lunes, 2 de mayo de 2016

3 Objeciones Comunes para no evangelizar...y qué hacer con ellas.



Evangelizar es tanto un deber como un privilegio. El problema radica en que una gran parte del pueblo de Dios no lo está haciendo. Me refiero específicamente a la obra de evangelismo personal y no a invitar gente a un evento evangelístico. Ambas son cosas buenas. Pero, creo que en ocasiones nos podemos escudar en invitar a alguien a la iglesia en lugar de presentarle el mensaje del evangelio. 

Si preguntara a diez personas la causa por la que muchos cristianos no evangelizan es probable que tuviera diez diferentes respuestas. Sin embargo, en general, creo que  las objeciones más comunes para no evangelizar pueden resumirse en tres tipos. Kevin Mckay sugiere que son las siguientes:

1.Falta de información (No sé que decir): Esto ocurre cuando las personas quieren compartir el evangelio pero no conocen muy bien el contenido del evangelio. Y por eso se encuentran un poco inseguros acerca de su efectividad al evangelizar. Por otro lado, es común que las personas que no evangelizan a causa de esto no se atrevan a decirlo. Pueden sentir verguenza de ser parte de una iglesia y no "saber" el evangelio. 

Hay muchos así en casi todas las congregaciones. Cuando mucho, las personas así, en el mejor de los casos invitan a sus amigos a la iglesia. Lo cual es muy bueno. Pero, Jesús ordenó que todos sus discípulos compartieran el evangelio, no sólo los "profesionales que están en el púlpito."

¿Cómo tratar con esta objeción? Asegurarnos que cada persona que sea miembro de la congregación sepa el contenido básico del evangelio: Dios creó al mundo en amor. El ser humano pecó y se rebeló contra Dios. Y por eso vivimos en ruina. Jesús vino por primera vez a redimir al mundo. La única manera de ser salvo es poniendo nuestra fe en Jesús y arrepintiéndonos de nuestro pecado. Jesús vendrá por segunda vez a juzgar al mundo. El contenido del evangelio es algo que todo cristiano debe saber.

2. No sé que hacer (Falta de entrenamiento): Este el tipo de persona que conoce el evangelio, sabe explicarlo y quiere hacerlo pero su mente está muy programada a creer que la única forma de evangelizar es a través de eventos o programas. Entonces, si bien es cierto tiene el deseo de evangelizar pero está esperando a que haya un programa especial de la iglesia para ser parte de la obra evangelística. 

Incluso se puede sentir culpable, porque sabe sobre la responsabilidad de evangelizar y quiere hacerlo pero simplemente no encuentra el tiempo ni el espacio para liderar un programa o ministerio de evangelismo en la iglesia.

¿Cuál es la solución? Primero que nada, darnos cuenta que si bien es cierto los programas de evangelismo en una iglesia pueden ser muy efectivos, pero no debemos atar la obra evangelística exclusivamente a un conjunto de programas o ministerios dentro de la iglesia. Dios quiere que cada cristiano nacido de nuevo comparta su fe en el lugar en donde se encuentre. Una manera práctica de hacerlo es el ritmo de vivir las implicaciones del evangelio y explicar el mensaje del evangelio

¿Qué significa esto? Jesús dijo que las personas se darían cuenta que nosotros somos sus discípulos por la manera en como nos amamos los unos con los otros (Juan 13:34-35). Nuestra forma de vivir puede acercar o alejar a la gente de Cristo. Justo ayer, alguien en mi iglesia me estaba contando que su lugar de trabajo es un ambiente bastante cargado. Pero, una de sus compañeras se le acercó y le preguntó: "¿Verdad que usted es cristiana?" 

¡Gloria a Dios! Ya que esta persona había observado el testimonio de mi hermana en Cristo, ahora ella estaba interesada en escuchar la explicación de su mensaje.

Cuando las personas inconversas vean que lo diferente que nuestra vida es, estarán más propensas a querer escuchar lo diferente que nuestro mensaje es.

3. Falta de convicción (No quiero): Esta objeción proviene de personas que saben el contenido del evangelio. Entienden que es una responsabilidad pero simplemente no quieren hacerlo. Presentan una sólida apatía hacia la labor evangelística. Puede ser por diferentes razones. Esto puede generar malestar o frustración en pastores y líderes. Entonces, ¿qué hacer?

Primero que nada, reconocer que nosotros nos somos el Espíritu Santo. La única persona que puede cambiar a otra persona es el Espíritu Santo. Dios está más interesado en ganar almas que tú. Por tanto, oremos para que el Espíritu Santo toque y transforme los corazones de las personas apáticas hacia el evangelismo. Él puede cambiarlos. Él quiere cambiarlos.

Segundo, ser estratégico e intencional en enfatizar la importancia de compartir el evangelio a través de tus sermones y enseñanzas. No te limites a predicar de evangelismo sólo cuando estés en una serie sobre evangelismo. Si el texto del que estás predicando da la oportunidad de hacer recalcar este mandato y privilegio, pues hagámoslo.

Y tú, ¿cuál ha sido la objeción para no evangelizar que más has escuchado de parte de otros o incluso de parte de ti?

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-Luís Luna Jr.
Pecador rescatado por gracia. Hijo eternamente amado por Abba.

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