lunes, 8 de mayo de 2017
Cuida tu aceite
En cierta ocasion un hombre recibio el trabajo de mantener encendido un faro que servia para guiar a los barcos a punto de atracar en el muelle. El dueño del faro fue claro con el nuevo administrador diciendole que su tarea sería esencialmente una: usar el aceite para mantener encendido el faro. "Esto" le dijo "es bastante importante. Porque de lo contrario la vida de los tripulantes de esos barcos corre mucho peligro."
El nuevo administrador entendio la tarea. Sencila y clara. Y se comrpometió a cumplirla.
Un par de semanas después de su primer día de trabajo, uno de los vecinos que vivía cerca llegó tocando la puerta a pedir un favor. "Mi esposa se quedó sin aceite para usar para estufa, señor. ¿Podría ser usted tan amble de regalarme un poco del que tiene?" El nuevo administrador no lo pensó dos veces y fue a traerle un poco. "De todos modos", pensó, "soy nuevo en este vecindario y hacer un par de amistades no caería mal."
Un par de días después, otro de sus vecinos llegó también a tocar la puerta y a pedirle un favor similar. "Ayer me cortaron la energía eléctrica, buen hombre. Estamos usando lámparas, pero nos quedamos sin aceite. ¿Será que usted nos puede regalar un poco para mantenerlas encendidas durante la noche?" El adminsitrador se lamentó ante la situación que estaba pasando su vecino. E inmediatamente corrió a la bodega a traer aceite para dárselo. El vecino regresó le agradeció efusivamente y regresó a su casa.
Unos días después, la voz se había corrido ya en todo el vecindario que el nuevo adminsitrador del faro resultó sre un hombre bondadoso. Esto llegó a oídos de él. Y se complació mucho. Esa misa tarde, llegó un vecino también tocando la puerta del faro. "Escuché que usted tiene un gran corazón, señor" le dijo al adminsitrador.
"Resulta que he estado desempleado por 6 meses. Pero, por fortuna, he conseguido un trabajo. Comienzo mañana. Soy mecánico, y durante este tiempo no he usado mis herramientas. Estan muy sucias. Necesito llevarlas limpias mañana. ¿Podría regalarme aceite, señor, para que así yo pueda limpiarlas?"
El admninistrador se alegró de tener tan buena reputación a su alrededor. Con alegría, corrió hacia la bodega y le regaló varios galones de aceite a este hombre para que iniciara su primer dia de trabajo con el pie derecho.
Sin embargo, esa misma noche, el motor que mantenia encendido el faro se quedó sin aceite. Cuando el administrador se dio cuenta, corrió hacia la bodega a sacar un poco. Y para su sorpresa: no había quedado nada. El faro se mantuvo apagado.
Esa madrugada, un barco de carga que contenia 100 tripulantes naufragó al chocar contra los peñascos que están cerca de las aguas menos profundas. A causa de un faro que no se mantuvo encendido, esa noche, todos los tripulantes murieron.
A la mañana siguiente, mientras los noticiaros llegaban para reportar la enorme catastrfore, el dueño del faro corrió a buscar al administrador para preguntarle que diantres había pasado. El administrador del faro le dijo el problema fue que se había quedado sin aceite. Exaltado, el dueño le preguntó a qué se debía esto, pues le había dejado suficiente aceite para mantener trabajando el motor.
Él administrador, con gran pesar, respondió: "Es que...muchos vecinos me vinieron a pedir aceite para sus cosas...y yo no les pude decir que no." El dueño fijó su mirada en los ojos del administrador arrepentido y le dijo: "Muchacho, yo te di el aceite para una tan sola cosa: mantener el motor del faro encendido."
De forma similar, Dios le da aceite a Sus hijos para que cumplan con las asignaciones específicas a las que Él les ha encomendado. Pero, muchos lo desgastan, o mal gastan, en cosas que no son prioridad.
Gastando tiempo con gente infeliz que vive sumergida en el inframundo del chisme.
Pasando horas de más en redes sociales.
Queriendo cambiar la mentalidad de personas tercas con las que, simplemente, nunca se queda bien. Y por eso, cuando llega el momento en que tienes que estar con el motor encendido, simplemente ya no hay aceite, porque lo has gastado diciendo sí a cosas buenas, que te han alejado de lo que Dios realmente quiere que hagas.
La moraleja de la historia no es aprender a ser tacaño e inaccesible. Sino, discernir con sabiduría que cosas necesitan tu atención, energía y recursos. Y que cosas simplemente son drenajes de aceite.
-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.
lunes, 24 de abril de 2017
El verdadero dilema sobre el aborto
Imagina que un
día decides enseñarle a tu hijo a cazar. Así que empacas tu rifle, sombreros,
tienda de campaña y demás, los subes al carro y salen de viaje. Tú y él. Nadie
más. Piensas que será un buen tiempo entre padre e hijo para crear vínculos
fuertes a través de un fin de semana de cacería. ¡Como no! Como no, de todos
modos pocas cosas son tan satisfactorias como padre e hijo construyendo
recuerdos juntos.
Sin embargo,
después de unas cuantas horas te topas con la realidad que tus instintos de
padre son mejores que tus habilidades, o la falta de ellas, como cazador. La
aventura, aunque divertida, no trajo ninguna presa. Al no cazar nada, se
resignan y duermen un rato. Ya es madrugada.
