miércoles, 9 de noviembre de 2016

"Presidente Trump": ¿Por qué? ¿Y ahora qué?



“Presidente Trump.” Poca gente en las últimas semanas se imaginó tener que digerir esta realidad. Al menos yo fui uno de ellos. No porque “apoyaba” a la candidata Hillary Clinton. Sin porque pensé que después de todo lo polémico que Trump dijo e hizo el pueblo estadounidense no saldría a votar por él en masa para elegirlo como el líder de su nación

¡Qué errado que estaba! Junto a mí, un buen porcentaje de la población norteamericana, y del mundo entero se llevó la misma sorpresa también.

Escribo esto, desde Honduras, como un ciudadano hondureño que ama este país y a su gente. A pesar que en nuestra nación tenemos un sinfín de problemas que debemos atender, sé que en este momento a muchos de mis compatriotas y hermanos hispanos radicados en EUA se les está haciendo difícil asimilar, mucho menos interpretar, lo que pasó el día de ayer.

¿CÓMO PASÓ?
Comencemos por intentar entender cómo fue que el magnate millonario Donald Trump obtuvo los más de 270 votos del colegio electoral para alcanzar la presidencia de EUA. Esta es una interrogante que en este momento se están haciendo no sólo los expertos y analistas de mesa redonda de las principales cadenas televisivas. Sino que muchos en sus hogares, trabajos y universidades están queriendo entender qué exactamente fue lo que pasó. Como cuando te atropella un camión y vives para contarlo.

Muchas voces de líderes prominentes en el partido republicano, incluso, semanas antes del día de las elecciones sugirieron que lo mejor que Trump podía hacer era renunciar a su nominación y dejar que Mike Pence, su candidato vice-presidencial y un conservador “más puro” tomará la guía del barco. La mayoría de las encuestas, por no decir todas, daban a la secretaria de Estado Hillary Clinton como la ganadora de esta contienda. Las discusiones en los noticieros se centraban no en quien iba a ganar; sino cuanto sería el margen de diferencia de la inminente victoria de Hillary.

Bueno, así como el Brexit en Inglaterra, el plebiscito en Colombia y las elecciones en Estados Unidos, las encuestas una vez mostraron estar equivocadas. Tal parece que un gran número de personas que votaron por Trump no querían decir que votarían por él cuando los encuestadores les preguntaban. Esto es significativo. Osea, muchos votantes de Trump sentían pena en decir que votarían por él.

En este momento, la tentación más grande de la comunidad hispana es concluir, de forma inmediata, que la razón por la que Trump ganó es porque el país está lleno de racistas blancos que odian a la gente de color y por eso eligieron a otro racista blanco. Sin embargo, los factores que tuvieron un papel importante en esta elección son mucho más complejos que este tipo de generalización.

En primer lugar, esta elección puede ser considerada como la venganza de la clase trabajadora blanca o del área rural de EUA. Este segmento amplio de la población ha crecido con la noción, casi inconsciente, que Estados Unidos les pertenece. Pero, las más recientes políticas económicas y sociales impuestas por la clase élite de izquierda, en su mayoría representado por el partido Demócrata, afectaron sus bolsillos y atentaron en contra de sus convicciones religiosas.

¿Cómo? Los acuerdos económicos de libre comercio firmados por EUA avanzaron de manera considerable el fenómeno que ahora se conoce como “la globalización.” Esto significó, entre otras cosas, que las empresas exigirían mayores credenciales académicas de mejores instituciones. Credenciales académicas que la mayoría en este segmento de la población no posee. 

También, uno de los efectos secundarios de estos tratados fue que las grandes fábricas en ciudades pujantes como Detroit, ahora estaban cerrando para irse a países con mano de obra más barata y con menos impuestos gubernamentales. Esto afectó mucho el bolsillo de este segmento electoral.

En la parte social, la mayoría de personas que componen la clase trabajadora blanca y viven en el sector rural de EUA llevan un estilo de vida en donde los valores religiosos forman una parte fundamental de su micro-cultura demógrafica. Estos valores religiosos se expresan en su justa lucha contra la práctica del aborto y en contra del avance de la agenda agresiva de la comunidad LGTB. 

La corte suprema, en los últimos años, ha ratificado leyes compatibles con la izquierda progresista, más recientemente la aprobación del matrimonio homosexual en todos los estados. Esto ha causado que esta población sienta que el gobierno atenta contra sus valores religiosos. Mismos valores, que en el pasado, llevaron a los padres fundadores a emprender el experimento americano.

Socialmente y económicamente, los Estados Unidos en los que este amplio segmento había crecido, ahora se estaban desvaneciendo, según ellos, frente a sus propios ojos. Por eso, el slogan de Trump apelaba a la nostalgia. Un llamado a “que Estados Unidos sea grande de nuevo.”

En una reacción de ira hacia la pérdida de su país, según como ellos lo miraban, impulsó a los votantes blancos de clase media trabajadora a ir en masas a las urnas a votar por Trump.

REPUDIO A HILLARY
Encima de esto, está el hecho que Hillary Clinton es el tipo de persona que no inspira confianza para muchos. Pocos se atreven a negar su experiencia en materia política. Su activismo como primera dama, como senadora del estado de New York y más recientemente como secretaria de Estado son credenciales más que suficientes para confirmar que estaba preparada para el cargo. 

Sin embargo, los escándalos en los que se vio rodeada, como haber usado un servidor de correo electrónico privado mientras servía en un cargo público; su aparente falta de juicio en el ataque sirio a la embajada de Benghazi y las acusaciones de haber usado dinero de su fundación para gastos personales, entre otras cosas, generó siempre una actitud de escepticismo hacia ella como figura política.  

Su propio partido se vio dividido por Bernie Sanders, un senador socialista de la tercera edad, que inspiró a los votantes jóvenes a clamar y soñar por una revolución política. Muchas voces dentro del movimiento de Bernie desconfiaban tanto en ella que afirmaban que no se atreverían a votar por alguien tan corrupta y coludida con los grupos de poder como Hillary.

En cierta medida, el gane de Trump es un voto de castigo hacia la clase política. Una protesta hacia el típico politiquero promedio que ha hecho de su vida una carrera política a expensas del patrimonio del pueblo. En resumen, la gente votó por Trump porque creían en él o porque simplemente odiaban demasiado a Hillary. Ambas premisas tienen su gramo de verdad. 

