lunes, 20 de abril de 2015

Como Aprovechar Tu Feriado Sabiamente


El trabajo es una bendición de parte de Dios. Y también lo es el descanso. Si te sientes como un hámster dando vueltas en una rueda sin parar y estás a punto de explotar, ese no es el diseño de Dios para tu vida. Muchas personas sienten fascinación con estar ocupados. O al menos con aparentar estarlo. Porque les gusta transmitir la idea que siempre están haciendo algo. Pero, una cosa es estar ocupado. Y otra es ser efectivo. Si siempre estás ocupado y nunca descansas, entonces no serás efectivo. Puedes estar tan ocupado manejando que se te olvida echarle combustible al carro.

Dios descansó después de haber creado el universo. Si Dios descansó, a lo mejor es una buena idea que nosotros también. Hoy inicia el feriado morazánico en mi país Honduras. Por eso quiero compartir contigo tres formas de aprovechar tu feriado sabiamente sin salir de casa:
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1.) Descansa

¿Parece obvio que el primer punto fuera descansar, no? Es decir, eso es lo que todo mundo hace en un feriado... ¿verdad? Pues, en realidad eso no es del todo cierto. Hay personas que en un día de descanso no van al trabajo pero traen el trabajo a la casa. 

Entonces, ¿es eso verdaderamente descansar? Creo que no. Dios creó el mundo en seis días y en el séptimo día reposó y también ordenó al pueblo de Israel que descansarán un día a la semana. Por eso instituyó lo que es conocido como el Sabbat (día de reposo). 

Un rabino judío explica el Sabbat de esta manera, "Dios nos da seis días para trabajar y cambiar el mundo; y un día para descansar y apreciarlo tal como es."

Yo sé que algunas personas con espíritu de emprendedurismo o con un tipo de personalidad tipo "A" están pensando, "Este muchacho no sabe lo que habla. Si yo dejo de moverme mi negocio, trabajo, iglesia o ministerio seguramente se detendrá." 

Lo que probablemente se puede detener es tu músculo cardíaco si llevas la vida a mil por hora. Ten cuidado. "¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?" - Mateo 6:27.

Descansa. El Trono Celestial ya está ocupado por Un Soberano Señor que otorga o niega el permiso a los pajarillos para caer a tierra (Mateo 10:29). Y ese Señor Soberano no eres tú.

Es refrescante saber eso.

2.) Reflexiona

"Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría." -Salmo 90:12

La vida pasa tan rápido que ni nos damos cuenta. Es tan fácil que dejemos que el "tiempo se vaya." Sin embargo, ¿de qué manera cambiaría tu vida si supieras que sólo tienes 20 días para vivir? ¿Qué cambios harías? ¿Seguirías pegado al televisor por el tiempo que te queda? ¿Qué conversaciones que habías estado evitando ahora buscarías tener? ¿Qué relación fragmentada intentarías restaurar? La persona promedio vive alrededor de 25,000 días. ¿Cómo los estás invirtiendo? ¿Cuáles son tus prioridades?

Si llevarás un registro de todo lo que haces durante el día, ¿qué actividad, aparte de tu trabajo, ocuparía mayor tiempo? ¿Qué es más importante? ¿Trabajo o familia? ¿Las personas o las posesiones? Ten en cuenta esto: Todos los objetos materiales que tienes ahora pertenecen en un futuro a un basurero o una venta de garaje. 

En las últimas horas de vida en la cama de un hospital nadie pide que traigan los diplomas, la balanza de pesar o el último estado de su cuenta bancaria.

¿Qué harás con los días que te restan? 

Un día feriado, o un día de descanso, es una buena oportunidad para hacerte las preguntas difíciles que normalmente no haces por las ocupaciones diarias. Sócrates decía, "La vida sin examinar no vale la pena vivir." 

Examina tu vida. Examina tu corazón. Cuestiona tus motivos. ¿Por qué haces lo que haces? ¿Por miedo, orgullo, por darles una lección a los que dijeron que no podías? 

Sabes, un efecto del evangelio es que te libera de tener que probar algo a ti mismo o a los demás. En Cristo somos infinitamente amados. ¡No tenemos que probar nada a nadie!

3.) Conéctate

¿Cuándo fue la última vez que tuviste una conversación con tu papá, con tus hijos o cónyuge? No me refiero a una charla pasajera sobre lo insoportable que ha estado el calor estos días. 

Sino que, ¿cuándo fue la última vez que genuinamente te conectaste, por así decirlo, con alguien en tu hogar? Si tus hijos no fueron al colegio hoy aprovecha para charlar con ellos. 

A lo mejor estás frustrado porque quieres corregirlos y no te hacen caso. Recuerda esto: la conexión viene antes de la corrección

Para que tu hijo te escuche atentamente, primero tienes que conectarte con él profundamente. Sí claro, te puede obedecer. Pero, a regañadientes y sólo lo hará de manera externa para que no sigas quejándote. Pero, la única manera en que llevará al corazón la sabiduría que quieres impartirle es que primero te conectes con él.

A lo mejor y uno de tus papás no fue a trabajar hoy, es un buen tiempo para que te conectes con él. Pídele que te cuente sus anécdotas de antaño. Sí, las mismas que ha contado 36 veces, pero sólo como él las sabe contar. Si están con vida, disfrútalos, son un regalo de Dios. Tal vez no fueron, o no han sido tu mejor ejemplo, pero Dios los usó para darte la vida y criarte. Y eso es algo por lo que debes estar eternamente agradecido.

Y lo más importante, tener un día descanso o de feriado te permite pasar más tiempo sin interrupciones con Dios. Siéntate a la mesa del Rey hoy a deleitarte en Su Palabra o pasar tiempo conversando con Él en oración extendida. Él está deseoso de intimar contigo y nosotros tenemos entrada libre hacia El Santo Lugar. 

Tim Keller dice, "La única persona capaz de atreverse a despertar a un Rey a las 3:00 am para pedirle un vaso con agua es Su hijo...Nosotros tenemos esa clase de acceso con nuestro Padre Celestial." Así que, si vas a correr, que sea hacia el Padre y no lejos de Él. Conéctate con Dios.

Está bien trabajar duro, cumplir tus sueños, ascender, expandir tu negocio pero recuerda las siguientes palabras de Bill Hybels: "El recurso más importante en la vida de un líder no es su tiempo, sino su energía."

¿Te sientes desgastado? Descansa, reflexiona y conéctate.


Por: Luís Luna Jr.

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