De pronto, un
ruido te despierta. Abres tus ojos. Y te fijas que tu hijo no está al lado
tuyo. Salió, tal parece. Nervioso y pensando lo peor, dejas la tienda de
campaña para ir a buscarlo. Observas las huellas de sus pisadas alrededor del
lugar en donde cenaron. Cuando, de repente, escuchas su voz diciéndote:
"Papá..."
El lugar está
oscuro. Tú no miras mucho. Por eso, te detienes a identificar bien de donde
proviene el sonido de su voz. Justo cuando te das cuenta que está detrás de ti,
él te dice: "No voltees a ver, sólo dime si puedo matar esto que
encontré."
Pausa. ¿Cuál
sería tu respuesta? ¿Qué le dirías a tu hijo? ¿Le darías permiso de matar eso
(lo que sea que eso sea)?
La respuesta es
clara: no hay ninguna respuesta. No, al menos hasta que sepas bien a que
exactamente se refiere tu hijo cuando te dice: "me encontré esto." No
puedes otorgarle o negarle a tu hijo el permiso de matar "esto" si
primero no sabes que diantres es "esto."
Por ejemplo, si
tu hijo tiene enfrente a un pequeño escorpión, que de picar al niño, lo podría
enfermar, entonces le dirías: "Sí, claro. Mátalo, antes que te pique a ti."
Pero, si por el
contrario te fijas que tu hijo está apuntándole a otro niño, casi de su misma
edad, pero que se encuentra perdido y que no sabe hablar tu idioma, entonces
correrías a quitarle el rifle. Porque es la vida de un ser humano la que está
en juego.
Y nadie debe,
intencionalmente, quitarle la vida a un ser humano.
En esto, ni más
ni menos, se centra el debate sobre el tema del aborto. No gira, o no debe
girar, al menos, en torno a si las mujeres tienen autonomía sobre su propio
cuerpo. La mayoría estamos de acuerdo en que las mujeres deben tener derechos
sobre sus propios cuerpos.
El asunto está en que primero se debe clarificar si
existe otra persona, u otra vida, involucrada en ese proceso de hacer lo que
quieran con sus cuerpos.
La controversia
tampoco gira entorno a cuál es el camino moral en lo que respecta a embarazos
ectópicos. Aunque con justa razón deben ser considerados este tipo de casos
especiales.
No. La
verdadera pregunta sobre la cual la temática de la despenalización o no del
aborto debe girar es esta: ¿Qué exactamente es el feto? ¿Es nada más una
amalgama de células? ¿Una bola de tejidos con órganos en formación, sin ningún
derecho ni libertad? ¿Es el feto un sub-humano?
¿O acaso el
feto es una persona humana? ¿Es un individuo con derechos y libertades, al
igual que los de la mamá? Más importante aún, ¿es el feto una persona poseedora
de un alma?
Si tu respuesta
es la primera: el feto no es una persona. Entonces, cabe hacerse la pregunta:
¿por qué el feto no es una persona? Y de paso, ¿qué exactamente, entonces, es lo
que constituye a una persona?
Algunos responderán
diciendo que alguien es "una persona" por su facultad de razonar. Es
decir, para ser denominado "persona" entonces se debe tener un
funcionamiento neurológico apropiado. Como el feto no puede razonar, por lo tanto,
el feto no es una persona.
Entiendo, pero
¿qué hay entonces de aquellos individuos con problemas mentales tan severos que
no tienen un funcionamiento neurológico apropiado? ¿Qué hay del niño con un
cromosoma menos cuyos procesos cognitivos son afectados a tal punto que no
tienen "una capacidad de raciocinio" como la de la persona promedio?
¿Merecen ellos la misma suerte que un feto abortado, entonces?
Otros
responderán diciendo que lo que hace a alguien en "una persona" es su
capacidad de contribuir al bien común.
En ese caso,
¿qué hay de aquellas personas en nuestra sociedad, que por una u otra razón, no
"contribuyen al bien común"? ¿Qué pasa con el empleado que sufrió un
accidente laboral quedando cuadripléjico y necesita ser atendido por su
familia, tal vez por el resto de su vida?
¿Qué pasa con la persona que tuvo un
derrame cerebral que atrofió sus habilidades motoras a tal grado que no puede
desempeñarse integralmente en un trabajo normal?
Siguiendo esa
línea de pensamiento, ¿entonces las personas en discapacidad también merecen el
destino de un feto abortado, también?
Tal vez otros
contestarán que una persona se vuelve persona cuando está fuera del vientre,
simple y llanamente dicho. Siendo así, ¿qué proceso especial ocurre para que el
feto pase de ser un simple conjunto de tejidos y se convierta en una persona
humana con dignidad y derechos en el mismo instante que sale del conducto
vaginal?
¿Entonces la característica determinante que establece si alguien es
persona o no es el lugar en donde se encuentra? ¿Por qué el feto no es persona
dentro del vientre pero si fuera de el, entonces?
Estas son
preguntas serias que las personas a favor de la despenalización del aborto en
Honduras deben contestar.
Porque, si por
otro lado, lo que la mujer embarazada lleva dentro de sí es una persona humana,
con dignidad y derechos; si aquello que se está gestando en el vientre es un
individuo que merece igualdad de oportunidades y posee un alma, entonces el
acto del aborto es un crimen de lesa humanidad en contra del segmento más
desprotegido en nuestra país: el embrión.
