miércoles, 1 de julio de 2015

"Yo Soy Lo Que Logro"...y otros mitos.



La mayoría de los cristianos sufrimos de una patología llamada amnesia de identidad: creyentes que se vuelven infructíferos e inefectivos cuando olvidan quienes son y lo que han recibido en Cristo (2 Pedro 1:8-9).

Porque somos seres humanos con almas, naturalmente sentimos la necesidad de encontrar nuestra identidad en algún lugar, en algo o en alguien. Así que, cuando olvidamos que nuestra identidad se encuentra "en Cristo", estaremos yendo por defecto a una identidad sustituta.

Hoy, escribiré un reemplazo común: identidad en el logro.

Dios nos llama a ser efectivos y productivos, así que debemos estar interesados en nuestra cosecha y el retorno de nuestras inversiones. El éxito es un concepto bíblico y Dios quiere que hagamos grandes cosas para Su Reino, pero en el momento en que tomamos nuestros logros como la fuente de nuestra identidad, cosas peligrosas pueden pasar.

La experiencia me ha permitido ver tres tipos de personas que son víctimas de poner su identidad en sus logros.

Primero, está el "adicto al alto desempeño." Probablemente este seas tú. ¿Obtienes un profundo sentido de realización personal cuando te dan una promoción en el trabajo? ¿Te cuesta detenerte un poco y decir "no" a oportunidades en las que sabes que impresionarás a los demás? ¿Te irritas y te enojas cuando alguien o algo interfiere con lo que sea que estás tratando de lograr?

Dios considera el trabajo duro algo muy honroso, pero debido a nuestros corazones  errantes, es fácil perder la mirada de Dios y las prioridades bíblicas en medio de la búsqueda de logros personales y éxito. Tu identidad en la vida se encuentra en lo que Cristo hizo por ti en el Calvario, no en lo que tú puedes hacer por ti mismo o por Dios.

Segundo, está el "que rinde poco." A lo mejor este eres tú. ¿Sientes que no has logrado lo que has querido en la vida? ¿Sientes que la gente más joven está tomando más responsabilidad en el trabajo? ¿Estás consciente del éxito que tus amigos y tus compañeros tienen mientras tú pareces disfrutar muy poco?

Cuando ponemos nuestra identidad en el logro, y luego fallamos en tener éxito, nos desanimamos, deprimimos y amargamos, no sólo con los demás, sino frecuentemente, con Dios también. Tu identidad en la vida se encuentra en lo que Cristo logró en la Cruz, no en lo que tú puedes lograr en la tierra.

Finalmente, está el "cumplidor arrepentido." Puede que éste seas tú. ¿Miras atrás en tu vida con gran remordimiento sobre la manera en como el éxito y los logros te desenfocaron? ¿Ves evidencia de relaciones quebrantadas como resultado de tu búsqueda y quisieras retroceder el reloj para corregir las cosas?

Escucha: tu identidad se encuentra en la vida perfecta de Cristo, no en los acertijos llenos de errores que cometiste en el pasado y que ahora miras con dolor. Cristo, sin remordimiento, fue a la Cruz a cubrir todos los remordimientos que tendrías en el futuro. Y, el tiempo de Dios siempre es perfecto. En lugar de morar en el pasado, permite que Dios redima el resto de tu futuro aquí en la tierra, para Su gloria y para tu gozo.

Así que, si no lo he dicho suficiente, el logro es un lugar peligroso en donde depositar tu identidad. Te decepcionarás a ti mismo, otros te decepcionarán y tu lista de éxitos no podrá satisfacer los anhelos de tu corazón. Sólo la persona y la obra del Señor Jesucristo lo hará.


Bendiciones.


Este artículo fue originalmente escrito por el Dr. Paul David Tripp, "I am what I achieve."
Traducido por Luís Luna Jr.

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