Si la gente sabe sólo una cosa
acerca de la Reforma Protestante, es el famoso evento del 31 de Octubre de
1517, cuando las Noventa y Cinco Tesis de Martín Lutero (1483-1586) fueron
clavadas en la puerta del Iglesia del Castillo de Wittenberg en protesta contra
la Iglesia Católica y Romana. Unos años después de ese evento, la Iglesia se había
dividido no sólo entre "los de Lutero" y "los de la
Iglesia" sino en diferentes categorías lideradas por teólogos de todo
tipo.
Lutero es mayormente conocido
por sus enseñanzas sobre la Escritura y la justificación. Acerca de la Biblia,
él argumentó que la Escritura solamente (sola scriptura) es nuestra autoridad
suprema para la fe y práctica. Acerca de la justificación, él enseñó que somos
salvos solamente a través de la fe en Jesucristo por la gracia de Dios y los
méritos de Cristo. No somos ni salvos por nuestros méritos ni declarados justos
por nuestras buenas obras. Adicionalmente, tenemos que confiar plenamente en
Dios para la salvación de nuestros pecados, en lugar de confiar parcialmente en
nuestro auto-mejoramiento.
Perdón con un precio
Estas enseñanzas eran
divisiones radicales de lo que la Iglesia Católica enseñaba en el tiempo de
Lutero. Pero, lo que te puede sorprender es que las Noventa y cinco Tesis, si
bien fue el documento que encendió la Reforma, no fue acerca de estos temas. En
lugar de eso, Lutero protestó en contra del hecho que la Iglesia Católica
Romana estaba ofreciendo la venta de certificados de perdón, y al hacerlo
estaba dando una falsa esperanza (que el perdón puede ser ganado o comprado)
por la verdadera esperanza del evangelio (que nosotros recibimos perdón
solamente a través de las riquezas de la gracia de Dios).
La Iglesia Católica Romana se
había autoproclamado como la administradora del "tesoro de los
méritos" de todas las buenas obras que los santos habían hecho (sin mencionar
las obras de Cristo, que hacían el tesoro infinitamente profundo). Para
aquellos atrapados en su pecaminosidad, la iglesia podía escribir un
certificado transfiriendo al pecador algunos méritos de los santos. ¿La jugada?
Estas "indulgencias" tenían un precio.
Esto debe ser entendido para
comprender el contexto de las Noventa y Cinco Tesis de Lutero: la venta de
indulgencias para la remisión de pecados se intersectaba perfectamente con la
larga e intensa lucha que Lutero había experimentado sobre los asuntos de
salvación y certeza. En este punto de colisión entre la esperanza del evangelio
de un hombre y la negación de esa esperanza por parte de la Iglesia es que las
Noventa y Cinco Tesis pueden ser apropiadamente entendidas.
Las Tesis en sí mismas
La respuesta oficial de Lutero
en contra de las indulgencias vino en forma de un documento académico que el
envío al arzobispo local, Albert de Mainz, que causalmente había sido el que
había autorizado la campaña de indulgencias. Significativamente, Lutero reflejó
su malestar escribiendo el título "Disputa de Martín Lutero sobre el poder
y eficacia de las Indulgencias", que fueron conocidas a la posteridad como
las Noventa y Cinco Tesis--en latín en lugar del idioma común. Ese hecho
combinado con la audiencia original a la que él le apuntaba y el tono
eminentemente académico indican que Lutero no tenía la intención que el
documento fuese para el consumo de las masas. En lugar de eso, Lutero escribió
para iniciar un debate académico. Con todo y esto, el documento fue traducido
al lenguaje germánico común de Sajonia y fue pegado en la puerta de
Schlosskirche (la Iglesia del Castillo de Wittenberg) en el 31 de Octubre de
1517.
Las Noventa y Cinco Tesis de
Lutero se enfocaban en tres asuntos principales: venta de perdón (vía
indulgencias) para construir una catedral, el poder autoproclamado por el papa
para distribuir perdón y el daño que las indulgencias causaban a los pecadores
en duelo.
Así que, ¿qué hizo a este
documento tan controversial? Las Noventa y Cinco Tesis de Lutero tocaron un
nervio en las profundidades de la estructura autoritaria de la iglesia
medieval. Lutero estaba haciendo un llamado al papa y quienes estaban en poder
a que se arrepintieran--bajo ninguna otra autoridad que las convicciones que
había obtenido de la Escritura--y llamaba a los líderes del movimiento de las
indulgencias a que dirigieran su mirada a Cristo, el único capaz de perdonar la
penalidad del pecado.
De todas las porciones del
documento, la conclusión de Lutero es probablemente la más memorable por su
exhortación a poner la mirada en Cristo en lugar del poder de la Iglesia:
92. Que se vayan, pues todos aquellos profetas que dicen al
pueblo de Cristo: "Paz, paz"; y no hay paz.
93. Que prosperen todos aquellos profetas que dicen al
pueblo: "Cruz, cruz" y no hay cruz.
94. Es menester exhortar a los cristianos que se esfuercen
por seguir a Cristo, su cabeza, a través de penas, muertes e infierno.
95. Y a confiar en que entrarán al cielo a través de muchas
tribulaciones, antes que por la ilusoria seguridad de paz.
En los años después de haber
clavado estas tesis, Lutero tomó mayor coraje en su determinación y fortaleció
sus argumentos con la Escritura. Al mismo tiempo, la Iglesia se volvió más
incómoda con el radical Lutero y, en las décadas posteriores, la chispa que él
comenzó crecería en una llama de reforma que se propagó por toda Europa. En
1520, la Iglesia le ordenó a Lutero que se retractara y fue eventualmente
excomulgado en 1521.
Importancia en la actualidad
Hoy, las Noventa y Cinco Tesis
son el documento más conocido de la era de la Reforma Protestante. El valor de
Lutero y su disposición para confrontar lo que él consideraba como error claro
es tan importante hoy como la fue en ese entonces. Una de las grandes maneras
en que las Tesis de Lutero nos instruye en la actualidad--aparte de la
maravillosa herencia de las cinco solas de la Reforma (sola Scriptura, sola
gracia, sola fe, solo Cristo, soli Deo gloria)--es que nos llama a examinar con
profundidad las prácticas heredadas de la iglesia y pesarlas con la Escritura.
Lutero vio un abuso, no tuvo miedo de señalarlo, y fue excomulgado como
resultado de su fidelidad a la Biblia en medio de una dura oposición.
-Traducido por Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.
Este artículo fue extraído del libro "Conoce tus Credos y Concilios" escrito por el Dr. Justin Holcomb, profesor de teología en el Seminario Teológico Reformado y el Seminario Teológico Gordon-Conwell.
muchas gracias por la información es muy buena y me ayudo mucho.
ResponderBorrargracias ;)