Y si un
embrión, entonces, es una persona y tiene vida, en tal caso, el aborto, sin más
ni más, es el acto intencional de quitarle la vida a una persona en contra de
su voluntad.
Ya hay un
nombre para eso: asesinato. En conclusión, despenalizar el aborto equivale a
despenalizar el asesinato.
-Luís Luna Jr.
jueves, 20 de abril de 2017
El poder de la manada
Lucas, el médico, relata un episodio en el que Jesús ora por la fe de Pedro. Específicamente para que Dios la fortaleciera. Jesús, en su atributo de omnisciencia, sabe que Pedro lo negara, y tal vez en parte por esto decide orar por su seguidor. Pero, hay algo interesante aquí: Jesús no ora por el resto de sus discípulos.
¿Por qué hace esto el Maestro? Él también pudo haber orado
para que Dios fortaleciera la fe de los demás. Pero, sólo ora por Pedro. Lucas,
después, nos dice en el mismo pasaje, que Jesús ha orado por Pedro, para que
"una vez que él haya vuelto, fortalezca a los demás."
Jesús entonces oró por los demás. No para que Dios los
fortaleciera directamente Él, sino para que fueran fortalecidos indirectamente
por Dios a través de Pedro.
En repetidas ocasiones, en nuestro caminar con Jesús, Él nos
fortalecerá directamente a través de los medios ordinarios de gracia como la
meditación de la Palabra, la oración y el ayuno. Pero, también, en la mayoría
de los casos, me atrevería a decir, en el día a día, Dios nos fortalece nuestra
fe a través de otros. Con las palabras y actos de gracia de parte de ellos hacia nosotros.
Esta es la razón, probablemente, por la que el Nuevo
Testamento se encuentra plagado de referencias que hablan sobre "los unos
a los otros." Porque la semejanza a Cristo no ocurre en el aislamiento,
sino en la comunidad con otros. Jesús fortalece a algunos, para que después
nosotros seamos fortalecidos a través de ellos. Y así también nosotros podemos
fortalecer a otros. Los fortalecidos se convierte en fortalecedores. Para que
luego nosotros también nos volvamos en fortalecedores.
En una de las mejores películas que ví el año pasado,
"El libro de la selva", Mowgli, el niño criado por los lobos, repite
el mantra que debía guiarlo por el resto de su vida: "La fortaleza del
lobo está en la manada."
De igual forma, se podría decir que la fortaleza del
cristiano está en su comunidad de fe.
-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.
-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.
lunes, 17 de abril de 2017
Cuando Jesús aparece
El Domingo de Resurrección es especial para los cristianos. Hay muchas razones para esto. En primer lugar, la resurrección marca el inicio de la instalación de un nuevo y diferente Reino. Jesús irrumpe el viejo orden del mundo. Paulatinamente desplazado por su nuevo gobierno. También, en la Resurrección, Dios Padre vindica a Su Hijo. Ray Ortlund dice: "En el viernes santo, Jesús exclama: Consumado Es. En Domingo de Resurrección, el Padre afirma: "Amen a eso."
Por esto y mucho más, podríamos argumentar que este día es el más importante para el cristianismo. Ya que nuestra fe está centrada en el acto de la Resurrección. Y sus implicaciones para nosotros. Debemos, entonces, estar agradecidos por la oportunidad de celebrarlo con libertad.
Sin embargo, pocos se preguntan o sienten curiosidad por inquirir en las cosas que Jesús hizo o la gente con la que él se encontró después de haber resucitado. Entre el día de Resurrección y su ascensión pasaron aproximadamente seis semanas. ¿Qué hizo Jesús en este tiempo? Una de las cosas, al menos, que se puede observar es que hay un golfo de separación entre los relatos pomposos y espectaluares del nacimiento de Cristo y las historias sobre las apariciones del Jesús resucitado. El Nuevo Testamento registra alrededor de diez apariciones del Mesías. Según algunos comentaristas, la mitad de estas apariciones fueron en casi un día, durante unas breves horas de tiempo.
Imagina, por un momento, que tú eres Jesús. Has resucitado. ¿Que harías? ¿Qué sería lo primero en lo que te enfocarías después de haber regresado de la muerte? ¿De qué forma comunicarías tu mensaje que estás "de regreso"? Es probable que te fueras a un lugar muy transitado y deslumbraras a todos con un milagro llamativo. O tal vez entrarías caminando arrogantemente a la casa de Anás y Caifás para decirles que has venido por ellos. A vengarte. Harías algo en un lugar en donde todo mundo te viera. Para que sepan que venciste a la muerte. Y ahora vives.
Pero, Jesús no hace eso.
El Cristo resucitado tuvo apariciones extrañas. Contraproducentes, incluso. ¿Por qué? Bueno, Jesús se apareció a personas normales en situaciones ordinarias.
Se apareció en una cena privada con discípulos temerosos, a dos hombres desencajados que iban por el camino a Emaús, a una mujer que se encontraba en un jardín y a un grupo de pescadores frustrados en un lago.
De hecho, pareciera que a simple observación, Jesús prefería aparecésele a pequeños grupos de personas en lugares pocos visibles. Y luego se iba. El Cristo resucitado, el primero de los frutos de la nueva humanidad, se le aparece a personas ordinarias en circunstancias corrientes.
Creo que esto significa algo para ti.
Así como Jesús se apareció a muchos mientras realizaban labores ordinarias, el Cristo resucitado aparece en tu vida cuando menos lo esperas. Y donde menos te imaginas. Porque donde sea que Él llega, todo cambia.