Un enorme descontento económico en la clase trabajadora blanca, impulsado por un sentido de persecución casi "confirmado" en políticas sociales de izquierda impuestas por la clase élite progresista y una desconfianza casi bordando al odio hacia Hillary Clinton son algunas de las claves que añaden luz para explicar el movimiento social que llevó a Trump a la victoria. Y soy enfático en decir algunas.

Entender estos factores es importante para que la comunidad hispana no se estanque en la narrativa que EUA es una nación racista llena de gente que odia a las personas de color.

Claro, esto no niega la existencia de racismo sistémico presente en las esferas de la sociedad norteamericana. Que se manifiesta, en el peor de los casos, en brutalidad policíaca hacia personas de color. El hecho que Trump inspiró y movilizó, intencionalmente o no, a grupos extremistas de supremacía blanca, como David Duke, líder del Ku-Kux-Klan, es un indicador del tipo de pasiones que, el ahora presidente electo, encendió con su mensaje en algunos sectores radicales.

USA REPUBLICANA
La realidad es que Trump se ha convertido en el primer presidente norteamericano sin experiencia previa alguna en un cargo público ni en las fuerzas armadas. Ha pasado de ser un magnate con dinero, mujeres y poder a ser un magnate presidente con dinero, mujeres y poder político.

Y mucho poder político. Pues, otro resultado enorme es que el partido republicano tiene el control no sólo de la casa blanca, sino del senado y la cámara de representantes. Trump, en su facultad como presidente, tendrá la tarea de nominar a un magistrado de la corte suprema para reemplazar al ya fallecio jurista conservador Antonin Scalia. Él ha prometido que la persona que ocupará ese puesto será "conforme al molde de Scalia." Esto dejaría a la corte superma con una mayoría republicana de 5-4.

En otras palabras, un hombre que hace algunas semanas estaba reclamando en la madrugada via twitter por la parodia que unos actores habían hecho de él ahora estará a cargo no sólo de la casa blanca, sino de la rama legislativa y muy probablemente de la judicial. Esto como resultado del voto de castigo no sólo hacia Hillary sino a las políticas sociales demócratas.

INCERTIDUMBRE EN HISPANOS
Ahora, los miedos que arrestan a un gran sector de la comunidad hispana en este momento son reales. Casi por más de un año, los hispanos escucharon de la boca de Trump decir que ellos eran un gran factor culpable del declive del país. Trump les decía continuamente que eran los culpables de la delincuencia, violaciones y del desempleo de mucha gente. Y como Trump miraba a los migrantes como el problema entonces la solución que propuso fue contundente: deportarlos a todos y construir un muro en la frontera para que no sigan entrando.

Ha sido esta postura y la posibilidad que ahora se pueda hacer realidad lo que ha causado una ansiedad colectiva en medio de un amplio segmento de la comunidad hispana en EUA, más que cualquier otra de las palabras sensacionalistas de Trump.
Sin embargo, ahora que la elección terminó es necesario preguntarse qué parte de todo este discurso en realidad es viable y qué parte solo fue dicha para encender a su base electoral.

Por un lado, la idea de crear una fuerza policial migratoria para ir de casa en casa a sacar a los inmigrantes indocumentados, deportarlos y luego que el estado se haga cargo de los hijos de ellos, que son ciudadanos por nacimiento, no sólo es algo utópico sino que es también suicidio económico. La población hispana es una fuerza económica pujante en el país. No sólo en el sector agrícola sino en diferentes rubros. Trump es un empresario y lo sabe. Es la razón por la que él mismo contrató a constructores imigrantes para llevar a cabo sus proyectos de infraestructura en el estado de Nueva York.

Una de sus otras propuestas es construir un muro para impedir el flujo migratorio a través de la frontera sur con el país vecino de México, que por cierto, será responsable de pagarlo. Esto no sólo es inconcebible económicamente hablando. Pero, asumiendo que el muro se construya y que el gobierno mexicano se postre de rodillas ante los deseos de Trump, construir un muro aportaría poco o nada para tratar con la problemática de la inmigración.

Algunos estudios indican que gran parte de los inmigrantes indocumentados que han llegado EUA en los años recientes, lo han hecho no cruzando el río sino quedándose más tiempo del que sus visas les permitían. Eso sin mencionar que la frontera está llena de túneles subterráneos por medio de los cuales los cárteles trafican droga y personas. Túneles que pueden evadir los muros más altos.

Así que es muy probable que su retórica sobre deportación masiva y un muro fue usada únicamente para movilizar a su base a que salieran a votar con enojo "porque los inmigrantes están destruyendo el país."

RESPUESTA
Bien, después de al menos hacer el intento de encontrar una explicación al fenómeno político que es Donald Trump y su inminente llegada a la Casa Blanca, ¿cómo debe la comunidad hispana cristiana responder ante esto?

1. Ora. La primera manera de responder es la oración. Las personas que piensan que esto es nada más pietismo que fomenta una mentalidad escapista, en realidad están menospreciando el poder de Dios y el amor de Dios. 

El poder de Dios en el sentido que Él pone a reyes para usarlos con el fin de cumplir sus propósitos. Y el amor de Dios en el sentido que Él siempre está presto a inclinar su oído a la voz de clamor de su pueblo. 

La comunidad hispana radicada en USA está ordenada por Dios para orar por su nuevo líder, por mucho que estén desaprueben su persona y estén en desacuerdo con sus políticas. Sólo Dios puede brindarle sabiduría y humildad para guiar a la nación más poderosa del mundo.

2. No temas. Hispano, tu temor en este momento es real. Las razones para tener ansiedad son muy válidas. Los posibles escenarios que fomentan la incertidumbre en tu mente cuando piensas en tu futuro y en el de tu familia después de lo que pasó ayer son, en gran medida, justificadas.

Pero, tu Dios es más real aún. Esto no quiere decir que milagrosamente Trump desaparecerá del mapa y no será el presidente. Sino que, la realidad de Dios se expresa en que Él tiene el poder para guardar a Su pueblo en medio de diferentes tipos de gobernantes.

Incluso, existe evidencia bíblica e histórica que Dios ha usado a gobernantes muy paganos para llevar a propósitos divinos específicos. No estoy diciendo que este sea el caso. Pero, tampoco digo que este sea la excepción.

