La mayoría de los
cristianos sufrimos de una patología llamada amnesia de identidad: creyentes
que se vuelven infructíferos e inefectivos cuando olvidan quienes son y lo que
han recibido en Cristo (2 Pedro 1:8-9).
Porque somos seres
humanos con almas, naturalmente sentimos la necesidad de encontrar nuestra
identidad en algún lugar, en algo o en alguien. Así que, cuando olvidamos que
nuestra identidad se encuentra "en Cristo", estaremos yendo por
defecto a una identidad sustituta.
Hoy, escribiré un
reemplazo común: identidad en el logro.
Dios nos llama a ser
efectivos y productivos, así que debemos estar interesados en nuestra cosecha y
el retorno de nuestras inversiones. El éxito es un concepto bíblico y Dios
quiere que hagamos grandes cosas para Su Reino, pero en el momento en que
tomamos nuestros logros como la fuente de nuestra identidad, cosas peligrosas
pueden pasar.
La experiencia me ha
permitido ver tres tipos de personas que son víctimas de poner su identidad en
sus logros.
Primero, está el "adicto
al alto desempeño." Probablemente este seas tú. ¿Obtienes un
profundo sentido de realización personal cuando te dan una promoción en el
trabajo? ¿Te cuesta detenerte un poco y decir "no" a oportunidades en
las que sabes que impresionarás a los demás? ¿Te irritas y te enojas cuando
alguien o algo interfiere con lo que sea que estás tratando de lograr?
Dios considera el
trabajo duro algo muy honroso, pero debido a nuestros corazones errantes, es fácil perder la mirada de Dios y
las prioridades bíblicas en medio de la búsqueda de logros personales y éxito.
Tu identidad en la vida se encuentra en lo que Cristo hizo por ti en el
Calvario, no en lo que tú puedes hacer por ti mismo o por Dios.
Segundo, está el "que
rinde poco." A lo mejor este eres tú. ¿Sientes que no has logrado
lo que has querido en la vida? ¿Sientes que la gente más joven está tomando más
responsabilidad en el trabajo? ¿Estás consciente del éxito que tus amigos y tus
compañeros tienen mientras tú pareces disfrutar muy poco?
Cuando ponemos nuestra
identidad en el logro, y luego fallamos en tener éxito, nos desanimamos,
deprimimos y amargamos, no sólo con los demás, sino frecuentemente, con Dios
también. Tu identidad en la vida se encuentra en lo que Cristo logró en la
Cruz, no en lo que tú puedes lograr en la tierra.
Finalmente, está el "cumplidor
arrepentido." Puede que éste seas tú. ¿Miras atrás en tu vida con
gran remordimiento sobre la manera en como el éxito y los logros te
desenfocaron? ¿Ves evidencia de relaciones quebrantadas como resultado de tu
búsqueda y quisieras retroceder el reloj para corregir las cosas?
Escucha: tu identidad
se encuentra en la vida perfecta de Cristo, no en los acertijos llenos de
errores que cometiste en el pasado y que ahora miras con dolor. Cristo, sin remordimiento,
fue a la Cruz a cubrir todos los remordimientos que tendrías en el futuro. Y,
el tiempo de Dios siempre es perfecto. En lugar de morar en el pasado, permite
que Dios redima el resto de tu futuro aquí en la tierra, para Su gloria y para
tu gozo.
Así que, si no lo he
dicho suficiente, el logro es un lugar peligroso en donde depositar tu
identidad. Te decepcionarás a ti mismo, otros te decepcionarán y tu lista de
éxitos no podrá satisfacer los anhelos de tu corazón. Sólo la persona y la obra
del Señor Jesucristo lo hará.
Bendiciones.
Este artículo fue originalmente escrito por el Dr. Paul David Tripp, "I am what I achieve."
Traducido por Luís Luna Jr.
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