Puede ser que muy de mañana estás preparando la merienda para tu hijo, en medio de lágrimas porque sientes que tu matrimonio cuelga de un hilo. Pero, ahí, de pronto el Cristo resucitado aparece para tomarte de la mano, acompañarte en tu dolor y ayudarte a seguir amando sacrificialmente.
A lo mejor, pasa que te quieres levantar para asear tu sala, pero rápido te topas con la realidad que tus energías no son las mismas después de atravesar muchas quimioterapias. En medio de la confusión que conlleva ajustarse a un nuevo estilo de vida, mucho más lento, el Cristo resucitado aparece dandote esperanza que un día tendrás un cuerpo glorificado. ¡No más cáncer!
O simplemente no quieres escribir el siguiente sermón. Porque estás en una temporada ministerial árida. La gente es malagradecida. Los corazones son duros. Los mensajes pasan por alto. Las oraciones no tienen efecto. Pero, de pronto el Cristo resucitado se te aparece para subirte a Sus grandes hombros. Y te recuerda que Él es el Buen Pastor. Y tú nada más un simple pastorcillo que también necesita ser guiado y pastoreado por Él.
Por lo general, Jesús se aparece en circunstancias que menos te lo esperas. En las más ordinarias y normales. Jesús está ahí. Pues, en lo natural y común de la vida es donde presenciamos lo sobrenatural y trascendental de Dios. Porque cuando el Cristo resucitado se aparece, todo cambia.
-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.
domingo, 16 de abril de 2017
La Resurrección de Cristo: Evidencia y Significado
Hoy se celebra en el calendario lo que se conoce como
"Domingo de Resurrección." Pero, muchos incluso aquellos que
provienen de un trasfondo cristiano ven este día como algo meramente simbólico.
De la misma forma que sucede con todo lo demás en la vida, lo que es concreto
se vuelve simbólico, para después convertirse en nada más que una leyenda.
Muchos que profesan a Cristo creen que Él está vivo porque "vive en sus
corazones."
Aunque entiendo el sentir detrás de una afirmación como esta,
es algo muy erróneo de creer. Pensar así contribuye a que tengamos ideas con
matices más platónicos que cristianos sobre la resurrección. En lugar de sostener
una firme, sólida e inquebrantable convicción que Cristo en realidad resucitó
de entre los muertos. Física y corporalmente.
Comprender bien la resurrección de Cristo significa,
primero, situar este acontecimiento en la categoría de pensamiento adecuada.
Esto quiere decir, por ejemplo, que la resurrección no es un asunto filosófico.
Aunque tenga muchas implicaciones acerca de la metafísica (el ser), la ética
(el hacer) y la epistemología (el saber).
De la misma forma, que la resurrección tampoco es un asunto
exclusivamente teológico. Quiero ser claro aquí. Es cierto que la resurrección
tiene explicaciones teológicas. Muchas. Y no puede ser entendida apropiadamente
en un vacío exento de una interpretación acertada de lo que Dios ha revelado.
En la Escritura y en Su hijo. Pero, no es algo que sólo se circunscribe, en
última instancia, al campo de la teología.
Sino, que para entender mejor la resurrección debemos saber
que es un asunto, primordialmente, histórico. Claro, hay una relación estrecha
entre la historia y la teología. Los actos históricos son la materia prima de
la interpretación teológica. Aquello que ocurre es lo que genera teología. Y la
teología explica aquello que ocurrió.
"Cristo resucitó" es un hecho
histórico. "Cristo resucitó para justificación de nuestros pecados"
es una explicación teológica al hecho histórico. Por eso, sólo se necesita dar
un breve repaso a los escritos contemporáneos del judaísmo del tiempo de Jesús
para darse cuenta que una afirmación como la de "Cristo está vivo porque
Él vive en mi corazón" sería un concepto muy lejano para alguien viviendo
en la Palestina del siglo I.
Incluso, el mismo apóstol Pablo asevera contundentemente
que las personas deberían sentir lástima por los cristianos si Jesús en
realidad no resucitó. Porque si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe. Y
también vana es nuestra predicación. Entonces aquel que con seguridad afirman
que la única evidencia por la que Jesús vive es porque "Él vive en sus
corazón" está consecuentemente socavando la misma fe que con ahínco ha
decidido profesar.
El cristianismo está fundamentado principalmente en el acto
histórico de la resurrección del hijo de Dios. Sin esto, nuestra fe sólo sería
una forma ética de vivir con un par de recursos existenciales que ayudan a las
personas a lidiar con el sufrimiento en el mundo.
La resurrección de Cristo es un elemento central en la
buena noticia del Reino.
Lo que en verdad importa no es cuantos años tiene la
tierra. Sino que Cristo resucitó. Lo esencial no es si los evangelios tuvieron
o no el documento Q como fuente común. Sino que Cristo se levantó de entre los
muertos. Es importante, entonces, que nos preguntemos: ¿En realidad fue la
resurrección física y corporal de Jesús un acontecimiento que ocurrió dentro de
la historia de la humanidad?
El historiador académico Gary Habermas comparte tres
razones como explicaciones que así lo fue.
1. Los primeros testigos
Los relatos de los evangelios que registran la resurrección
de Cristo afirman algo en común: los primeros testigos fueron mujeres.
