jueves, 20 de abril de 2017

El poder de la manada


Lucas, el médico, relata un episodio en el que Jesús ora por la fe de Pedro. Específicamente para que Dios la fortaleciera. Jesús, en su atributo de omnisciencia, sabe que Pedro lo negara, y tal vez en parte por esto decide orar por su seguidor. Pero, hay algo interesante aquí: Jesús no ora por el resto de sus discípulos.

¿Por qué hace esto el Maestro? Él también pudo haber orado para que Dios fortaleciera la fe de los demás. Pero, sólo ora por Pedro. Lucas, después, nos dice en el mismo pasaje, que Jesús ha orado por Pedro, para que "una vez que él haya vuelto, fortalezca a los demás."

Jesús entonces oró por los demás. No para que Dios los fortaleciera directamente Él, sino para que fueran fortalecidos indirectamente por Dios a través de Pedro.

En repetidas ocasiones, en nuestro caminar con Jesús, Él nos fortalecerá directamente a través de los medios ordinarios de gracia como la meditación de la Palabra, la oración y el ayuno. Pero, también, en la mayoría de los casos, me atrevería a decir, en el día a día, Dios nos fortalece nuestra fe a través de otros. Con las palabras y actos de gracia de parte de  ellos hacia nosotros.

Esta es la razón, probablemente, por la que el Nuevo Testamento se encuentra plagado de referencias que hablan sobre "los unos a los otros." Porque la semejanza a Cristo no ocurre en el aislamiento, sino en la comunidad con otros. Jesús fortalece a algunos, para que después nosotros seamos fortalecidos a través de ellos. Y así también nosotros podemos fortalecer a otros. Los fortalecidos se convierte en fortalecedores. Para que luego nosotros también nos volvamos en fortalecedores.

En una de las mejores películas que ví el año pasado, "El libro de la selva", Mowgli, el niño criado por los lobos, repite el mantra que debía guiarlo por el resto de su vida: "La fortaleza del lobo está en la manada."

De igual forma, se podría decir que la fortaleza del cristiano está en su comunidad de fe. 

-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.

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