lunes, 8 de mayo de 2017

Cuida tu aceite



En cierta ocasion un hombre recibio el trabajo de mantener encendido un faro que servia para guiar a los barcos a punto de atracar en el muelle. El dueño del faro fue claro con el nuevo administrador diciendole que su tarea sería esencialmente una: usar el aceite para mantener encendido el faro. "Esto" le dijo "es bastante importante. Porque de lo contrario la vida de los tripulantes de esos barcos corre mucho peligro."

El nuevo administrador entendio la tarea. Sencila y clara. Y se comrpometió a cumplirla.

Un par de semanas después de su primer día de trabajo, uno de los vecinos que vivía cerca llegó tocando la puerta a pedir un favor. "Mi esposa se quedó sin aceite para usar para estufa, señor. ¿Podría ser usted tan amble de regalarme un poco del que tiene?" El nuevo administrador no lo pensó dos veces y fue a traerle un poco. "De todos modos", pensó, "soy nuevo en este vecindario y hacer un par de amistades no caería mal."

Un par de días después, otro de sus vecinos llegó también a tocar la puerta y a pedirle un favor similar. "Ayer me cortaron la energía eléctrica, buen hombre. Estamos usando lámparas, pero nos quedamos sin aceite. ¿Será que usted nos puede regalar un poco para mantenerlas encendidas durante la noche?" El adminsitrador se lamentó ante la situación que estaba pasando su vecino. E inmediatamente corrió a la bodega a traer aceite para dárselo. El vecino regresó le agradeció efusivamente y regresó a su casa.

Unos días después, la voz se había corrido ya en todo el vecindario que el nuevo adminsitrador del faro resultó sre un hombre bondadoso. Esto llegó a oídos de él. Y se complació mucho. Esa misa tarde, llegó un  vecino también tocando la puerta del faro. "Escuché que usted tiene un gran corazón, señor" le dijo al adminsitrador.

"Resulta que he estado desempleado por 6 meses. Pero, por fortuna, he conseguido un trabajo. Comienzo mañana. Soy mecánico, y durante este tiempo no he usado mis herramientas. Estan muy sucias. Necesito llevarlas limpias mañana. ¿Podría regalarme aceite, señor, para que así yo pueda limpiarlas?"

El admninistrador se alegró de tener tan buena reputación a su alrededor. Con alegría, corrió hacia la bodega y le regaló varios galones de aceite a este hombre para que iniciara su primer dia de trabajo con el pie derecho.

Sin embargo, esa misma noche, el motor que mantenia encendido el faro se quedó sin aceite. Cuando el administrador se dio cuenta, corrió hacia la bodega a sacar un poco. Y para su sorpresa: no había quedado nada. El faro se mantuvo apagado.

Esa madrugada, un barco de carga que contenia 100 tripulantes naufragó al chocar contra los peñascos que están cerca de las aguas menos profundas. A causa de un faro que no se mantuvo encendido, esa noche, todos los tripulantes murieron.

A la mañana siguiente, mientras los noticiaros llegaban para reportar la enorme catastrfore, el dueño del faro corrió a buscar al administrador para preguntarle que diantres había pasado. El administrador del faro le dijo el problema fue que se había quedado sin aceite. Exaltado, el dueño le preguntó a qué se debía esto, pues le había dejado suficiente aceite para mantener trabajando el motor.

Él administrador, con gran pesar, respondió: "Es que...muchos vecinos me vinieron a pedir aceite para sus cosas...y yo no les pude decir que no." El dueño fijó su mirada en los ojos del administrador arrepentido y le dijo: "Muchacho, yo te di el aceite para una tan sola cosa: mantener el motor del faro encendido."

De forma similar, Dios le da aceite a Sus hijos para que cumplan con las asignaciones específicas a las que Él les ha encomendado. Pero, muchos lo desgastan, o mal gastan, en cosas que no son prioridad.

Gastando tiempo con gente infeliz que vive sumergida en el inframundo del chisme.

Pasando horas de más en redes sociales.

Queriendo cambiar la mentalidad de personas tercas con las que, simplemente, nunca se queda bien. Y por eso, cuando llega el momento en que tienes que estar con el motor encendido, simplemente ya no hay aceite, porque lo has gastado diciendo sí a cosas buenas, que te han alejado de lo que Dios realmente quiere que hagas.

La moraleja de la historia no es aprender a ser tacaño e inaccesible. Sino, discernir con sabiduría que cosas necesitan tu atención, energía y recursos. Y que cosas simplemente son drenajes de aceite.


-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.