¡Mujeres! Esto es un detalle importante. Pues, en esta época el testimonio de
una mujer no se tomaba en cuenta. En ningún lugar. Mucho menos en una corte. Si
la resurrección era un invento, estaba muy mal planeado desde el inicio.
Según
el apologista William Craig, el testimonio de las mujeres acerca de la
resurrección de Jesús arruinaría la credulidad del mensaje para la audiencia
original. Los discípulos tenían que haberse asegurado de registrar que los
primeros testigos fueron hombres. No mujeres. A menos, claro, que en realidad
Cristo haya resucitado. Y los biógrafos evangelistas nada más estaban
registrando los hechos.
2. El lugar donde inició la predicación del evangelio
Lucas, el historiador, quien también era médico de
profesión, relata que uno de los primeros lugares en donde se comenzó a
predicar el evangelio fue en Jerusalén. ¿Qué tiene de importancia esto? Bueno,
si tu mensaje es un cuento de hadas y puras patrañas, entonces lo más lógico es
proclamarlo en un lugar lejos de los acontecimientos en los que tu mensaje se
basa.
Si todo es mentira, entonces lo normal sería comenzarlo a predicar en un
lugar lejano en donde sería más fácil engañar a las personas. Pero, no. Los
discípulos comenzaron a hablar del Cristo resucitado en aquellos lugares en
donde Él había andado. Y específicamente en la ciudad en donde había sido
brutalmente asesinado y muchos lo habían visto morir.
La explicación más viable de hacer algo tan sin sentido
como proclamar acerca de una persona resucitada en el mismo lugar en donde fue
asesinado es que, en verdad, esto ocurrió.
3. El origen de la iglesia.
Muchos críticos y escépticos afirman que la resurrección es
nada más que un invento de los primeros cristianos para legitimar su fe. La
iglesia, dicen, dio origen a la creencia de la resurrección de Jesús. Pero,
esto es a la inversa. No fue la iglesia que originó, por así decirlo, la
"idea" de la resurrección.
Más bien, fue la resurrección como acto
histórico que dio origen a la iglesia. Y que también sirvió como catalizador
para la multiplicación tan rápida del cristianismo en el mundo entonces
conocido.
Algunos observan que han habido relatos paganos similares a
la resurrección de Jesús. En donde "hijos" de deidades paganos también
regresan del más allá. Y esto influenció significativamente a los primeros
cristianos de tal manera que adaptaron estos relatos paganos a la explicación
de la historia sobre la resurrección. Pero, esto muestra un desconocimiento del
judaísmo como religión.
¿Por qué? Porque es necesario recordar que los primeros
cristianos provenían de un trasfondo judío. Por tradición, los judíos son
monoteístas. Es muy poco creíble pensar que una religión tan devota y celosa en
mantenerse al margen de contaminaciones paganas sería fácilmente influenciada
por estos relatos mitológicos de otros dioses. Tal cosa hubiese sido vista como
una gran aberración hacia Yawheh.
Por otro lado, es importante observar que los primeros
cristianos sufrieron persecución. Del peor tipo. Directa e indirectamente. Aun
así, la sangre de los mártires fue la semilla de la expansión de la iglesia.
Los primeros cristianos estuvieron dispuestos a dar su vida. No podían callar.
Y la razón por la que no podían callar no era por lo que habían sido enseñados
o instruidos. Sino por lo que habían visto y oído (Hechos 4:20).
Ahora, es necesario que nos preguntemos: ¿qué es lo que
significa la resurrección? No sólo como un acontecimiento histórico en una
línea de tiempo. Sino, ¿cuáles son algunas de las implicaciones teológicas de
ella, por así decirlo?
El mensaje del Cristo resucitado significa, entre otras
cosas, que la oscuridad no triunfó. Porque la muerte no lo pudo contener. En la
resurrección, Dios estaba vindicando a Su hijo. Al mismo tiempo que estaba
justificando a aquellos que habían de arrepentirse y creer en Su hijo. La
resurrección es el mensaje que Dios venció a los principados y a las potestades
de las tinieblas.
El milagro de la resurrección es lo que hace que el
evangelio sea mucho más que un conjunto de buenos consejos. Sino, un mensaje de
buenas noticias. La palabra evangelio proviene del vocablo griego
"euangelion." En la antigua Grecia era usado de varias formas. Pero,
una de ellas, la más común, quizá, era cuando era pronunciada por un mensajero
que venía del campo de batalla.
Cuando los ejércitos iban a la guerra, siempre
llevaban a un muchacho en forma, atlético, que sirviera como mensajero para
reportar el desarrollo del conflicto a las personas que quedaban en el pueblo.
Los habitantes podían darse cuenta, viendo aún desde lejos, si las noticias que
el mensajero traía eran buenas o malas.
Ya sea por su forma de correr o por el
semblante de su cara. Si el ejército iba perdiendo, el venía corriendo
lentamente, por lo general, con un rostro desencajado. Eso daba la pauta para
que los habitantes, atemorizados, se prepararan y tomaran las precauciones
necesarias.
Pero, cuando las noticias eran buenas, entonces el
mensajero corría rápidamente hacia la plaza de la ciudad o a los lugares más
concurridos. Buscaba el lugar más alto en donde ubicarse, sacaba una espada y
la alzaba al mismo tiempo que gritaba: "¡EUANGELION! ¡EUANGELION! ¡NUESTRO
REY HA VENCIDO!"