La historia de Sadrac, Mesac y Abed-nego en Daniel 3:16-30 es fascinante precisamente porque la fe de estos jóvenes se manifiesta en que mantenien su lealtad a Dios aún frente a posibles sanciones gubernamentales por parte del rey Nabucodonosor.

Cuando son amenazados de ser arrojados al horno de fuego por no postrarse ellos contestan: He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.

El v. 18 evidencia un tipo de fe inquebrantable. Una fe en Dios si Él decide contestar nuestras oraciones o si decide no hacerlo. Esta fe valiente sólo es posible cuando tu confianza descansa en un reino inquebrantable liderado por un Rey Supremo.

Esto quiere, decir, y por muy difícil que esto pueda sonar: que tus peores miedos después de los resultados de ayer, sufrir deportaciones masivas o recibir expresiones racistas intensificadas, puede que ocurran como puede que no.

Pero, aún, si así fuera...si Dios decidiera permitir eso, tu confianza no descansa en las circunstancias políticas pasajeras sino en el carácter eterno de Dios.

Hispano, tu lealtad no es primordialmente a tu país de origen. Tu lealtad no es principalmente al país en el que vives ahora. Tu lealtad esencial es hacia un Reino que es de otro mundo. Tu lealtad se debe a un carpintero del oriente medio que habla arameo. Y es el Rey del Universo. Tu ciudadanía es celestial. 

Eso significa, que en donde quiera que estés, si has nacido de nuevo, eres un inmigrante en esta tierra. De la misma manera nuestro Salvador es hijo de padres inmigrantes que huyeron de las políticas asesinas de un tirano.

Estamos peregrinando hacia nuestro verdadero hogar. Por eso, tu documento de validación no es una tarjeta verde que puede ser revocada, sino un sello eterno escrito con sangre que dice: "Consumado Es." Porque el reino eterno de Dios es más grande que el “sueño americano.

-Luís Luna Jr.

Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.

"Presidente Trump.": ¿Por qué? ¿Y ahora qué?



“Presidente Trump.” Poca gente en las últimas semanas se imaginó tener que digerir esta realidad. Al menos yo fui uno de ellos. No porque “apoyaba” a la candidata Hillary Clinton. Sin porque pensé que después de todo lo polémico que Trump dijo e hizo el pueblo estadounidense no saldría a votar por él en masa para elegirlo como el líder de su nación

¡Qué errado que estaba! Junto a mí, un buen porcentaje de la población norteamericana, y del mundo entero se llevó la misma sorpresa también.

Escribo esto, desde Honduras, como un ciudadano hondureño que ama este país y a su gente. A pesar que en nuestra nación tenemos un sinfín de problemas que debemos atender, sé que en este momento a muchos de mis compatriotas y hermanos hispanos radicados en EUA se les está haciendo difícil asimilar, mucho menos interpretar, lo que pasó el día de ayer.

¿CÓMO PASÓ?
Comencemos por intentar entender cómo fue que el magnate millonario Donald Trump obtuvo los más de 270 votos del colegio electoral para alcanzar la presidencia de EUA. Esta es una interrogante que en este momento se están haciendo no sólo los expertos y analistas de mesa redonda de las principales cadenas televisivas. Sino que muchos en sus hogares, trabajos y universidades están queriendo entender qué exactamente fue lo que pasó. Como cuando te atropella un camión y vives para contarlo.

Muchas voces de líderes prominentes en el partido republicano, incluso, semanas antes del día de las elecciones sugirieron que lo mejor que Trump podía hacer era renunciar a su nominación y dejar que Mike Pence, su candidato vice-presidencial y un conservador “más puro” tomará la guía del barco. La mayoría de las encuestas, por no decir todas, daban a la secretaria de Estado Hillary Clinton como la ganadora de esta contienda. Las discusiones en los noticieros se centraban no en quien iba a ganar; sino cuanto sería el margen de diferencia de la inminente victoria de Hillary.

Bueno, así como el Brexit en Inglaterra, el plebiscito en Colombia y las elecciones en Estados Unidos, las encuestas una vez mostraron estar equivocadas. Tal parece que un gran número de personas que votaron por Trump no querían decir que votarían por él cuando los encuestadores les preguntaban. Esto es significativo. Osea, muchos votantes de Trump sentían pena en decir que votarían por él.

En este momento, la tentación más grande de la comunidad hispana es concluir, de forma inmediata, que la razón por la que Trump ganó es porque el país está lleno de racistas blancos que odian a la gente de color y por eso eligieron a otro racista blanco. Sin embargo, los factores que tuvieron un papel importante en esta elección son mucho más complejos que este tipo de generalización.

En primer lugar, esta elección puede ser considerada como la venganza de la clase trabajadora blanca o del área rural de EUA. Este segmento amplio de la población ha crecido con la noción, casi inconsciente, que Estados Unidos les pertenece. Pero, las más recientes políticas económicas y sociales impuestas por la clase élite de izquierda, en su mayoría representado por el partido Demócrata, afectaron sus bolsillos y atentaron en contra de sus convicciones religiosas.

¿Cómo? Los acuerdos económicos de libre comercio firmados por EUA avanzaron de manera considerable el fenómeno que ahora se conoce como “la globalización.” Esto significó, entre otras cosas, que las empresas exigirían mayores credenciales académicas de mejores instituciones. Credenciales académicas que la mayoría en este segmento de la población no posee. 

También, uno de los efectos secundarios de estos tratados fue que las grandes fábricas en ciudades pujantes como Detroit, ahora estaban cerrando para irse a países con mano de obra más barata y con menos impuestos gubernamentales. Esto afectó mucho el bolsillo de este segmento electoral.

En la parte social, la mayoría de personas que componen la clase trabajadora blanca y viven en el sector rural de EUA llevan un estilo de vida en donde los valores religiosos forman una parte fundamental de su micro-cultura demógrafica. Estos valores religiosos se expresan en su justa lucha contra la práctica del aborto y en contra del avance de la agenda agresiva de la comunidad LGTB. 

La corte suprema, en los últimos años, ha ratificado leyes compatibles con la izquierda progresista, más recientemente la aprobación del matrimonio homosexual en todos los estados. Esto ha causado que esta población sienta que el gobierno atenta contra sus valores religiosos. Mismos valores, que en el pasado, llevaron a los padres fundadores a emprender el experimento americano.

Socialmente y económicamente, los Estados Unidos en los que este amplio segmento había crecido, ahora se estaban desvaneciendo, según ellos, frente a sus propios ojos. Por eso, el slogan de Trump apelaba a la nostalgia. Un llamado a “que Estados Unidos sea grande de nuevo.”

