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lunes, 14 de septiembre de 2015

La Gracia de Dios y la Masturbación



Yo sé. Tema extraño. Créeme. Fue más difícil para mí escribirlo que para ti leerlo. De hecho, al terminar de haberlo redactado, estuve tentado a no publicarlo.

Pero, en palabras del polémico Dr. Stanley Hauerwas: "Toda religión, de alguna manera u otra, le dice a sus seguidores que hacer con sus genitales."

Y también considerando que las estadísticas indican que el 95% de las personas se masturban, y el otro 5% miente (es un chiste), creo que es necesario exponer esta problemática a la luz de la gracia y verdad de Dios.

¿Qué dice la Biblia?


Ahora, no le digan esto a sus adolescentes pero, la Biblia es silenciosa con respecto a esto. Es decir, no hay ningún pasaje que clara y explícitamente condene esta práctica.

El Dr. James Dobson, fundador de "Enfoque a la Familia", en una carta hacia una consternada madre de un adolescente, opina lo siguiente:

“Es interesante para mí que la Escritura no aborda este tema excepto en una sola referencia en el Antiguo Testamento en donde menciona a un hombre llamado Onan. 

Él interrumpió la relación sexual con su cuñada y dejó que su "semilla" (semen) cayera en el suelo y así evitar concebir descendencia para su hermano, lo cual era su "deber" de acuerdo a las costumbres de la época (Génesis 38:8). 

Aunque ese verso es con frecuencia citado como evidencia de la desaprobación de Dios con respecto a la masturbación, el contexto no parece indicarlo de tal forma."

¿Entonces, es pecado…?

Ahora, sé lo que están pensando. "Luís, ¿estás diciendo que la masturbación no es pecado?" Mi respuesta: Claro que no...estoy diciendo eso. Creo que sí es pecado.

El pastor John Piper, en su artículo "Misión y masturbación", explica por qué:

"¿Es la masturbación pecado? Déjame explicarlo, al menos para los hombres. No puedo imaginar el orgasmo sexual en las entrañas sin imágenes sexuales en la mente...Evidentemente, Dios ha diseñado la conexión entre el orgasmo sexual y el pensamiento sexual de tal manera que la fuerza y el placer del orgasmo sea dependiente al pensamiento o imágenes en nuestra mente.

Por tanto, para masturbarse es necesario tener pensamientos e imágenes vívidas y emocionantes en la mente. Esto puede ser por pura imaginación, imágenes, películas, historias o personas reales. Estas imágenes siempre involucran a las mujeres como objetos sexuales. 

Uso la palabra "objeto" pues para que una mujer sea un verdadero "sujeto" sexual en nuestra imaginación ella debe ser en realidad con la que estamos experimentando lo que estamos imaginando. Tal no es el caso en la práctica de la masturbación. Y por esto, es pecado."

Es decir, la razón por la que este hábito es pecado es porque el combustible que lo inflama son las imágenes mentales eróticas de una mujer, en el caso de los hombres, y viceversa en el caso de las mujeres.

Hasta el momento, no conozco a ningún sujeto que se emocione ante el pensamiento de elefantes hembra. Lo cual sería muy extraño y espero nunca conocerlo.

Pero,  Jesús fue muy claro con respecto a tratar a una mujer como objeto sexual, aún en nuestros pensamientos: "Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón" (Mateo 5:28).

¿Qué tiene de malo?

Pero, ¿cuáles son las consecuencias de vivir en este patrón pecaminoso?

Como aclaración, la mayoría de consecuencias físicas como la ceguera o lentitud mental, causados por esta práctica, son meramente mitos urbanos con el fin de asustar a los jóvenes para que dejen hacerlo. 

Hasta el momento no he leído o escuchado de ninguna investigación seria que respalde tales aseveraciones.

O a lo mejor pienses: “Pero, el acto de la masturbación es solitario y no daño a nadie más.”

Pero, más allá de los "posibles" daños físicos, los efectos espirituales son sumamente más profundos.

En una carta personal de parte de C.S Lewis a Keith Masson, en "Compilación de Cartas de C.S Lewis, volumen 3", él dice:

"Para mí el verdadero mal de la masturbación está en que toma un apetito que, en su uso apropiado, saca al individuo de sí mismo para completar y corregir su propia personalidad en la de otra persona y finalmente en hijos y nietos, y lo revierte: enviando al hombre en la prisión de sí mismo para mantenerlo en un harem (palacio lleno de mujeres) de novias imaginarias.