Ese es exactamente el mensaje de la resurrección: ¡Buenas
noticias: El Rey Jesús ha vencido a los ejércitos del mal! Y ahora nuestro Rey
ofrece misericordia y perdón a aquellos rebeldes que se arrepienten y ponen su
fe en Él.
La resurrección de Cristo deja de ser un simple
acontecimiento dentro de la historia de la humanidad. Sino que es el nacimiento
y el punto de partida de la nueva humanidad. La resurrección del Hijo de Dios
comienza el ordenamiento de una comunidad alternativa a la sociedad en la que
estamos.
Un Reino inconmovible que es de otro mundo y que no es intimidado por
los señores de este siglo. Y que avanza para instaurar el gobierno del orden,
paz y armonía de Dios en cada pulgada de la tierra. Como en el Edén. Consumado
es. La cabeza de la serpiente ha sido aplastada.
-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por
Abba.
martes, 4 de abril de 2017
Tu pasado no te excluye de servir a Dios
Muchas personas piensan que
sus pecados pasados son lo suficientemente grandes como para impedirles que
sirvan a Dios. Pero, esto no es cierto. Y lo podemos evidenciar a través de la
vida del apóstol Pedro, quien después de pecar de una forma tan escandalosa y
pública, Dios lo siguió usando. Tanto así que el historiador Lucas registra que
Pedro predicó uno de los sermones más efectivos en el comienzo de la iglesia
primitiva.
En el día de pentecostés
Pedro se pone de pie ante una multitud que no tenía idea alguna de lo que
estaba pasando al ver personas bautizadas en el Espíritu Santo. Con mucho
denuedo, Pedro prosigue a proclamar el mensaje del evangelio. Cualquiera diría
que esto es un acto sorprendente. Considerando que un tiempo atrás, este mismo
hombre había negado públicamente a Jesús. Y ahora se encontraba predicando con
gran valentía, sin temor alguno a perder su vida, incluso.
Pensemos lo que pudo haber
pasado por la mente de Pedro antes de pararse a predicar. Es posible que
batalló entre si hacerlo o no. De todos modos, era muy probable que entre la
audiencia reunida ahí se encontraba la criada que señaló a Pedro diciendo que
él era uno de los seguidores del galileo, la noche que él negó a Jesús. ¿Qué
tal si ahí estaban también las personas que insistieron esa fatídica vez
reiterándole que él había andado con Jesús ya que su misma manera de hablar lo
delataba?
Era posible que el temor a que le sacaran a relucir su pecado pasado
paralizara a Pedro. No obstante, él estaba confiado que su predicación no
estaba fundamentada en su propia justicia, sino en la justicia de Cristo. De no
haber sido así, entonces uno de los sermones más efectivos en la historia no se
hubiera predicado.
Verás, Dios tiene la
irresistible facultad de tomar tu fracaso y volverlo en un milagro. Eso fue
exactamente lo que pasó con Pedro, el apóstol. Y es exactamente lo mismo que
Dios quiere hacer contigo.
Los humanos no somos
inmutables. Eso quiere decir que el estado en el que nos encontramos no
necesariamente será el estado en el que permaneceremos. Si estamos en Cristo,
debemos parecernos más a Él paulatinamente.
Ninguno de nosotros somos un producto terminado y empaquetado. Por el
contrario, somos obras en proceso. Jarrones de gracia que estamos siendo
moldeados por las manos amorosas del Alfarero.
Es por eso, entre otras cosas,
que amo la Biblia. Porque en ningún momento esconde los errores y tropiezos de
sus personajes. Sino que los muestra con toda claridad para que nuestro ánimo
en el Señor sea edificado.
Y esto desarrollo lo vemos
en la vida de Pedro. El Dr. Steven Cole muestra cómo Pedro creció en tres
diferentes maneras.
En primer lugar, al comienzo
de su ministerio con Jesús, Pedro era una persona extremadamente arrogante.
Podemos observar esto cuando Jesús predice que sus discípulos huirían
negándolo. Pedro es el primero en decir que esto no sería así en el caso de él,
ya que de ser necesario, estaba dispuesto incluso a dar su vida. Pero, jamás
haría algo como dejar abandonado a Jesús.
Esta arrogancia no debe confundirse
con valentía. Pues, momentos después notamos que las cosas no fueron así. Sino
que más bien, Pedro seguía a Jesús desde lejos y lo negó cuando las personas
señalaron que él andaba con Cristo. Pero, años después, cuando Pedro escribió una
de sus cartas, ahora con alguna experiencia sobre sus hombros, él aconseja con
prudencia: "Vístanse de humildad y sírvanse unos a otros.” 1 Pedro 5:5.
El fracaso tiene una
pedagogía fructífera: nos enseña a ser humildes. Así como se lo enseñó a Pedro.
Por eso, siempre que te encuentres con personas que caminan por la vida
llevándose a los demás con el pecho, estás viendo a alguien que va en el carril
izquierdo dirigiéndose hacia un fracaso inevitable que terminará, en el mejor
de los casos, con una severa dosis de humildad.
En segundo lugar, cuando
Jesús pidió a tres de sus seguidores más cercanos que le acompañarán a orar,
Pedro también estaba ahí. Pero, no pudo velar junto al Maestro en oración. Ni
siquiera una hora. Al parecer, orar no era una de las prioridades en el
ministerio de Pedro. Sin embargo, años después, Pedro en una de sus cartas,
escribe que: "debemos velar y orar” (1 Pedro 4:7).
