No se puede negar que, después de lograr la faena histórica
de ganar dos copas de Europa al hilo, cosa que ningún otro equipo ha hecho,
actualmente, el Real Madrid es el mejor equipo del mundo. Ganar la Liga y
Champions en una misma temporada es un golpe contundente más de la grandeza del
club.
No dejo de escribir esto con cierto dolor: soy aficionado
blaugrana. Pero, más allá de eso, un admirador del buen fútbol en todo lugar.
Por eso: honor a quien honor merece.
Por otro lado, no solo me considero un aficionado del buen
fútbol sino también soy un estudiante del liderazgo. Siempre trato de encontrar
la manera en cómo los grandes líderes y las organizaciones exitosas obtienen
grandes resultados en su área de desempeño. Y aprendo de ello.
En este caso particular, el Real Madrid no es sólo un gran
club compuesto por grandes jugadores, sino liderado por un gran director
técnico: el legendario ex-jugador galo Zinedine Zidane.
Por eso quiero compartir tres lecciones de liderazgo de la
gestión de Zidane al frente del equipo merengue:
1. Preparación desde abajo.
“Aquellos que no tomaron en serio los pequeños comienzos,
ahora se alegrarán viendo a Zorobabel terminar las obras.” –Zacarías 4:10
El Real Madrid siempre se ha caracterizado por hacer
fichajes "bomba" y contrataciones llamativas que acaparan la atención
de los medios. Este parece ser el modus operandi de Don Florentino Pérez. Sin
embargo, la llegada de Zidane como técnico fue la excepción. El francés no
llegó de un sólo a sentarse al banquillo del primer equipo. Su llegada tampoco
fue con bombos y platillos, sino en medio de una debacle, después que los
blancos se comieron cuatro goles en casa contra el Barcelona.
Zidane, el técnico, comenzó desde abajo. Dirigiendo los
equipos de ligas inferiores. Y trabajando como asistente por un par de
temporadas. El equipo ha cosechado estos logros porque Zidane se ha preparado
por años atrás dentro de la misma institución para este momento.
Los grandes líderes no son personas que mágicamente obtienen
éxito de la noche a la mañana. Sino que trabajan incansablemente noche, tras
noche, tras noche. Hasta que una mañana, la gente a su alrededor se da cuenta de lo
que alcanzaron.
2. Trabajo duro
El alma del diligente
será prosperada. –Prov. 13:4
Cualquiera objetaría que un club como el Madrid no tiene que
trabajar duro sino que descansa en el talento de figuras como Cristiano
Ronaldo, Luka Modric y Toni Kroos. Pero, eso no es así.
En una conferencia de
prensa inmediatamente después de la victoria en Cardiff, un periodista le
preguntó a Zidane qué era lo que más destacaba cuando él miraba en
retrospectiva a todo lo que ha alcanzado con el club. Sin dudarlo, Zidane
contestó: "el trabajo duro."
Zinedine Zidane no sólo trabaja árduamente sino que ha
sabido transmitir ese espíritu de disciplina a sus jugadores.
Por ejemplo, aunque Cristiano Ronaldo no sería nominado al
premio como el jugador más humilde, uno de sus compañeros confiesa que el
portugués es el primero en llegar a los entrenamientos y el último en irse. Es
una superestrella, pero no se comporta así al momento de trabajar.
Los grandes resultados no se logran sin la disciplina
consistente. El talento importa, pero todos conocemos personas extremedamente talentosas
que nunca hicieron algo significativo con sus vidas. Un proverbio japonés dice:
"El trabajo duro, tarde o temprano, alcanzará la inteligencia y la
sobrepasará."
En el fútbol como en la vida, el talento por sí solo vale
poco. Pero, la combinación de destreza y disciplina hace que las cosas ocurran.
3. Humildad
Porque el que se
enaltece será humillado, y el que se humilla será exaltado. –Mateo 23:12
En otra de sus declaraciones después de conquistar la duodécima, Zidane afirmó sentirse afortunado por trabajar junto a una plantilla talentosa. "Pues nada hubiese sido posible sin ellos."
Esto puede ser tomado como la respuesta estándar de los
técnicos ganadores, pero creo que el francés estaba hablando con sinceridad.
El
temperamento modesto y mesurado de Zidane contrasta con el controversial y
memorable José Mourinho, quien salió de la institución blanca señalando a los
jugadores e incluso revelando intimidades del vestuario madridista.
Los grandes líderes otorgan crédito a su equipo de trabajo
cuando triunfan. Y asumen la responsabilidad cuando fracasan.
Que lamentable y patético es ver líderes egocéntricos, en
todas las arenas de la vida, que pisotean a su gente para obtener el crédito de
los resultados delante de sus superiores. Pero, rápidamente culpan a todos a su
alrededor cuando las cosas salen mal.
Pocos vaticinaban un futuro exitoso para Zinedine Zidane
cuando comenzó su carrera en el banquillo de primera división. Incluso los
diarios madridistas más recalcitrantes cuestionaban su gestión. Pero, ahora con
mucha disciplina, preparación y humildad ha callado muchas bocas. Incluyendo la
mía.
¡Enhorabuena para Zizou! Como jugador, él era una muestra
que el fútbol es un arte. Ahora, como técnico, es una muestra que el liderazgo también
lo es.
¡Enhorabuena para todo el Madridismo!