¿Les ha pasado que llega un tiempo en el año en el que parece que todo mundo se está casando y comprometiendo? En donde tu Facebook feed se llena de fotos de bodas, compromisos, arreglos florales, pasteles de fondant y demás. Bueno, pues eso está pasando alrededor mío. Como nota aclaratoria, es una gran alegría para mi cuando mis amigos se casan.
El matrimonio sin lugar a dudas es un destello de la gracia de Dios aquí en la tierra. Y que dos personas se prometan amor eterno delante de Dios, familia y amigos es una imagen espectacular de Cristo y la Iglesia que humedece mis ojos muchísimo más que el final de "Bajo la misma estrella."
Habiendo dicho esto, escribo este post no como un sabio esposo con décadas de experiencia matrimonial. Sino como un joven soltero de 24 años, en una relación de noviazgo, que todavía tiene mucho que aprender, mucho camino por recorrer y mucho en que ser corregido.
Sin embargo, he notado, al menos en mi generación algunas nociones acerca del matrimonio que pienso que son dañinas. Por ejemplo, varios años atrás, la gente no hablaba tanto acerca de la famosa "compatibilidad" o de encontrar "mi alma gemela."
Pero, ahora, parece que la mayoría de jóvenes solteros estamos buscando alguien que nos acepte tal y como somos, que cumpla todos nuestros deseos y nos haga sentir realizados como personas. Esto trae como consecuencia expectativas que no son para nada realistas.
Por ejemplo, ¿cuantas veces no hemos escuchado que alguien ha desechado a una persona como "potencial esposo (a)" por cuestiones tan caprichosas y patéticas?
"Ella es un buen partido...pero, si tan sólo bajara un par de libras."
"Ella es muy guapa...pero, el arroz le queda masoso."
"Pues, todo iba excelente hasta que me dí cuenta que se pone pantalones de tela con calcetines blancos."
"Él parece como un buen muchacho...pero, aborrece a Stephanie Meyer y la saga de Twilight" (Lo cual personalmente encuentro muy razonable)
Es decir, en nuestra cultura en general, y en esta generación en particular, las personas esperan demasiado de su posible "media naranja." Es inusual que alguien vea al matrimonio como dos personas defectuosas desesperadamente necesitadas de la gracia de Dios que se unen para crear un lugar de estabilidad, amor y consuelo.
Por el contrario, lo que se busca es a alguien que nos acepte tal y como somos, que resalte nuestras habilidades y que cumplas nuestros deseos emocionales y fantasías sexuales.
Lo que esto significa para varios muchachos cristianos es que buscan una joven que tenga la belleza de la reina Ester, la valentía de Débora, las habilidades culinarias de su progenitora y todo esto con el cuerpo de __________ (inserte nombre de modelo favorita aquí)
Y por otro lado, gran cantidad de muchachas jovenes claman al Señor para que su príncipe azul sea sabio como Salomón, fuerte como David, ore como Jesús, hable como Antonio Banderas y se vea sin camisa como WIlliam Levy.
Sin embargo, el profesor de Ética de la Universidad Duke, el Dr. Stanley Hauerwas dice lo siguiente:
Algo destructivo para el matrimonio es la ética de autorrealización que asume que el matrimonio y la familia son instituciones que existen principalmente para la realización personal, necesarias para que seamos felices y "plenos." La idea es que hay alguien allá afuera que es la persona ideal con la que debemos de casarnos y que sólo si buscamos con mucho esfuerzo encontraremos la persona correcta. Esta creencia moral pasa por alto un aspecto crucial del matrimonio. Falla en apreciar el hecho que siempre nos casamos con la persona equivocada.
Nunca conocemos a quien elegimos para casarnos; nos engañamos a nosotros mismos creyendo que sí. O si nos casamos con la persona correcta, sólo dale un tiempo y él o ella cambiarán. Pues, el matrimonio, siendo la enorme cosa que es, significa que no somos la misma persona después que nos hemos casado. El reto principal del matrimonio es aprender a como amar y cuidar al extraño individuo con el que te encuentras casado."
