace a través de los lentes de Jesús: con gracia y verdad. Y esto es una buena noticia. Jesús nos ve con verdad, sin ignorar lo que hemos hecho. Y tampoco pretende que la solución es esconder nuestros pecados debajo de la alfombra. Él llama al pecado como lo que es: una rebelión cósmica ante el Rey del Universo. Pero, Jesús también nos mira con gracia. Sabiendo que la naturaleza auto destructiva del pecado es, en muchas ocasiones, el castigo en sí mismo.

La verdad del evangelio no rasca nuestros corazones de forma superficial. Sino que cava profundamente hasta las capas de incredulidad más gruesas en nuestro espíritu. Porque es ahí donde Jesús nos espera con brazos abiertos para darnos agua viva y decirnos: "Arrepiéntete y cree en el evangelio." Tu pecado “privado”, tarde o temprano, te alcanzará. Y puede que se haga público. Pero, también lo hará Su gracia, exhibida públicamente en una cruz. 

-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.


domingo, 12 de marzo de 2017

¿Cómo votar?


Hoy es el día de las elecciones primarias en nuestro país Honduras. Ciertamente ha sido una temporada electorera un tanto difícil de navegar, como casi la mayoría suele ser. Tal vez algunos están deseando que termine ya porque no soportan ver su vecindario plagado de afiches y rótulos colgando de los postes. O a lo mejor algunos ya están hartos de que cada vez que encienden el televisor hay un nuevo spot publicitario que atenta contra la inteligencia del ciudadano promedio. U otros simplemente quieren volverse a sentar en familia sin miedo a iniciar una discusión política acalorada.

Cualquiera que sea la situación, la realidad es que nuestro país tiene que pasar por esto cada cierto tiempo. Al menos, si no para otra cosa, para mantener vivo el sentido ilusorio que estamos viviendo en una "verdadera" democracia moderna. Y siempre que estamos en temporada de elecciones podemos caer en uno de dos peligros, según Rodolfo Pastor: la utopía y la apatía. Por un lado, está el pensamiento fantasioso que un sólo candidato transformará el país y la ciudad entera en un proceso de 4 años. Eso es utopía. Y por otro lado, existe el peligro de desinvolucrarse apáticamente del proceso electoral como reacción de protesta a los abusos cometidos contra el pueblo en el pasado. Ni la utopía ni la apatía contribuyen al bien común del país.

Entonces, surge la pregunta: ¿Qué debemos tener en cuenta antes de ejercer el voto? Aquí hay algunas consideraciones:

1. Elige propuestas, no anuncios.
Nos encontramos en una época en donde las personas no eligen propuestas. Sino anuncios publicitarios. Dicho de otra manera, al ejercer el voto, mucha gente elige el candidato con la canción más pegajosa y con los chocoyos más bonitos. Esto es nefasto.
Es necesario informarse de las propuestas que un candidato ofrece. Debemos elegir propuestas, en lugar de spots publicitarios. Claro, parte del problema radica que en el otro lado, por parte de los candidatos no ha habido mucho de eso: propuestas. Así como tampoco hemos tenido debate público sobre cómo las diferentes iniciativas impactarán al pueblo.  A pesar de eso, ejercer el voto no comienza cuando recibes las papeletas, sino cuando decides investigar lo que cada candidato propone.

2. Vota por convicción no por tradición
Es normal que las familias hondureñas tengan afiliaciones políticas tradicionales que se traspasen de generación en generación. Pero, en la actualidad debemos evitar caer en el error de votar por color político en lugar de votar por candidato. No siempre el partido o la corriente política de nuestra afiliación tendrán al candidato más capaz. Por eso, votar en plancha equivale a votar con ceguera. Nuestra decisión en las urnas debe estar basada en lo que capaz e íntegro que el candidato es para ejercer su función. Y no porque simplemente no queremos calentarnos la cabeza de andar pensando por quien votar, ya que nuestra familia “siempre ha votado así.”