El fracaso tiene el
potencial de enseñarnos a depender más de Dios a través de la oración. Siempre
que confiamos en nuestro repertorio de talentos, conexiones y recursos por
encima de todo lo demás, Dios tiene el irresistible hábito de permitir que
nuestros castillos de arena sean llevados por la marea alta de la vida.
Para
que así caigamos a la realidad que todo procede de Dios y debemos depender de
Él. La vida cristiana no se trata de hacer algo por Jesús sino de hacer todo
con Jesús. El fracaso nos enseña a depender más de Dios por medio de la
oración.
En tercer lugar, la noche
que los soldados llegaron a traer Jesús para llevarlo preso, Pedro no soportó
el hecho que su Maestro fuera tratado como un criminal. Habiendo sido miembro
de la organización revolucionaria de los zelotes, cuya misión principal era
liberar a Israel de las cadenas del imperialismo romano, Pedro se levanta con
una espada y le corta la oreja a uno de los soldados.
Sin embargo, un tiempo
después, Pedro escribe en una de sus cartas que es necesario "padecer con
paciencia en los sufrimientos pues sólo así tendremos una gloria segura." (1
Pedro 2:20).
El fracaso le enseñó a Pedro
a ser paciente en la escuela del sufrimiento. De la misma manera que las lecciones
aprendidas en la universidad del fracaso nos ayudan a confiar en Dios
pacientemente en medio de las pruebas.
Pedro no fue valiente cuando
negó a Jesús. Todo lo contrario, fue un acto de cobardía. Pero, cuando él se
paró a predicar el evangelio en el día de pentecostés, Dios había usado su
fracaso pasado para hacerlo un mejor hombre y un mejor seguidor de Jesús. Tu
pecado podrá ser grande, oscuro, escandaloso y muchas cosas más. Pero, eso no
significa que Dios no te pueda usar. Dios está interesado en restaurarte, no en
reemplazarte.
En cierta ocasión, un hombre
salió de vacaciones con su esposa e hijos en el carro de la familia. Poco
tiempo después, el carro se averió y quedó varado en medio de la nada. Sin
saber mucho que hacer, el hombre se bajó, levantó el capó e intentó repararlo.
De pronto, un carro lujoso se detuvo. Y se bajó un hombre millonario vestido de
manera muy elegante. Se acercó al dueño del carro malo y le ofreció ayuda.
Éste, incrédulo, pensó: “¿Qué sabe un millonario de arreglar carros?” Pero,
como estaba en apuros y no había nadie cerca, lo dejó que le ayudara. Después
de hacer unos arreglos en el motor, el millonario le dijo al hombre: “Cuando yo
le diga, enciéndalo.” El dueño, aún incrédulo, como no tenía nada que perder le
contestó: “Sí, como usted diga.” “Ahora, enciéndalo.” Y de pronto, como por
arte de magia, el carro encendió.
Muy sorprendido, el dueño
del carro le dijo al hombre rico: "¡¿Cómo hizo eso?! ¡Por favor déjeme
pagarle!" El magnate le contestó: "No se preocupe, señor, así déjelo.
Además, como usted podrá ver, no necesito su dinero. Que tenga un buen
viaje."-"¡No, señor, no puedo dejar que usted se vaya así por así. Al
menos dígame porqué usted se detuvo en medio de la nada para ayudarme” replicó
el dueño.
-"Bueno, ya que insiste, buen hombre. Me
detuve porque usted maneja un carro Ford. Y mi nombre es Henry Ford, por tanto,
no puedo permitir que algo que yo diseñé no esté funcionando a la manera para
la cual yo lo construí. Por eso tuve que restaurar mi creación."
Dios, tu Creador está
interesado en restaurarte, no en reemplazarte. Tu pasado no significa que estés
excluido de servir a Dios en el presente. Y en el futuro.
-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por
gracia. Hijo eternamente amado por Abba.
viernes, 31 de marzo de 2017
Tu pecado no es suficiente
Todos los pecados son ofensas delante de
Dios. Pero, hay algunos que causan un impacto negativo mayor en las personas
que nos rodean. Por ejemplo, no es lo mismo que un cristiano se pase un
semáforo en rojo. A que un líder espiritual sea encontrado en una falta moral
grave como el adulterio. Claro que uno causará mucho más escándalo que el otro.
Por eso, si ha habido alguien que pecó de una forma tan públicamente
escandalosa, ese fue el apóstol Pedro. La negación de Pedro hacia Jesús, según
lo relatado por los biógrafos del Mesías, fue algo nefasto. Por muchas razones.
En primer lugar, Pedro fue muy cercano a
Jesús. Durante el desarrollo de su ministerio, Cristo se convirtió en un líder
popular. Las masas se aglomeraban para escuchar lo que él tenía que decir ya que
la gente encontraba que enseñaba con una autoridad que parecía faltarle al
resto de los rabinos contemporáneos. Así también, Jesús realizaba muchos
milagros. Sanando enfermos y haciendo grandes prodigios. Por esto, las
multitudes siempre estaban detrás de él en cualquier lugar que estuviera.
No obstante, aunque era muy seguido por
muchos, Jesús eligió a doce hombres para compartir su vida y ministerio de una
forma más íntima que con el resto. Si te tomas el tiempo de leer los
evangelios, te darás cuenta que estos hombres no tenían nada espléndido. No
eran la crema de la nata, ni mucho menos. Eran simples hombres comunes y
corrientes que tenían trabajos sencillos.