Y en este harem, una vez aceptado, trabaja en contra de su proceso de salirse de sí mismo y unirse con una mujer real. Pues, el harem siempre está disponible, siempre accesible, sin un llamado al sacrificio o hacer ajustes y dotado de atracciones eróticas y psicológicas con las que ninguna mujer real puede competir.

Entre este conjunto de novias oscuras él es siempre adorado, siempre el amante perfecto: ninguna demanda es hecha en su egoísmo, ninguna mortificación en su vanidad. Al final, ellas se vuelven el medio por el cual él incrementalmente se adora más a sí mismo.

Después de todo, la obra primordial de la vida es dejar de enfocarnos en nosotros mismos, fuera de nuestros títulos y de la prisión oscura en la que todos nacemos. La masturbación debe ser evitada, como todas las cosas que retardan este proceso. Pues el peligro es que se pueda llegar a amar la prisión."

Dios diseñó la sexualidad en el hombre y la mujer para que fuese disfrutada dentro de una relación matrimonial de pacto, compromiso, sacrificio y entrega mutua. 

Todo deleite sexual fuera de esta relación es prohibido no porque Dios sea un aguafiestas, sino porque nos ha diseñado en amor y sabe que la búsqueda de gratificación sexual antes de o fuera del matrimonio siempre resultará en quebranto, dolor y sufrimiento.

¿Cómo vencer?

Ahora, alguien que esté leyendo puede decirse a sí mismo, “Ok, Luís entiendo que la masturbación es pecado. Entiendo porque es dañina. Pero, simplemente parece que no puedo vencerla. No sé qué hacer. Ya intenté salir a hacer ejercicio. Ya intenté baños con hielo. Ya intenté todas las tácticas posibles para vencer, pero siempre soy derrotado.”

¿Entonces, qué hacer? Contemplar la gloriosa gracia de Dios en Cristo.

“¡¿Qué?! ¡¿Eso es todo, Luís?!”

Es aquí donde muchas personas trastornan su perspectiva sobre la gracia de Dios. Muchos están en contra de predicar sobre la gracia de Dios porque tienen temor que la gente siga pecando.

Una vez alguien se me acercó y me dijo: “Yo no hablo mucho de la gracia de Dios a mis jóvenes porque entonces van a pensar que tienen permiso para pecar. Entonces, mejor sólo les digo lo que está malo y que tienen cambiar.” 

Como alguien que trabaja con jóvenes en la Iglesia, entiendo muy bien esta manera de pensar. Pero, es una seria equivocación (Romanos 6:1).

Pues, la gracia de Dios no es una licencia para seguir pecando sino que es poder para hacer la voluntad de Dios y vencer al pecado. (Rom. 6:14)

De hecho, la gracia no es un concepto. La gracia no es un paradigma. La gracia no es un programa. La gracia es una Persona. La gracia es Jesús (Juan 1:14).

La única manera de experimentar la transformación de los impulsos sexuales es a través de la contemplación del rostro de Jesús en la Escritura y en la oración. 

El pastor Matt Chandler dice, “No nos volvemos santos tratando de ser santos sino contemplando la belleza de Dios.”

Cuando contemplamos, genuinamente admiramos, la magnitud y la belleza del Dios que se nos ha revelado en Jesús el poder del pecado se irá quebrantando en nuestros corazones.

La razón por la que la masturbación, y los demás pecados sexuales, pueden parecer invencibles es porque Dios no tiene peso en nuestros corazones. La grandeza de Dios debe ser mayor que nuestros impulsos; Su hermosura debe ser más atractiva que cualquier deseo de la carne.

En pocas palabras, dice el pastor J.D Grear, “Cedemos a la tentación no porque nuestros deseos por esos hábitos son demasiado grandes; sino que nuestro deseo por Dios es demasiado pequeño.”

El teólogo puritano del siglo 18, Thomas Chalmers, llamó a esto: “El poder expulsivo de una afección suprema.”

Es decir, nuestras afecciones por ídolos, incluyendo la masturbación, son transformadas cuando nuestro corazón es cautivado por una afección más encantadora y hermosa: el rostro de Cristo en el evangelio. Y el resultado de esta afección es el impulso de postrarnos en adoración y arrepentimiento ante Su belleza. Porque Jesús es mejor que el pecado.


Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu. -2 Corintios 3:18


-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.

viernes, 31 de julio de 2015

15 frases de Tim Keller sobre la oración en su libro "Oración: Experimentando Asombro e Intimidad con Dios."


