domingo, 19 de abril de 2015

3 Consideraciones Antes de Congregarte

¿Te aburre ir a la Iglesia?


De niño mis papás casi que tenían que castigarme para ir a la Iglesia. No me gustaba ir para nada. Lo encontraba como un lugar aburrido en donde lo mejor que podía hacer era dormirme. La única vez en donde me despertaba era cuando el predicador decía, "Y ahora, para concluir..."

Sin embargo, ahora amo la Iglesia. Y amo la Iglesia porque Jesús ama la Iglesia y dio su vida por ella. Congregarse es un privilegio que no todos nuestros hermanos alrededor del mundo pueden disfrutar libremente sin temor a persecución. 

Pero, a veces podemos perder de vista lo importante que es reunirnos corporativamente como un Cuerpo para adorar a Jesús. Por eso, quiero que consideres tres cosas antes de congregarte hoy:

1.) Ve con el fin de Adorar 

"No cantaron mi canción favorita"
Nuestra cultura está acostumbrada a la gratificación instantánea. Por esta razón los negocios constantemente hacen encuestas para conocer con detalle a sus clientes y brindarles un mejor servicio. Esto nos hace sentir bien. Pero, es algo peligroso cuando llegas con una mentalidad de "cliente" a la iglesia. 

Asistir a la casa de Dios con una inclinación consumerista te dejará más vacío que cuando entraste. Muchas personas cierran su corazón en la parte musical del servicio sencillamente porque las canciones que cantaron no se encuentran en la lista de "Más Reproducidas" de su iPod.

La adoración es para el Señor
La parte musical del servicio es una oportunidad para que adoremos a Dios por quien Él es (bueno, amoroso, generoso) y le agradezcamos por lo que Él ha hecho (nos ha creado, salvado, rescatado, sanado, etc.). 

Así que cuando te esté costando unirte al río de adoración, trae a tu mente Sus atributos y las veces que has visto a Dios obrar claramente en tu vida. Eso seguramente derretirá tu corazón y te hará explotar en exaltación a Él.

2.) Ve con el fin de Aprender

"Ese predicador es anticuado"
Este es una excusa frecuente para no estar conectado durante la predicación en el servicio. Sin importar la elocuencia de la persona quien esté en el púlpito, si somos lo suficiente humildes, Dios nos puede hablar a través de ellos. 

Probablemente quien esté en frente no es tu predicador favorito, o su estilo de enseñar no es el que más llega a tu corazón, pero si esa persona está predicando La Palabra de Dios y está siendo fiel al Texto, merece toda tu atención pues tu corazón necesita de Su Palabra. 

El gran predicador George Whitefield decía, "Pueden haber mejores predicadores de este mensaje. Pero, no hay predicadores de un mejor mensaje."

"Señor, habla que Tu siervo oye"
Es muy fácil que durante la predicación tu cuerpo esté presente pero tu mente no. Estás escuchando el sermón y de repente empiezas a pensar en el próximo partido de tu equipo favorito o a donde irás a comer después del servicio. Debido a que vivimos en un mundo digitalizado y hasta cierta medida, instrusivo, esto es común. 

Pero, en Cristo tienes el poder para ejercer dominio propio y poner atención. Cuando notes que no estás conectado con el mensaje, haz esta breve oración: "Señor, estoy dispuesto a escucharte. Háblame a través de Tu Palabra en este mensaje."

3.) Ve con el fin de Implementar

Seamos hacedores de la Palabra no meramente oidores.
Es muy común que después del mensaje y cuando el servicio haya terminado regresemos a nuestras casas con la actitud de "colorín colorado, este domingo se ha acabado" y el mensaje no haya tenido ningún efecto ni repercusión en nosotros. 

Claro, probablemente dijiste "amen" varias veces y aplaudiste fuerte cuando el predicador estaba gritando tanto que las venas de su cuello iban a explotar; pero, ¿ya decidiste que parte de lo que escuchaste vas a implementar en tu trabajo cuando te encuentres al insoportable de tu jefe? 

¿Ya consideraste cuándo empezarás a dejar de abusar verbalmente tu cónyuge y le empezarás a hablar la verdad en amor? 

¿Me aceptas un consejo? Toma notas del mensaje. Sí. Ya sea en una libretita o en tu celular (pero eso sí: ¡notas, eh! nada de facebookear a escondidas) y luego hazte este pregunta importante: ¿Cómo puede ser real eso en mi vida empezando mañana lunes?

Si tienes una iglesia en donde congregarte y la Biblia se predica fielmente ahí, eso es una bendición incomparable de Dios. Por tanto, en los días que te congregues siempre ve dispuesto a adorar, aprender e implementar.

Por: Luís Luna Jr.

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