El Dr. Hauerwas destruye la noción de "almas gemelas" principalmente porque el proceso del matrimonio cambia a las personas.
El Pastor Matt Chandler dice, "el matrimonio es el carril izquierdo de la santificación."
Pero, esto no es todo. Es necesario recordar que cada pareja que toma la decisión de vivir bajo el pacto matrimonial se encuentra espiritualmente quebrantada por el pecado. Así que un pecador que busca que sus fortalezadas sean resaltadas y sus debilidades camufleajdas por otra pecadora que busca exactamente lo mismo es la fórmula mágica para crear conflictos y desilusiones.
Por eso, la doctrina bíblica del pecado explica porque el matrimonio puede ser tan doloroso y difícil.
El Dr. Tim Keller, dice lo siguiente en su libro "The Meaning of Marriage" ("El Significado del Matrimonio"):
La razón de porque el matrimonio es tan doloroso y a la vez maravilloso es porque es un reflejo del evangelio, que es doloroso y maravilloso a la vez. El Evangelio es el mensaje que somos más pecadores y defectuosos de lo que nos atrevemos a creer y a la misma vez somos más amados y aceptados en Jesucristo de lo que nos podemos imaginar. Este es el único tipo de relación que verdaderamente nos transformará.
El amor sin verdad es sentimentalismo; nos apoya y nos afirma pero nos mantiene negando nuestros defectos. La verdad sin amor es aspereza; nos da información pero en una manera que realmente no la podemos escuchar. Sin embargo, el amor salvífico de Dios en Cristo está marcado tanto por una veracidad radical acerca de quienes somos como por un igual y radical compromiso incondicional hacia nosotros. El compromiso misericordioso nos fortalece para ver la verdad acerca de nosotros mismos y arrepentirnos. La convicción y el arrepentimiento nos mueve a abrazar y descansar en la misericordia y gracia de Dios.
Los tiempos duros en el matrimonio nos levan a experimentar más del amor transformador de Dios. Pero, un buen matrimonio será también un lugar en donde experimentaremos este amor transformador en un nivel humano."
¿Esto quiere decir que solamente dejes de orar por tu futura pareja y le digas sí al primero que te aparezca? ¡Claro que no! El punto es que examines tu corazón para ver si estás buscando en otra persona lo que solamente puedes hallar en Jesús.
¿Por qué no en lugar de buscar a la persona correcta tratas de ser la persona correcta? Te hago una pregunta: ¿Eres tú la persona que la persona que estás buscando está buscando?
Un día platicaba con un amigo y le mencioné una muchacha que yo pensaba que era buen partido para él como futura esposa. Mi amigo había tenido un pasado como un Don Juan y todavía luchaba con algunas cosas.
Ante esto, él me respondió, "Luís...ella es excelente para mí. Y de hecho me gustaría que hubiese algo entre nosotros. Pero, creo que yo no soy el tipo de persona que ella está buscando." ¡Ouch!
Así que, ¿eres tú la persona "correcta", que la persona "correcta" que estás buscando, está buscando?
Escrito por Luís Luna Jr.
Buenísimo
ResponderBorrarTan profundo como práctico
Gracias Josue. Un saludo.
BorrarPasa en la vida.. pasa en TNT! Cualquier parecido a la realidad es coincidencia. Excelente publicacion.
ResponderBorrarBendiciones Luis
Jajaja. Así es, Carlos. Muchas gracias. Bendiciones!
BorrarExcelente articulo. Ahora me quede pensando en la preguntas que hiciste...creo que debo trabajar en eso.
ResponderBorrarExcelente!!!!! Muy buen material me has brindado para dar consejería pre-matrimonial!!! Dios te siga usando Luis!!! Saludos desde Venezuela!!!
ResponderBorrarExcelente reflexion... Cuando dos personas se casan inicia una cultura... Nos despojamos de nuestras costumbres para formar nuevas.. Y solo asi no estaremos esperando tanto d la otra persona sino d nosotros mismos.. Ya q es un proyecto d vida!!
ResponderBorrar