Hay algunos principios de vida que sigo casi de manera automática. Nunca rechazar un pollo con tajadas, manejar siempre por el carril derecho (la mayoría de las veces) y leer todo lo que Tim Keller escribe.

Pocas personas han influenciado tanto mi vida, ministerio y predicación como las enseñanzas y los libros del Dr. Timothy J. Keller, pastor y fundador de Redeemer Presbyterian Church en Manhattan. Su habilidad para identificar y desmantelar los ídolos y pseudo-salvadores imperantes en el corazón humano y el corazón colectivo de la cultura es casi sin par. 

Su autenticidad no deliberada, claridad en la comunicación y obsesión por mostrar a Jesús en cada pasaje de la Escritura han sido usadas por el Señor para hacerme crecer en gracia. Y por eso estoy agradecido.

Así que cuando me di cuenta que él había escrito un libro sobre la oración, no dudé dos veces en comprarlo. Ciertamente hay muchísimos libros que hablan sobre la oración. Pero la mayoría de libros modernos sobre oración cae en uno de dos extremos dañinos para el Cuerpo de Cristo. 

Unos son demasiado humanistas y pragmáticos. Hacen ver a la oración como una fórmula mágica y a Dios como el genio de Aladino en donde si frotamos la lámpara de petición cierta cantidad de veces, el genio aparecerá y nos brindará los caprichos más egoístas de nuestro corazón.

Y por otro lado, están los que nos hacen sentir culpables por no orar. Los que son místicamente densos. Los que tratan de experiencias personales de intimidad con el Señor. Y eso está bien. Pero, a veces pareciera que el autor estaba escribiendo el libro para Dios y los lectores mortales nos quedamos preguntando, "Y bueno, ¿y ahora cómo le hago?"

Pero, Tim Keller ofrece algo completamente diferente en su libro. Sin saltar directamente a la parte mecánica y práctica, Keller comienza construyendo una teología sobre la oración que facilite al lector la comprensión de esta práctica. Él brinda la teología correcta sobre la oración para la práctica correcta de la oración. Ortodoxia que resulta en ortopraxis. Esto es de enorme importancia porque la mayoría de nosotros oramos simplemente porque "eso es lo que un cristiano se supone que debe hacer."

Otro aspecto importante del libro es que Keller no trata de ser original. Es decir, él comprende muy bien que en escribir un libro sobre la oración no está inventando el agua caliente. Por miles de años muchos gigantes de la fe han abordado este tema y tienen mucha sabiduría que aportar a nuestra actualidad. Así que, Keller se para en los hombros de Agustín, Lutero, Calvino, Edwards, Owen, Lewis y Packer. Resumiendo y contextualizando sus enseñanzas con enorme brillantez.

Pero, lo que más me gustó del libro es que cada vez que terminaba un capítulo deseaba orar. De alguna manera, mis papilas gustativas espirituales eran inquietadas para "ver y probar" la gloria del Señor en oración.

Así que sin más ni más, aquí les dejo las 15 citas más sobresalientes del libro "Prayer: Experiencing Awe and Intimacy with God" (Oración: Experimentando Asombro e Intimidad con Dios")

"Los cristianos hemos sido llamados a un encuentro con Dios que involucre no solo las afecciones del corazón sino las convicciones de la mente. No estamos llamados a escoger entre una vida cristiana basada en la verdad y doctrina o una vida de poder y experiencia espiritual. Ambas van juntas. Tú no estás llamado a dejar tu teología atrás y lanzarte en búsqueda de "algo más" para experimentar. En lugar de eso, tu propósito es pedirle al Espíritu Santo que te ayude a experimentar tu teología."

"Bíblicamente, el corazón es el centro de control de todo el ser. Es el deposito de los compromisos principales, amores profundos y esperanzas fundamentales que controlan nuestros sentimientos, pensamientos y acciones."

"La oración es nuestro viaje espiritual desde el deber hacia el deleite."

"En otras palabras, podemos saber que Dios es santo, pero cuando los ojos de nuestro corazón son iluminados hacia esa verdad, entonces no solamente lo entendemos de forma cognitiva, sino que emocionalmente encontramos la santidad de Dios como hermosa y maravillosa y volitivamente evitamos actitudes y comportamientos que puedan desagradarle y deshonrarle."