Curiosamente, uno de los axiomas de
liderazgo más populares es que si quieres llegar lejos debes rodearte de gente
capaz con un buen pedigree. Tal parece que Jesús fracasó de acuerdo a la
sabiduría convencional de los bestsellers modernos de liderazgo. Porque estos
simples hombres eran nada más y nada menos que eso: simples hombres. Y dentro
de estos doce discípulos, Jesús tenía un círculo más cercano aún, compuesto por
tres de sus seguidores: Juan, Jacobo y Pedro.
Es decir, Pedro era parte del
grupo más íntimo con el que Jesús compartió. Y a pesar de esto, Pedro negó a
Jesús.
En segundo lugar, Pedro fue de los
discípulos que experimentó de primera mano muchas de las obras milagrosas del
Maestro. Por ejemplo, cierta vez que Jesús se le apareció a un grupo de
pescadores por la noche mientras caminaba por las aguas, Jesús invitó a Pedro a
que hiciera lo mismo. Y por un breve momento de fe seguido de incredulidad,
Pedro, al igual que Jesús, milagrosamente caminó por las aguas sin hundirse.
Pedro también estuvo ahí cuando los panes y los peces fueron multiplicados
delante de los ojos de la multitud. A sí mismo, Pedro estuvo en primera fila
cuando Jesús sanaba a los paralíticos y daba vista a los ciegos. En definitiva,
Pedro jamás podría argumentar que fue orillado a las periferias del ministerio por
Cristo. Siempre tuvo acceso directo al Maestro. Y pesar de esto, Pedro negó
públicamente al Salvador.
Y por si esto fuera poco, Pedro negó a
Jesús en el momento en que su Maestro más necesitaba de los suyos. Antes que
Jesús fuera apresado, él se retiró a orar en el monte Getsemaní. El escritor
bíblico relata que la aflicción era tan grande en el corazón de Jesús que su
sudor era tan denso como gotas de sangre.
Estas fueron, muy probablemente, las
horas más difíciles que Jesús tuvo que atravesar. Y cuando más Él necesitó de
aquellos por los que estaba a punto de dar su vida, Pedro le dio la espalda. En
el momento más vulnerable, el apóstol negó a Jesús.
Pedro fracasó de forma pública y escandalosa
delante de muchos. Y puede que tú sientas que ese es tu caso también.
A lo mejor has amanecido demasiadas veces
en la cama equivocada junto a la persona incorrecta.
Tal vez estás atravesando la difícil etapa
de un embarazo pre-matrimonial.
Es posible, incluso, que has consumido más
droga de la que tu sistema tolera y tus recuerdos están llenos de
remordimientos a causa de eso.
O probablemente tu hogar se está
desintegrando delante de tus propios ojos...y de los ojos de los demás.
Puede que todo eso sea cierto y sea una verdad
difícil de confrontar.
Pero, también, la buena noticia del
evangelio es que tu pecado, por muy estrepitoso y público que sea, al igual que
el de Pedro, no puede separarte del amor de Dios en Cristo.
En la biografía de Jesús escrita por Juan
Marcos, en el capítulo 16, Dios permite que un muchacho se encuentre
providencialmente con un par de mujeres que llevaban especies aromáticas para
ungir el cadáver de Jesús. Y el mensaje que este joven les da es el siguiente
(v.7): "díganle a los discípulos y a Pedro, que él (Jesús) va delante de
vosotros a Galilea, ahí le veréis, tal y como él lo había prometido." Ahora, bien, notemos que lo que este muchacho
NO dice es: "Díganle a los discípulos, EXCEPTO al traicionero de
Pedro."
Él pudo haber dicho esto. De todos modos, había vasta evidencia
para desechar a una sabandija cobarde como lo fue este hombre. Pero, el
comunicado no fue así. De haber usado la palabra "excepto" el mensaje
hubiese denotado exclusión. Pero, la palabra que usó el mensajero fue una llena
de compasión sacrificial. Él dijo: "Díganle a los discípulos Y a Pedro."
Esto denota inclusión, misericordia y gracia escandalosa hacia alguien que
públicamente negó a Su Salvador.
Si alguna vez hubo alguien en la historia
de la Iglesia cristiana con argumentos de sobra para ser excomulgado después de
tocar fondo de una forma tan horrible, ese fue Pedro, el apóstol. Pero, las
cosas no resultaron así. Porque tu pecado, tal como el de Pedro, es insuficiente para separarte del amor de Dios. Pues, el sacrificio de Cristo fue suficiente para reconciliarte con Dios.
Este amor no es
barato. Todo lo contrario. Tiene un costo muy alto. Tu pecado fue tan grande
que el hijo de Dios tuvo que morir por ti. Tu estado es peor de lo que crees.
Pero, Su gracia es tan vasta que el hijo de Dios estuvo dispuesto a morir por
ti. Eres más amado de lo que imaginas. De hecho, las
cicatrices de Jesús son fuentes inagotables de agua viva, que saben a gracia
sacrificial y a misericordia fresca.
Esto no quiere decir que tienes una
licencia para seguir pecando. De todos modos, fue tu pecado lo que causó esas
cicatrices. Sino, que ahora puedes correr libremente hacia el Trono. En donde siempre
serás recibido por el Rey del Universo. El que murió por los cobardes que le
han negado, como Pedro. Y como yo.
-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo
eternamente amado por Abba.
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