En una reacción de ira hacia la pérdida de su país, según como ellos lo miraban, impulsó a los votantes blancos de clase media trabajadora a ir en masas a las urnas a votar por Trump.

REPUDIO A HILLARY
Encima de esto, está el hecho que Hillary Clinton es el tipo de persona que no inspira confianza para muchos. Pocos se atreven a negar su experiencia en materia política. Su activismo como primera dama, como senadora del estado de New York y más recientemente como secretaria de Estado son credenciales más que suficientes para confirmar que estaba preparada para el cargo. 

Sin embargo, los escándalos en los que se vio rodeada, como haber usado un servidor de correo electrónico privado mientras servía en un cargo público; su aparente falta de juicio en el ataque sirio a la embajada de Benghazi y las acusaciones de haber usado dinero de su fundación para gastos personales, entre otras cosas, generó siempre una actitud de escepticismo hacia ella como figura política.  

Su propio partido se vio dividido por Bernie Sanders, un senador socialista de la tercera edad, que inspiró a los votantes jóvenes a clamar y soñar por una revolución política. Muchas voces dentro del movimiento de Bernie desconfiaban tanto en ella que afirmaban que no se atreverían a votar por alguien tan corrupta y coludida con los grupos de poder como Hillary.

En cierta medida, el gane de Trump es un voto de castigo hacia la clase política. Una protesta hacia el típico politiquero promedio que ha hecho de su vida una carrera política a expensas del patrimonio del pueblo. En resumen, la gente votó por Trump porque creían en él o porque simplemente odiaban demasiado a Hillary. Ambas premisas tienen su gramo de verdad. 

Un enorme descontento económico en la clase trabajadora blanca, impulsado por un sentido de persecución casi "confirmado" en políticas sociales de izquierda impuestas por la clase élite progresista y una desconfianza casi bordando al odio hacia Hillary Clinton son algunas de las claves que añaden luz para explicar el movimiento social que llevó a Trump a la victoria. Y soy enfático en decir algunas.

Entender estos factores es importante para que la comunidad hispana no se estanque en la narrativa que EUA es una nación racista llena de gente que odia a las personas de color.

Claro, esto no niega la existencia de racismo sistémico presente en las esferas de la sociedad norteamericana. Que se manifiesta, en el peor de los casos, en brutalidad policíaca hacia personas de color. El hecho que Trump inspiró y movilizó, intencionalmente o no, a grupos extremistas de supremacía blanca, como David Duke, líder del Ku-Kux-Klan, es un indicador del tipo de pasiones que, el ahora presidente electo, encendió con su mensaje en algunos sectores radicales.

USA REPUBLICANA
La realidad es que Trump se ha convertido en el primer presidente norteamericano sin experiencia previa alguna en un cargo público ni en las fuerzas armadas. Ha pasado de ser un magnate con dinero, mujeres y poder a ser un magnate presidente con dinero, mujeres y poder político.

Y mucho poder político. Pues, otro resultado enorme es que el partido republicano tiene el control no sólo de la casa blanca, sino del senado y la cámara de representantes. Trump, en su facultad como presidente, tendrá la tarea de nominar a un magistrado de la corte suprema para reemplazar al ya fallecio jurista conservador Antonin Scalia. Él ha prometido que la persona que ocupará ese puesto será "conforme al molde de Scalia." Esto dejaría a la corte superma con una mayoría republicana de 5-4.

En otras palabras, un hombre que hace algunas semanas estaba reclamando en la madrugada via twitter por la parodia que unos actores habían hecho de él ahora estará a cargo no sólo de la casa blanca, sino de la rama legislativa y muy probablemente de la judicial. Esto como resultado del voto de castigo no sólo hacia Hillary sino a las políticas sociales demócratas.

INCERTIDUMBRE EN HISPANOS
Ahora, los miedos que arrestan a un gran sector de la comunidad hispana en este momento son reales. Casi por más de un año, los hispanos escucharon de la boca de Trump decir que ellos eran un gran factor culpable del declive del país. Trump les decía continuamente que eran los culpables de la delincuencia, violaciones y del desempleo de mucha gente. Y como Trump miraba a los migrantes como el problema entonces la solución que propuso fue contundente: deportarlos a todos y construir un muro en la frontera para que no sigan entrando.

Ha sido esta postura y la posibilidad que ahora se pueda hacer realidad lo que ha causado una ansiedad colectiva en medio de un amplio segmento de la comunidad hispana en EUA, más que cualquier otra de las palabras sensacionalistas de Trump.
Sin embargo, ahora que la elección terminó es necesario preguntarse qué parte de todo este discurso en realidad es viable y qué parte solo fue dicha para encender a su base electoral.

Por un lado, la idea de crear una fuerza policial migratoria para ir de casa en casa a sacar a los inmigrantes indocumentados, deportarlos y luego que el estado se haga cargo de los hijos de ellos, que son ciudadanos por nacimiento, no sólo es algo utópico sino que es también suicidio económico. La población hispana es una fuerza económica pujante en el país. No sólo en el sector agrícola sino en diferentes rubros. Trump es un empresario y lo sabe. Es la razón por la que él mismo contrató a constructores imigrantes para llevar a cabo sus proyectos de infraestructura en el estado de Nueva York.

Una de sus otras propuestas es construir un muro para impedir el flujo migratorio a través de la frontera sur con el país vecino de México, que por cierto, será responsable de pagarlo. Esto no sólo es inconcebible económicamente hablando. Pero, asumiendo que el muro se construya y que el gobierno mexicano se postre de rodillas ante los deseos de Trump, construir un muro aportaría poco o nada para tratar con la problemática de la inmigración.

Algunos estudios indican que gran parte de los inmigrantes indocumentados que han llegado EUA en los años recientes, lo han hecho no cruzando el río sino quedándose más tiempo del que sus visas les permitían. Eso sin mencionar que la frontera está llena de túneles subterráneos por medio de los cuales los cárteles trafican droga y personas. Túneles que pueden evadir los muros más altos.

Así que es muy probable que su retórica sobre deportación masiva y un muro fue usada únicamente para movilizar a su base a que salieran a votar con enojo "porque los inmigrantes están destruyendo el país."

