jueves, 30 de julio de 2015

10 citas del libro "Sobre la Encarnación de la Palabra" por Atanasio de Alejandría


Hace algunos días terminé de leer "Sobre la Encarnación de La Palabra" escrito por Atanasio de Alejandría, conocido como "San Atanasio el Grande", obispo de la ciudad de Alejandría. Nació alrededor del año 296 d.C y murió el 2 de mayo del año 373 d.C. Considerado por muchos entre los 5 teólogos más importantes en la historia de la Iglesia Cristiana. Sus contribuciones a la Iglesia fueron enormes.

Atanasio fue un incansable defensor de la teología Trinitaria en contra del Arianismo (la enseñanza que Jesús era como Dios pero no Dios). De hecho, gran parte de como nosotros pensamos acerca de la Trinidad hoy día es gracias a los esfuerzos de él. También, fue el primero en reconocer la inspiración verbal y plenaria de los 27 libros que componen nuestro Nuevo Testamento. Y fue el autor principal del Credo de Nicea, el cual es probablemente el credo más importante en la historia Cristiana.

"Sobre la Encarnación de la Palabra" más que un libro es una especie de tratado teológico en el que Atanasio argumenta brillantemente que Jesús es La Palabra/Verbo hecho carne. El joven Atanasio usa argumentos filosóficos muy refinados, considerando que sus oponentes arianos estaban fuertemente influenciado por el platonismo dominante en el que se creía que lo espiritual era puro y lo material malo. Por consiguiente el Verbo/Palabra de Dios era tan espiritual, tan bueno y santo, que no podía tomar forma física, tan corrupta y mala.

Contra esto, Atanasio usa pruebas exegéticas sólidas para probar desde el Antiguo Testamento que Jesús el Cristo era el Verbo/Palabra en carne que los profetas habían predicho cientos de años atrás.

A continuación quiero compartirte los extractos más sobresalientes de esta obra teológica. Como aclaración, cada vez que Atanasio dice "Palabra de Dios" no se refiere a la Biblia, se refiere a Jesús: La Palabra de Dios en carne.

La Encarnación es el misterio que los Judíos traducen, los griegos ridiculizan, pero que nosotros adoramos.

La renovación de la creación ha sida forjada por la misma Palabra que la hizo en el principio. Por tanto, no hay ninguna inconsistencia entre creación y salvación porque el Mismo Padre ha empleado al mismo Agente para ambas obras, efectuando la salvación del mundo a través de la Misma Palabra que lo hizo en el comienzo.

La distinción de las cosas no argumenta una generación espontánea sino una Causa pre viniente; y de esa causa podemos aprehender a Dios, el Diseñador y Hacedor de todo.

La relación del origen del hombre con la Encarnación de la Palabra en un hombre (Jesús) es relevante por esta razón: fue nuestra lamentable situación que causó que la Palabra descendiera, nuestra transgresión que llamó Su amor hacia nosotros, para que Él se apresurará a ayudarnos y a aparecer entre nosotros.

Así que, tomando un cuerpo como el nuestro, porque todos los cuerpos estaban destinados a la corrupción de la muerte, Él rindió su cuerpo a la muerte en lugar de todos y lo ofreció al Padre. Lo hizo por mero amor para que en su muerte todos murieran y así la ley de la muerte fuese abolida y poder hacerlos vivos con su muerte a través de la apropiación de Su cuerpo y por la gracia de Su Resurrección.

La maravillosa verdad es esta: que siendo La Palabra, lejos de que Él estuviese contenido por algo, Él contenía todas las cosas en sí mismo.

La muerte se ha convertido como un tirano que ha sido completamente conquistado por el legítimo Monarca; atado de pies y manos para que los que pasen de cerca se mofen de él, burlándose y señalándole, sin temor de su crueldad e ira, gracias al Rey que le ha conquistado.

¿Acaso puede un hombre muerto perforar las consciencias de los hombres, para que tiren todas las tradiciones paganas de sus padres a los vientos y se postren ante las enseñanzas de Cristo?

Un hombre ciego no puede ver el sol, pero sabe que está arriba de la tierra por el calor que brinda; de igual forma, que todos los que están en la ceguera de la incredulidad reconozcan la Divinidad de Cristo y la resurrección que Él ha traído, a través de Su Poder manifestado en otros.


El hijo de Dios se volvió hombre para que los hombres se volviesen hijos de Dios.


Este post fue escrito por Luís Luna Jr.

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