3. Respeta a quien difiera de ti.

Es cierto que muchos podemos tener diferentes formas de ver la realidad social de nuestro país. Y por consiguiente, muchos tenemos diferentes opiniones en cuanto a política. A veces, dentro del mismo trabajo, dentro de la misma aula o dentro de la misma familia. Y eso está bien. Lo que no está bien es romper los límites de la tolerancia y el respeto hacia las personas que piensan diferente a ti. Un individuo es mucho más que el todo de su ideología política. Un ser humano es un portador de la imagen de Dios que ha sido plasmada en él o ella. Por consiguiente, el respeto y la tolerancia en el proceso electoral deben estar al frente. Somos hondureños primero y liberales, nacionalistas, libres, pactistas, etc. después. Las personas son más importantes que la política.

-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.

viernes, 10 de marzo de 2017

¿Que buscar en un candidato político? (pt. 2)


Con tantos candidatos postulándose para tantos puestos y con tantos diferentes spots publicitarios, es necesario, hoy más que nunca, detenernos a reflexionar sobre que es lo que en realidad debemos buscar en un candidato. Más allá de las canciones pegajosas, más allá de las sonrisas, más allá de las fotos chineando a niños y abrazando a ancianas, ¿qué es lo que en realidad debe tener alguien rumbo a un cargo oficial gubernamental éste domingo 12 de marzo?


Debemos votar por candidatos competentes.

El carácter integro es una característica esencial y no negociable de un futuro funcionario público. Pero, también se requiere que el candidato sea una persona competente. Debe ser honrado y de carácter integro. Y también debe saber cómo lograr cambios positivos para el bien común del país. Debe tener integridad de carácter y habilidad administrativa. 

En la actualidad se han vuelto populares las candidaturas de ex-deportistas y artistas. No hay nada de malo en ello. Están en todo el derecho de usar su plataforma pública ya establecida. Sin embargo, es importante recordar que los candidatos más apropiados son aquellos con experiencia competente que sea acorde con el cargo al que se están postulando. Aunque esto no necesariamente significa que deban tener experiencia política. De hecho, cada vez más la población hondureña parece tener un escepticismo pronunciado hacia aquellos que han hecho de la política una carrera.

Sino que, en resumidas cuentas, un buen candidato debe ser mostrar que ha sido efectivo  gestionando proyectos o que ha tenido administraciones exitosas bajo su cargo. Los mejores candidatos son aquellos que han liderado algo en la vida. Y lo han hecho crecer. Sea en el sector privado, social o educativo. Pablo aconseja en la carta a los Romanos que aquellos que lideran deben hacerlo "con diligencia" (Rom. 12:8). Las caras lindas no hacen que las cosas sucedan. Pero, el trabajo duro e inteligente sí. Vota por personas competentes que tengan un historial de gestionar y movilizar proyectos en beneficio de una comunidad, organización o compañía.

Un buen candidato también debe ser competente en hacer alianzas. Incluso al otro lado del pasillo. Los políticos sectarios motivan su base electoral de correligionarios. Pero, no son buenos estadistas. Cuando alguien es elegido para un cargo público vía la elección popular debe aprender a hacer alianzas estratégicas con personas de una ideología opuesta. Con el propósito de beneficiar al país. 

Abraham Lincoln era conocido por asignar personas en su gabinete que abiertamente retaron y cuestionaron su candidatura durante el proceso de campaña. Cuando le preguntaban por qué lo hacía, él contestaba que los intereses del país eran más importantes que su ego. Y elegía a estas personas no porque estaban de su lado, sino porque eran los mejores en su oficio. Y por ende, la mejor elección para el país.

En otras palabras, el beneficio general del país debe estar por encima del avance particular de la agenda del partido. Esto implica renunciar al hábito tan común de satanizar al partido opositor, culpándole de todos los males que flagelan al país. Y beatificar al partido propio, dándole el crédito de todo lo bueno que ocurre dentro de la nación. Los mejores funcionarios públicos son los estadistas que saben que su deber es servir a todos los hondureños. Y no los sectarios que se interesan primero en ayudar a sus correligionarios.


Este es el segundo artículo de la serie: "¿Qué buscar en un candidato político?" Lee el primero aquí.

-Luís Luna Jr. 
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.