RESPUESTA
Bien, después de al menos hacer el intento de encontrar una explicación al fenómeno político que es Donald Trump y su inminente llegada a la Casa Blanca, ¿cómo debe la comunidad hispana cristiana responder ante esto?

1. Ora. La primera manera de responder es la oración. Las personas que piensan que esto es nada más pietismo que fomenta una mentalidad escapista, en realidad están menospreciando el poder de Dios y el amor de Dios. 

El poder de Dios en el sentido que Él pone a reyes para usarlos con el fin de cumplir sus propósitos. Y el amor de Dios en el sentido que Él siempre está presto a inclinar su oído a la voz de clamor de su pueblo. 

La comunidad hispana radicada en USA está ordenada por Dios para orar por su nuevo líder, por mucho que estén desaprueben su persona y estén en desacuerdo con sus políticas. Sólo Dios puede brindarle sabiduría y humildad para guiar a la nación más poderosa del mundo.

2. No temas. Hispano, tu temor en este momento es real. Las razones para tener ansiedad son muy válidas. Los posibles escenarios que fomentan la incertidumbre en tu mente cuando piensas en tu futuro y en el de tu familia después de lo que pasó ayer son, en gran medida, justificadas.

Pero, tu Dios es más real aún. Esto no quiere decir que milagrosamente Trump desaparecerá del mapa y no será el presidente. Sino que, la realidad de Dios se expresa en que Él tiene el poder para guardar a Su pueblo en medio de diferentes tipos de gobernantes.

Incluso, existe evidencia bíblica e histórica que Dios ha usado a gobernantes muy paganos para llevar a propósitos divinos específicos. No estoy diciendo que este sea el caso. Pero, tampoco digo que este sea la excepción.

La historia de Sadrac, Mesac y Abed-nego en Daniel 3:16-30 es fascinante precisamente porque la fe de estos jóvenes se manifiesta en que mantenien su lealtad a Dios aún frente a posibles sanciones gubernamentales por parte del rey Nabucodonosor.

Cuando son amenazados de ser arrojados al horno de fuego por no postrarse ellos contestan: He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.

El v. 18 evidencia un tipo de fe inquebrantable. Una fe en Dios si Él decide contestar nuestras oraciones o si decide no hacerlo. Esta fe valiente sólo es posible cuando tu confianza descansa en un reino inquebrantable liderado por un Rey Supremo.

Esto quiere, decir, y por muy difícil que esto pueda sonar: que tus peores miedos después de los resultados de ayer, sufrir deportaciones masivas o recibir expresiones racistas intensificadas, puede que ocurran como puede que no.

Pero, aún, si así fuera...si Dios decidiera permitir eso, tu confianza no descansa en las circunstancias políticas pasajeras sino en el carácter eterno de Dios.

Hispano, tu lealtad no es primordialmente a tu país de origen. Tu lealtad no es principalmente al país en el que vives ahora. Tu lealtad esencial es hacia un Reino que es de otro mundo. Tu lealtad se debe a un carpintero del oriente medio que habla arameo. Y es el Rey del Universo. Tu ciudadanía es celestial. 

Eso significa, que en donde quiera que estés, si has nacido de nuevo, eres un inmigrante en esta tierra. De la misma manera nuestro Salvador es hijo de padres inmigrantes que huyeron de las políticas asesinas de un tirano.

Estamos peregrinando hacia nuestro verdadero hogar. Por eso, tu documento de validación no es una tarjeta verde que puede ser revocada, sino un sello eterno escrito con sangre que dice: "Consumado Es." Porque el reino eterno de Dios es más grande que el “sueño americano.

-Luís Luna Jr.

Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.

martes, 8 de noviembre de 2016

3 cosas que el pueblo hispano en USA debe recordar hoy


Hoy se llevan a cabo las elecciones presidenciales en EUA. Y como en casi todos los países, estas pueden ser desgastantes para la población, en todos los aspectos. Desde los anuncios televisivos llenos de odio entre candidatos; los continuos escándalos en que ambos participantes se han visto involucrados; y hasta el hecho que más de alguno leyendo esto tuvo que bloquear a un familiar o amigo de Facebook por ser un “bully” político.

Las elecciones siempre dan de qué hablar y esta no ha defraudado. ¡Vaya que sí ha habido materia prima para los tabloides!

Sin embargo, esta elección se presenta como un dilema para la población estadounidense en general y la comunidad hispana en particular.

Por un lado, está el magante billonario Donald Trump, candidato por el partido republicano. ¿En serio tengo que escribir más de lo que ya se ha escrito acerca de él? El empresario neoyorquino ha sido un personaje interesante de analizar. 

Ciertamente ha mantenido ocupado a más de algún terapeuta. Pues incluso sus más acérrimos seguidores se han encontrado en aprietos al querer defender sus palabras y acciones. Como por ejemplo…

La vez que llamó a los mexicanos “violadores” en el discurso del lanzamiento de su campaña presidencial.
O cuando se burló públicamente de un reportero con una discapacidad física.
O cuando expresó que si su hija no fuera su hija él la sedujera.
O cuando dijo que las mujeres a su alrededor siempre se dejaban tocar por él por ser un hombre poderoso y rico.
O el hecho que tiene más de una docena de mujeres culpándole de acoso sexual.

Y la lista sigue. Muchos hispanos políticamente conservadores que votan por él, lo hacen no porque aprueban su persona sino porque representa el conservadurismo republicano. 

Sin embargo, un hombre que ha amasado su fortuna en el negocio de los casinos y se ha declarado en bancarrota el doble de veces que se ha casado no es alguien que se considere, de la noche a la mañana, como el paladín del partido de los "valores cristianos."

Y por otro lado está la secretaria de Estado Hillary Clinton, candidata por el partido demócrata. Según lo sugieren la mayoría de las encuestas, el voto hispano se volcará desproporcionalmente a favor de Hillary. 

En parte, porque la candidata ha tocado temas de mucho interés para la comunidad hispana, como ser: un camino viable hacia la ciudadanía para los migrantes indocumentados que tienen algún tiempo de estar en el país sin haber cometido delitos mayores. 

A diferencia de Trump, quien ha prometido construir un muro entre México y EUA y deportar a los migrantes indocumentados, Hillary propone la idea de una nación con "fronteras abiertas" sin deportaciones masivas. Lo que sea que eso signifique.