"La oración no debe ser vista meramente como una forma de obtener cosas de Dios sino una manera de beber más de Dios mismo."

"La oración es continuar una conversación que Dios ha empezado a través de Su Palabra y Su gracia, que eventualmente se vuelve un encuentro completo con Él."

"Para descubrir quien en realidad eres, observa aquello en lo que pasas pensando cuando nadie te está viendo, cuando nadie te está forzando en pensar algo en particular."

"Dios contesta las oraciones de la misma manera que nosotros lo haríamos si supiéramos lo que Él sabe.”

"En resumen, lo que San Agustín enseña sobre la oración en su carta a Anicia Proba es que no debes empezar a orar por todo lo que quieres hasta que te des cuenta que en Dios tienes todo lo que necesitas.”

"Contemplar la gloria de Jesús significa que comenzamos a encontrar hermoso a Cristo por quien Él es en sí mismo.”

"No podemos ver al sol directamente con nuestros ojos. La gloria del sol inmediatamente abrumaría y destruiría nuestra vista. Tenemos que verlo a través de un filtro y sólo así podremos ver sus grandes llamas y colores. Cuando miramos a Jesucristo tal como nos lo muestra la Escritura, estamos viendo a la gloria de Dios a través del filtro de la naturaleza humana."

"El principio teológico primordial sobre la oración es éste: Nos dirigimos a un Dios trino y nuestros oraciones pueden ser escuchadas solamente a través de la obra distinta de cada persona en la Trinidad."

"La oración es un acto de rebelión en contra del status quo del mal en el mundo."

"Lutero enseñó que todo cristiano que desee iniciar a orar debe decir lo siguiente al Señor: "Aunque Tú con justo derecho puedes ser un juez severo sobre nosotros que somos pecadores. Ahora, a través de tu misericordia implanta en nuestros corazones una confianza confortante en tu amor paternal, y permítenos experimentar el dulce y placentero sabor de una certeza infantil en el hecho que podemos gozosamente llamarte Padre, conociéndote y amándote y clamándote en cada dificultad."


“La oración es la manera en que la verdad es plasmada en tu corazón para crear nuevos instintos, reflejos y disposiciones.”

Este post fue escrito por Luís Luna Jr.

Para comprar el libro de Tim Keller sobre la oración lo puedes hacer aquí
Por los momentos el libro no ha sido traducido al español y sólo está disponible su versión en inglés.

miércoles, 13 de mayo de 2015

¿Cómo deleitarse en la Palabra de Dios?

¿Cómo deleitarse en la Palabra de Dios?

¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!

Más que la miel a mi boca. –Salmo 119:103


Nunca reduzcas el Cristianismo a un asunto de peticiones y resoluciones y fuerza de voluntad. Es un asunto de lo que amamos, de aquello en que nos deleitamos y lo que sabe bien a nosotros.
Cuando Jesús vino al mundo la humanidad fue dividida de acuerdo a lo que amamos. “ Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Juan 3:19). Los justos y los impíos son separados por el objeto de su deleite—la revelación de Dios o el camino del mundo.

Pero alguien puede preguntar: “¿Cómo puedo deleitarme en la Palabra de Dios?” La respuesta consiste en dos partes:
Ora por nuevas papilas gustativas en la lengua de tu corazón y medita en las asombrosas promesas de Dios a su pueblo.

El mismo salmista que dijo “¡Cuan dulces son a mi paladar tus palabras!” (119:103), dijo anteriormente, “Abre mis ojos para ver las maravillas de Tu Ley” (119:18). Él oró, porque tener nuevas papilas gustativas en la lengua del corazón es un regalo de Dios. Ningún hombre o mujer naturalmente tiene hambre por y se deleita en la sabiduría de Dios.

Pero cuando hayas orado, de hecho mientras oras, medita en los beneficios que Dios promete a su pueblo y en el gozo de tener al Dios Todopoderoso como tu ayudador y esperanza eterna.

¿Quién no se deleitaría en leer un libro cuya lectura lo cambiaria a uno de ser paja a un cedro de Líbano, de un tazón de polvo a un huerto Hawaiano? Nadie en el fondo quiere ser paja—sin raíz, peso y sin uso. Todos nosotros queremos sacar fuerzas de un río profundo de realidad para ser personas fructíferas y útiles.


Ese río de realidad es la Palabra de Dios y todos los grandes santos han sido hechos grandes por ella.

Este post fue tomado del devocional de John Piper "Solid Joys" y traducido por Luís Luna Jr.