Sin embargo, para los hispanos seguidores de Jesús, gran parte de las políticas sociales de "La Hillary" son incompatibles con algunas convicciones centrales de la fe cristiana. La secretaria de Estado ha sido enfática en resaltar su apoyo a la práctica del asesinato a los no nacidos así como al avance de la agenda de la comunidad LGTB. Esto presenta un problema. 

No porque "Dios odia a los gays y quiere que se vayan al infierno." Sino porque estas propuestas no están en sintonía con el diseño que Dios ha establecido para que la humanidad florezca. 

El Dios de la Vida desaprueba el aborto. De la misma manera que desaprueba el intento humano de redefinir el concepto de matrimonio y familia. Es la Palabra de Dios, y no el fallo de una corte, lo que determina que es lo mejor para que los humanos progresemos.

El hecho que Hillary sea "abierta" a los migrantes no anula que el resto de sus iniciativas sociales deban ser examinadas conforme a la Escritura.

Aparte que ella también ha tenido su porcentaje significativo de escándalos en los que ha estado involucrada. Como por ejemplo, en los últimos días, el FBI abrió una investigación en su contra por usar un correo electrónico con un servidor privado mientras servía como funcionaria pública.

El paisaje político estadounidense para la comunidad hispana podría resumirse en esto: la persona de Trump y las políticas de Hillary son un desastre.
Por eso, es posible que la incertidumbre y la ansiedad estén presentes en el corazón de muchos hispanos hoy.

Padres hispanos ansiosos por su estatus legal, pues no saben si verán a sus hijos crecer. Ya que uno de los candidatos aboga por deportación masiva.

Jóvenes hispanos amedrentados ante la potencial realidad de una resurgencia de nacionalismo racista que les haga dudar si habrá lugar para ellos en los Estados Unidos de Donald Trump.

Hispanos cristianos atemorizados ante la posible realidad que las políticas sociales liberales continúen socavando el tejido judeo-cristiano que ha hecho grande al experimento americano.

Pastores hispanos con incertidumbre ante la probabilidad que la predicación de su fe sea reprimida por el secularismo que atenta contra la libertad religiosa en los Estados Unidos de Hillary Clinton.

Estas interrogantes no tienen respuestas simples. Pero, a pesar de eso, en temporada de elecciones la tentación más grande es que nuestros corazones se intoxiquen con lo temporal. Y perdamos de vista lo eterno.

Por eso, quiero compartir tres realidades que la comunidad hispana en USA debe recordar en este día de elecciones presidenciales:

1. Jesús nos ordena amarnos los unos a los otros (Juan 13:34).
Un dicho popular es "cada cabeza es un mundo." Esto es aún más cierto en la esfera política. Todos tenemos nuestra propia idea de cómo un gobierno debe hacer las cosas. 

Por eso, en más de alguna ocasión has dicho algo como, "si yo fuera presidente..."
Sin embargo, aunque tengamos diferentes puntos de vista acerca de asuntos sociales y económicos, Jesús nos ordena que nos amemos los unos a los otros. Sí, aún a aquellos que votarán por el candidato opositor de tu partido.

Me fascina que los evangelios muestran a un Jesús tan cautivador que hacía que personas tan contrarias en opiniones políticas lo siguieran. Por ejemplo, Pedro era un zelote. Un patriota radical. Y Mateo, un recaudador de impuestos. Leal al imperio romano. Un traidor para los zelotes. Mateo era el tipo de persona a quien tipos como Pedro soñaban con matar. Y ambos se convirtieron en seguidores de Jesús.

Jesús tomaba a zelotes y recaudadores de impuestos y los convertía en sus seguidores. En la actualidad, parece que hemos invertido ese orden. Y tomamos a seguidores de Jesús para convertirlos en zelotes y recaudadores de impuestos.

Si eres republicano, Dios quiere recordarte que tu vecino demócrata porta la imagen de Dios. Y si eres demócrata, Dios quiere recordarte que tu vecino republicano, también, porta Su imagen. Dios quiere que ames a las personas, aunque voten diferente que tú.

2. Dios pone y quita presidentes (Dan. 2:21).
La doctrina de la soberanía de Dios es fácil de entender. Pero, difícil de aceptar. Porque desmorona el orgullo humano al quitar de nosotros la falsa idea que tenemos el control de lo que ocurre a nuestro alrededor.

Dios es soberano. Él hace lo que quiere, como quiere y cuando quiere. Pero, Dios no sólo es soberano. Sino que es providencial. Dios no es un ser espiritual supremo determinado a cumplir sus caprichos cósmicos. Sino que es un buen padre que permite que algunas cosas ocurren para que sus propósitos se cumplan. Aunque, en el momento, no entendamos que es lo que Él se tiene entre manos.

Por eso, participa en este proceso electoral. Si puedes salir a votar, sal y hazlo. Pero, recuerda que al final, es Dios y no tú quien decide el futuro de la nación. Dios es soberano. Hillary, Trump y tú no lo son.

3. Jesús seguirá sentado en su trono (Efe. 2:6)
Después que todos los votos sean contabilizados y el colegio electoral determine quién será el próximo presidente de los Estados Unidos, algo importante pasará: Jesús seguirá sentado en Su trono.

No importa quién sea electo presidente, Jesús seguirá siendo Rey. No importa quien se siente en la oficina oval por los próximos cuatro años, Jesús seguirá sentado en el Trono Celestial por toda la eternidad.

Los imperios edificados por hombres, van y vienen. Pero, el reino de Dios permanece. Los gobernantes un día son y el otro dejan de ser. Pero, el reino de Dios permanece. Las campañas políticas tienen un comienzo y un fin. Pero, el reino de Dios permanece para siempre. 

Hispano, si tú has nacido de nuevo tu lealtad le pertenece a algo más grande que al sueño americano. Tú eres parte de un reino que no puede ser conmovido. Un reino cuyo líder gobierna el cosmos. Tu lealtad se debe a un carpintero judío que es el Rey del Universo.

El pastor John Piper lo pone de la siguiente manera: "Un día, los Estados Unidos y sus presidentes serán una nota al pie de página en la historia, pero el reino de Jesús nunca acabará."

Los reyes pasarán. Los presidentes pasarán. Las elecciones pasarán. Pero, Jesús no. Sin importar quien gane hoy, Jesús seguirá siendo Rey. Y esas son buenas noticias.

-Luís Luna Jr.

Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.

jueves, 15 de septiembre de 2016

5 cosas que agradezco de Honduras



Al igual que en muchos países en América Latina, hoy se celebra el día de la Independencia en Honduras. Por eso, quiero compartir algunas cosas por las que estoy agradecido de mi país. Cualquiera leyendo esto puede pensar en alguna excepción que nulifique las razones que expongo. O puede ofrecer una perspectiva contraria igualmente válida. 

No estoy cerrando los ojos y negando la realidad. 

Muchas cosas están mal en el país. Cualquiera que tiene acceso a las noticias lo sabe. Pero, así como hay cosas malas que entristecen e indignan. Hay cosas buenas que me entusiasman y dan esperanza. Al fin y al cabo, ver con los ojos de Dios no significa sólo identificar lo que está mal.

Sino también observar aquello que por gracia de Dios está bien. Muchos se quejan sobre el puente que se cayó. Pocos agradecen por los que todavía siguen en pie. 

Aquí hay algunas cosas de mi país por las que estoy agradecido. No están categorizadas en ningún orden jerárquico o particular. Algunas pueden sonar medio esporádicas. Sólo son cosas que se me vinieron a la mente mientras reflexionaba un rato.

1. Agradezco por la libertad de religión. Jesús es predicado en nuestro país en escuelas, colegios y universidades. Eso es un privilegio. El secularismo y especialmente, la aversión hacia el cristianismo ha causado que esto sea prohibido en muchos países alrededor del globo. 

Por gracia de Dios, podemos proclamar a Cristo con libertad.  Sin temor a que nuestra vida o la de nuestra familia sea perseguida por las autoridades gubernamentales. 

Mientras en las reuniones del congreso invitan a pastores evangélicos o sacerdotes católicos a orar, muchos de nuestros hermanos cristianos al otro lado del mundo se reúnen en lugares clandestinos para alabar al Dios que nosotros proclamamos con libertad. 

Eso no significa que Honduras es un “país cristiano.” Pero, a la medida que exista libertad para proclamar el nombre de Jesús a las personas, estoy agradecido.

2. Agradezco que los hondureños son trabajadores. Demasiada gente acepta la suposición que "el hondureño es haragán." Esto no es cierto. Claro, siempre hay holgazanes. Como en todos lados. Pero, creo que hay más gente trabajadora. Soy parte de una iglesia conformada por gente que trabaja duro. 

Muchos de mis hermanos en Cristo trabajan incluso más de lo estipulado por la ley. Honestamente, conozco a muy poca gente desempleada que está cómoda de estarlo. La mayoría de gente en Honduras tiene ganas de trabajar. 

A los hondureños trabajadores que hacen que el país avance: ¡Gracias!

3. Agradezco a Dios por los equipos de respuesta ante las emergencias en nuestro país. Cuerpo de Bomberos, Cruz Roja y Policía. La mayoría de personas que sirven en estas profesiones son desapercibidas y poco valoradas. Sin mencionar el hecho que los últimos han estado involucrados en controversias en los últimos años. Sin embargo, eso no elimina la labor constante que este personal hace día y noche.

Este año estuve siguiendo la noticia de un joven de mi ciudad, Villanueva, Cortés, que falleció en el cumplimiento de su deber. Tuve el privilegio de conocer a este muchacho algunos meses antes de su partida. Jóvenes como él hacen, y continuarán haciendo, grandes a las instituciones que sirven a las comunidades hondureñas para hacerlas más seguras.

4. Agradezco a Dios por las madres hondureñas. Las estadísticas muestran con brutalidad que cada vez son más las mamás que hacen el papel de madre y padre en nuestro país. Esto no sólo dice mucho de la necesidad que los hombres hondureños tenemos de tomar un papel más trascendente en la formación de las familias que componen nuestra sociedad. Sino que también ejemplifica la valentía y gallardía de las mujeres que trabajan y se esfuerzan incansablemente para sacar adelante a sus hijos.

Sé que este es el día de la independencia, no el día de la madre. Pero, a todas las mamás que la hacen de MAPA (mamá y papá): Gracias.


5. Agradezco por la iglesia en Honduras. La iglesia tiene problemas porque está compuesta por personas. Y las personas estamos locas. Entonces siempre habrán cosas en que mejorar. Ese proceso se llama santificación. 

Pero, me entusiasma ver grandes sectores de la iglesia trabajando  no sólo para salvar a los perdidos, sino para alimentar a los hambrientos, brindar techo a los desprotegidos y luchar por justicia para los oprimidos. 

Muchas personas están haciendo una labor encomiable dentro de la iglesia, en los ministerios eclesiásticos. 

Y fuera de ella, a través de ministerios paraeclesiásticos. A lo largo y ancho del país, el ejército de la iglesia evangélica en Honduras cuenta con soldados desinteresados en que su rostro figure en afiches de conferencias famosas. Haciendo una labor silenciosa. Sin bombos ni platillos. Pero, que sus vidas y testimonios tienen una estruendo ensordecedor en la eternidad. Por las iglesias que son sal y luz en nuestro país: ¡Gracias!

Estas sólo son algunas. Tengo muchas más razones que puedo mencionar. Pero, también hay muchas más cosas que tengo que hacer aparte de escribir este blog. ¡Ja!
Dios es soberano, y en su providencia, permitió que naciera en Honduras. Una tierra bella. Manchada, sí, por la sangre que corre por la violencia y corrupción. Pero, también manchada por la sangre que corrió en un madero en el Gólgota.

Así que, en palabras del trovador hondureño, Polache: “Mira Honduras con otros ojos, esta es tu tierra. Descubrí que al mirarla con otros ojos vas a merecerla. Mira a Honduras con otros ojos, tenés que quererla. Descubrí que al mirarla con otros ojos, vas a merecerla.”

Bendiga Dios la pródiga tierra en que nací. Ajá, ¿y vos por qué estás agradecido de ser hondureño?  

-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.

martes, 13 de septiembre de 2016

Trastorno de bipolaridad eclesial: La Iglesia ante la reelección


"Nunca voy a probar el sushi", le dije a un amigo después de insistirme que comiera el tradicional platillo japonés. "Sólo son rollos de pescado crudo. ¿Quién en su sano juicio lo haría? ¡No importa lo trendy o chic que esté, no voy a comerlo!" Esa era mi postura firme. Antes de haber probado el sushi, claro está. De más está decir que cambié de opinión después de comer sushi por primera vez. Ahora, aunque a mi billetera no le parezca tanto, me fascina el sushi. (Acepto invitaciones. Nos podemos poner de acuerdo en la sección de los comentarios.)
Al igual que yo, estoy seguro que hay muchos que han cambiado su opinión sobre varias cosas con el pasar del tiempo.

Tal vez amabas la soltería. Y no entendías porque la gente se quería complicar la vida casándose. Pero, ahora estás casado. Y después de haber visto el ultrasonido de tu hijo(a) quieres retroceder el tiempo. Para decirle a tu "yo" de hace 5 años atrás que es un patán. Porque nada se compara con la alegría de saber que Dios te usó para concebir a un ser humano.

O puede ser que tenías una postura marcada frente a algunos temas considerados como dilemas éticos. Como la eutanasia o la pena de muerte. Y después de estudiar y reflexionar al respecto ahora razonas de manera diferente.  
Tener una perspectiva distinta acerca de un asunto con el pasar del tiempo no es algo inherentemente bueno. O necesariamente malo. No equivale a un relativismo de convicciones o a un fundamentalismo extremista. En ocasiones, puede ser una señal de humildad reconocer que no todo lo que pensabas acerca de algunas problemáticas estaba acertado.

Habiendo dicho esto, por otro lado, también pienso que hay algunos cambios de opinión general que pueden ser grandes y rápidos a la vez. Existen cambios radicales de proporciones épicas. Como, por ejemplo, el giro de 180 grados que ha dado un gran sector de la Iglesia evangélica con respecto al tema de la reelección presidencial.
Entiendo que hablar sobre eso puede causar controversia. Pero, quiero aclarar que no intento discutir si la reelección presidencial es ética o no. Personas entrenadas en la disciplina jurídica y además, mucho más inteligentes que yo, han determinado que ese es un caso juzgado.

Dejando a un lado el hecho que no todo lo legal es necesariamente moral, mi consternación no recae en decidir si la reelección es lo mejor para el país o no. Esas conversaciones se dan mejor en persona. Preferiblemente, con un café en medio. La iglesia es un solo Cuerpo en Cristo. Pero, eso no implica que todos vamos a pensar de la misma manera sobre todas las cosas. En especial, lo que concierne a temas en los que hay un espacio para el desacuerdo saludable.

A pesar de todo, no deja de ser un tanto bizarro la aparente bipolaridad repentina que un gran sector de la iglesia evangélica ha evidenciado con respecto a su postura hacia esta temática. Algunos años atrás, en el 2009 para ser exactos, las plazas y los parques estaban saturados de personas que querían a un país de paz. El mar de las camisetas blancas, símbolo de pureza, reclamaba que la Carta Magna de la nación no fuese reformada. ¡Que atentado querer cambiar los artículos pétreos! "Amo mi país y por eso defiendo mi constitución" clamaban a unísono. ¿Y quién no?

El presidente de turno, anunciaban, quería cambiar este país y volverlo un enclave socialista. En donde las iglesias serían cerradas y se harían parques de diversiones en su lugar. Las biblias serían quemadas. Suplantadas por "El Manifiesto del Partido Comunista" de Karl Marx. Los maestros adoctrinarían a los alumnos. Diciéndoles que cerraran los ojos, pidieran un chocolate y que abrieran los ojos. Sólo para ver una barra de dulces en su pupitre que decía: "Este chocolate proviene del comandante en jefe, no del Dios de arriba." Así es como el proyecto de transformar a Honduras en una nación marxista-leninista tendría lugar. Honduras sería Bolivariana. Y el gran Chávez, en lugar del  Sabio Valle, aparecería en el billete de 100 lempiras. El presidente de aquel entonces era el anticristo. Y la reelección era un prototipo de la Gran Tribulación.

Pero, algunos años después, las cosas parecen haber cambiado. Bastante. Al menos según, la óptica de una parte de la iglesia. La reelección ya no es, tal parece, la gran tribulación. Sino, el reino milenial. Y el comandante en jefe ya no es el anticristo, sino un David. Quienes defendían la Constitución guardaron el escudo con el que la protegieron y ahora sacaron la pluma para editarla. Los artículos que antes eran pétreos, ahora son moldeables. Las camisas que antes eran blancas, ahora son beige. Eran los peores tiempos, ahora son los mejores tiempos.

Estamos en una época adecuada para que el escritor inglés, Charles Dickens, autor de la épica novela "Un cuento de dos ciudades" resucite para dar a luz a una narrativa que lleve por título algo como "Un cuento de dos iglesias." Una iglesia a lo Harvey Dent. Un extraño cuadro clínico que sugiere la presencia de un trastorno de bipolaridad eclesial.

Pero, tal vez, sobre esto, hay otro relato que sea pertinente a la actualidad. Como la historia que narra la Biblia en Números 22 y 23, por ejemplo. La trama gira entorno a un profeta llamado Balaam, la voz de Dios para el pueblo. Un día un rey llamado Balac le ofrece dinero al profeta para que maldiga a Israel. El profeta, Balaam, ensilla su burro decidido a tomar camino. De pronto, el burro se detiene porque ve a un ángel que impide su paso. Tanto fue el enojo del profeta hacia el burro terco que le pegó. Tanta fue la frustración del burro hacia el profeta que, sobrenaturalmente, le reclamó. Ante esto, el ángel que estaba en medio le dio a Balaam las instrucciones de lo que en realidad tenía que decir una vez estuviese parado ante el rey. 

¿La moraleja? El autor bíblico quiere ilustrar que nadie puede maldecir lo que Dios bendice. Y si esto es cierto, su corolario inverso también lo es: nadie puede bendecir lo que Dios maldice. El autor del libro de Números quiere dar un mensaje claro: la voz profética de Dios hacia una nación no se condiciona por ofertas de gobernantes. Y si eso es cierto para aquel entonces, también lo es para ahora.

Es sólo un relato. Y soy sólo yo pensando, o escribiendo, en voz alta. No condeno, ni apruebo el movimiento telúrico que ha causado el giro tectónico de la opinión de un sector de la iglesia hacia el asunto de la reelección. Sólo es algo que encuentro extrañamente fascinante. A lo mejor es porque estoy demasiado joven e ingenuo. Es probable que la razón sea que, en buen español, no le entiendo al trámite. O no sé "como corre el agua." Tal vez es porque soy un simple y obstinado...burro. Pero, considerando lo que hizo el burro sobre el que iba montado Balaam, tal vez eso significa que estoy en no tan mala compañía.

-Luís Luna Jr.

Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.